“Cometer una equivocación, saber que es una equivocación, y no corregirla, también es una equivocación”
Es importante primero reconocer, que una inmensidad de sucesos que han dirigido el destino de la humanidad, han sido orquestados por el imperio británico, y por sus reyes y reinas, incluyendo la decadencia de Roma, la finalización de la Edad Media, la fundación de Estados Unidos, la derrota del ejército napoleónico, el inicio de la revolución industrial, la desaparición terrenal del nazismo, y la independencia de Israel.
A la princesa Diana de Gales, Inglaterra, conocida como Lady Di, le tocó vivir una época revolucionaria en cuanto a independencia personal, y ésta fue la que originó influyentemente que decidiera divorciarse del príncipe Carlos III, actual rey de Inglaterra y heredero de esa orquestación descrita, pero esa no fue su equivocación perenne, ya que el divorcio en la monarquía británica estaba legal y religiosamente permitido por las leyes que estableció el Rey Enrique VIII en el año 1500; la verdadera equivocación de Lady Di, fue no haber tenido como nueva pareja a un caballero inglés de renombre.
Prefirió, Lady Di, la princesa de Gales, equivocadamente, tener una relación de pareja después de ser esposa del príncipe Carlos III, con un hombre extranjero, la cual cumplía con todas las características para ser considerada una catástrofe histórica; su pareja, Dodi Al-Fayed, quien fue reconocido mundial y popularmente como el novio de Lady Di, además de haber sido de origen egipcio, -los mismos que le expropiaron el canal de Suez a su patria Inglaterra-, ser de religión musulmana de nacimiento y de familia, contraria a la religión anglo-sajona de ella, era también empresario en Grecia, país que colaboró con Hitler durante la Segunda Guerra Mundial para deportar a sus ciudadanos judíos a campos de concentración nazis.
De este modo quedándose con todo su dinero, bienes y propiedades, con el propósito nazi universal de enriquecerse a costa de la herencia despojada a los judios de la época; y así, se beneficiaron enormemente unos cuantos griegos modernos, que se afiliaron a ese desdichado partido de Hitler, mismos que seguramente tenían negocios con Dodi, y considerar, que los judíos que desaparecieron de Grecia por esas razones, son los que de alguna manera también forjaron a Inglaterra, incluyendo a los Rothschild, los Montefiore, los Bauer, los Goldberg, y a su ex-primer ministro: Benjamin Disraeli.
Lo mejor para la historia de Inglaterra, y universal, hubiera sido, repito, que Lady Di después de tomar la decisión de divorciarse del príncipe Carlos III, hubiera preferido tener una pareja sentimental originaria del imperio británico, con sus mismos intereses económicos, y que siguiera sus costumbres religiosas e ideológicas, las impuestas por el Rey Enrique VIII hace más de 500 años en su natal Inglaterra.
Y, que Dodi Al-Fayed, como buen musulmán, y nieto por rama materna de un gran médico árabe heredero de la Medicina de Avicena, hubiera sido novio de una mujer igualmente árabe, que además, son las más bellas del Mundo sin equivocación.
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