Conflicto similar a un nudo giordiano, el de Rusia y Ucrania daría y está dando para que corran ríos de tinta y horas y más horas de intentos parciales de explicación por parte de expertos internacionalistas. Lo cierto es que si, una vez más, los Estados Unidos metiendo sus narices en todas partes, fue un factor fundamental para que la sangre llegara al río.
Pero la presente columna va dedicada al discreto, por no decir insignificante, papel de México en dicha escalada militar. Aún así, por increíble que parezca, alguien, no se sabrá nunca quien y para que, soltó una FAKE NEWS con el Presidente ruso Vladimir Putin, en un supuesto mensaje a su Nación incluido en un editorial televisivo noticioso, se mostraba en el bulo noticioso, bien editado, “especialmente molesto con nuestro país, por haber votado en contra de la invasión a Ucrania, en el seno del Consejo de seguridad de las Naciones Unidas”, órgano colegiado en el que, por cierto, México suele acabar no quedando bien ni con Dios ni con el Diablo, como lo ha sido durante el foxismo y el conflicto con Irak, y quizás también ahora, en el contexto de la tragedia que vive el Pueblo ucraniano.
Esto nos lleva a reflexionar: ¿que pretendía y/o esperaba Putin de México?, en apariciones públicas del máximo líder ruso acaecidas este año, Putin mencionó, una y otra vez (y aquí si nunca hubo una sola palabra tergiversada), el ejemplo de México y sus territorios arrebatados por los Estados Unidos en distintos acontecimientos históricos, como para pretender justificar tanto la ya ocurrida anexión de Crimea, como por lo que está sucediendo ahora mismo y lo que está aún por suceder en esa guerra. Eso tendría que llevar a preguntarnos si Putin creyó enviar un guiño al gobierno mexicano con la descabellada esperanza en que México estuviera de parte de Rusia con la posibilidad de, algún día y yo no se bajo que métodos y/o argumentos, considerar el recuperar parte de esos territorios, es decir, algo parecido a un “TELEGRAMA ZIMERMAN 2.0″, que si aquel intento alemán no tuvo eco hace más de un Siglo, mucho menos haría pensar hoy en día en semejante disparate. México es parte de un bloque económico sólido, con los Estados Unidos y Canadá, si realmente llegó el Kremlin a considerar esa posibilidad (cosa que dudo mucho, y que sólo utilizo a manera de burda propaganda). Las suposiciones de que Putin añora el viejo Imperio de los zares y/ó la extinta Unión Soviética, no están, eso sí y a la luz de sus decisiones, dichos y acciones, nada alejadas de la realidad, una en la que, por cierto, Vladimir Putin no viviría en ella del todo. México tiene suficientes problemas como para abrir, ni ahora ni nunca, un frente más con el gigante que tenemos al norte, una relación entre “un oso y un puercoespín”, la habría calificado un avezado exembajador gringo en México; es decir, ni para haber considerado siquiera una abstención en la votación por parte de México, similar a la de la India o China en el ya mencionado Consejo de Seguridad, es más, ni para matizar una enérgica y abierta condena a la invasión a Ucrania por parte de la Presidencia, la Cancillería, el Embajador en Naciones Unidas, ó cualquier actor político, por modesto que este hubiera sido nos alcanza, ni por no quedar mal con los Estados Unidos, ni tampoco por el atropello de involucrar una invasión militar.
Ahora bien: ¿realmente esperó algo Vladimir Putin, pues, sus intentonas de coqueteos con México mencionando lo obvio?: que California y Texas, hace cosa ya de Siglo y medio, fueron territorio mexicano, que si lo fueron, de hecho, por mucho más tiempo de España y lo han sido también por mucho más tiempo de los Estados Unidos de América. Además, por tradición histórica y diplomática, la política exterior de NO INTERVENCIÓN siempre nos definirá cómo un país de vocación pacifista.
No creo, sinceramente, en tal grado de ingenuidad de un estadista, arbitrario y autoritario cómo lo es Putin, pero si lo es un estratega de primer orden, sin lugar a dudas, ahí están sus intenciones abiertamente imperialistas, así el problema en Ucrania tenga muchas más aristas y no se pueda limitar su explicación a una invasión sin tantos antecedentes como es este el caso. Pero vuelvo a insistir: ¿quién lanzó el video viral, mal traducido y sacado por completo de contexto y que ganó o pretendió ganar con eso?, es posible que la oposición mexicana, para pretender presentar al gobierno como timorato ante la flagrante invasión, pero tampoco sería imposible que sea una de tantas noticias falsas en el marco del conflicto bélico en otro de sus frentes: la guerra por la información, dónde para algunos es válido lanzar cualquier tipo de bajeza disfrazada de información, con el fin último de confundir a la opinión pública.