“El agotamiento de recursos naturales y la degradación del medio ambiente, son una especie de préstamo tomado del futuro, tanto más odioso cuanto que son deudas que no se ven”

Joseph Eugene Stiglitz

“La burla y el ridículo son, entre todas las injurias, las que menos se perdonan”

Platón

Uno de los programas insignia de la administración Lopezobradorista es ‘Sembrando Muerte’. No, no me equivoco en llamarlo así. El programa que prometió reforestar al país, por su mal diseño, peor implementación y pésimo seguimiento solo ha logrado que se extiendan las zonas devastadas en territorio nacional.

En un acto más de soberbia, ignorancia y manipulación, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) presumió que este programa fue el basamento para el acuerdo alcanzado en la reunión de Glasgow y que lo utilizaron su programa para pensar en la reforestación mundial. Causa preocupación en verdad que el primer mandatario piense que el mundo no existía antes de la 4T, junto con su objetivo de reforestación y de combate a las fuerzas que destruyen al planeta.

Pensar que el programa gubernamental lopezobradorista fue el punto de partida es tan infantil como suponer que el concepto de fomento al empleo a nivel mundial nació del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”.

Si lo anterior fuese cierto, este hubiese sido integrado dentro de los diversos programas que se adoptaron en dicha cumbre para impulsarlos a nivel mundial. Adivino, caro lector, que de México no se adoptó ninguna política.

Como sostuvo el presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Gustavo Alanís Ortega: “Es una ocurrencia que el acuerdo de la COP26 sea por Sembrando Vida”. Es absolutamente falso que el compromiso de protección a los bosques de la COP26 se inspirase en su programa pues, para empezar, la mencionada cumbre tiene como objeto concertar esfuerzos para PRESERVAR los bosques que ya existen (evitar la deforestación) no para sembrar nuevos árboles (reforestar).

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Para mayor vergüenza, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), México ocupa el quinto lugar a nivel mundial en deforestación. En el informe “Evaluación de los recursos forestales mundiales 2020″, el organismo reconoció que entre 2010 y 2020 nuestro país perdió más de 1.25 millones de hectáreas de bosque. El peor año de la deforestación del que se tiene registro ha sido 2020; se perdieron 127 mil 770 hectáreas, similar a toda la extensión que comprende de la Sierra Madre Occidental.

Decir que México es artífice de lo suscrito no lo hace cierto. De hecho, fuimos como nación de los últimos países en firmar la declaratoria. Y, siendo el mayor tema de nuestros tiempos, López Obrador desdeñó la reunión porque prefirió descansar.

El menosprecio continúa: la secretaria del Medio Ambiente de México llegará hasta el domingo a la reunión ¿Quién tomará en cuenta lo dicho por ella?, todas las decisiones ya fueron pactadas...

Parafraseando a García Vilchis con su “no es falso, pero no es verdadero”, podemos decir que sí, que el programa del gobierno mexicano fue aplaudido por el funcionario norteamericano John Kerry en su visita a nuestro país, pero más tarde ni siquiera lo mencionó en Glasgow. Su elogio no fue falso, pero tampoco verdadero, se trató de la muy conocida diplomacia.

Para mostrar la falsedad que significa ‘Sembrando Muerte’, les dejo este dato: tan solo durante el 2019 este programa provocó una pérdida en México de ¡72,830 hectáreas forestales!

Hay más. Para que esta u alguna política similar llegase a ser considerada exitosa requeriría haber contrarrestado las emisiones de carbono en un lapso entre 30 y 50. Más uno de los tantos problemas de ‘Sembrando Muerte’ es que no especifica ningún plazo ni meta. Tampoco los terrenos donde se lleva a cabo están clasificados como plantaciones forestales maderables y carecen de un plan para la micro plantación. En resumidas cuentas, carece de planeación.

No solo eso, el programa debería estar adscrito en Semarnat y no lo está. Está incluido en la Secretaría del Bienestar, donde se carece del conocimiento necesario para llevarlo a cabo. En otras palabras, es abiertamente clientelar. ¿Qué tal eso como evidencia de esta farsa?

López Obrador presume que el mencionado programa es el primero en su tipo en México. Falso. Lo que sucede es que le molesta aceptar que quien primero lanzó un programa de siembra de miles de árboles, llamado ‘Pro Árbol’, fue su némesis Felipe Calderón.

Por cierto, el problema en ambos casos es que se ideó para pagar a la gente por sembrar, NO por producir (esto es, probar que los árboles alcanzaron cierto tamaño o “maduración”). Eso, aquí y en China, es una farsa y se traduce exclusivamente en compra de votos.

Nuestro primer mandatario tuvo la desfachatez de no presentarse en Glasgow, pero el interés de México para obtener dinero en esa cumbre climática fue flagrante. El gobierno de México fue a solicitar (mendigar es un término más adecuado) algo así como 336 mil 750 millones de pesos de fondos públicos y privados que terminarán destinados al mencionado programa estrella de la 4T, cuando que el mundo tiene ese fondo para reducir la deforestación, restaurar las tierras degradas y hacer frente a los incendios forestales. ‘Sembrando Muerte’ hace todo lo contrario: únicamente erosiona, devasta, destruye, acaba.

Verónica Malo el Twitter: @maloguzmanvero