Me puse en modo ministra Esquivel y plagié el título del presente artículo. El plagiado es Manuel Alcaraz Ramos, catedrático de derecho constitucional de la Universidad de Alicante, España, quien en un texto de 2021, publicado en El Periódico de Aragón, dijo que la Constitución española “empieza a ser flatulenta”.
¿Flatulenta? Gerardo Fernández Noroña, siempre preciso en el uso del lenguaje, diría para mayor comprensión que aquella Constitución es pedorra. Exactamente lo que pensé de la idea constitucionalista que planteó ayer en El Universal un exconsejero del INE, Lorenzo Córdova, ahora investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y próximo orador en una marcha contra AMLO.
Córdova, para demostrar que de constituciones sabe un chingo y dos montones, mencionó en su columna de El Universal a 12 teóricos del constitucionalismo:
- 1. Cicerón.
- 2. Ferdinand Lassalle.
- 3. Hauriou —ignoro si se refiere a Maurice o a su hijo André, o a los dos—.
- 4. Santi Romano.
- 5. Carl Schmitt, quien compartía con don Lorenzo la tendencia a apoyar regímenes políticos nazis: Schmitt al nazismo original, Córdova su actual versión a la mexicana, la prianista.
- 6. Hans Kelsen.
- 7. John Lock.
- 8. Jean-Jacques Rousseau.
- 9. Immanuel Kant.
- 10. John Rawls.
- 11. Luigi Ferrajoli, quien se fue más lejos que el resto y propuso una Constitución, la misma supongo, para todos los países del mundo, así que planteó la necesidad de abrir un proceso constituyente de la Federación de la Tierra, tal como leí en eldiario.es —otros planetas, hi hablar, incomprensiblemente quedaron excluidos del proyecto de Ferrajoli—.
- 12. Arnaldo Córdova, papá del exconsejero del INE.
Lorenzo Córdova citó a tantos genios solo para reforzar su obsesión: descalificar a AMLO. Dijo:
- Que “resulta preocupante” la propuesta de 20 reformas constitucionales de Andrés Manuel López Obrador.
- Preocupante porque AMLO pretende imponer su visión de país, “y no la que resultaría de un amplio arreglo y consenso político”.
- Preocupante porque , según Córdova, el presidente López Obrador no busca “sumar y construir colectivamente”, sino “avasallar a quien no esté de acuerdo”.
- Y eso, avasallar a quien no esté de acuerdo, “es una visión, simple y sencillamente, autoritaria”.
Es falso lo afirmado por Lorenzo Córdova
AMLO no está interesado en avasallar a nadie, sino nada más en que su partido, Morena, logre en las elecciones de este año amplias mayorías en el Senado y en la Cámara de Diputados y Diputadas, que es lo único que le permitiría concretar sus iniciativas de reformas a la Constitución.
El propio Córdova ha apuntado en su artículo de El Universal que es democrático el procedimiento para cambiar la Constitución en México: que lo deciden “mayorías calificadas”. Pues eso, mayorías que López Obrador espera para su partido en las elecciones del próximo junio.
AMLO busca que, con votos, puedan lograse los cambios constitucionales que ha propuesto. Con votos, millones, muchos millones de votos. Si los consigue Morena, pasará el proyecto de Andrés Manuel; si no, pues no. Así de fácil. La principal responsable de conseguir tales votos es la candidata presidencial de izquierda, Claudia Sheinbaum.
El señor Córdova ya estaba grandecito durante el sexenio de Felipe Calderón. Curiosamente no cuestionó que el esposo de Margarita Zavala impulsara muchos más cambios a la Constitución que AMLO. Tampoco criticó tantas reformas constitucionales de Enrique Peña Nieto —más bien de Luis Videgaray—.
Calderon y EPN no alcanzaron las mayorías que necesitaban con votos, que no los tuvieron en las cantidades que se necesitaban. Construyeron tales mayorías por vías comerciales, en el mercado político: comprando apoyos de senadores, senadoras, diputados y diputadas de otros partidos, inclusive de gente que llegó al poder legislativo gracias al excelente desempeño de AMLO durante dos elecciones presidenciales consecutivas, la de 2006 y la de 2012.
En el sitio de internet de la Cámara de Diputados y Diputadas aparece una estadística de cambios constitucionales por presidente. La reproduje hace un par de días aquí. Con Calderón se reformaron 110 artículos de la Constitución; con Peña Nieto, 156 artículos. Con AMLO van 62, así que si consigue reformar otros 20, terminará su periodo con 82 modificaciones, lejos de los otros.
¿Por qué Córdova no cuestionó las reformas constitucionales de Calderón y EPN —conseguidas no con votos, sino con dinero—? Por la misma razón que no se escandalizó nadie en la comentocracia en los dos anteriores sexenios: porque, con excepciones naturalmente, los y las columnistas, los y las intelectuales eran inmensamente felices en los gobiernos del PRI y del PAN porque en el repartidero de lana algo caía a toda la banda mediática. Ahora no cae, se entiende el enojo.
Enseguida la estadística de cambios constitucionales por presidente, tal como la publiqué hace días, con la atenta súplica a Sheinbaum de ya dejar en paz a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que de tanto manoseo está echada a perder:
- Con Álvaro Obregón hubo 8 artículos reformados en la Constitución.
- Con Plutarco Elías Calles, 18 artículos reformados.
- Con Emilio Portes Gil, 2 artículos reformados.
- Con Pascual Ortiz Rubio, 4 artículos reformados.
- Con Abelardo L. Rodríguez, 22 artículos reformados.
- Con Lázaro Cárdenas, 15 artículos reformados.
- Con Manuel Ávila Camacho, 18 artículos reformados.
- Con Miguel Alemán Valdés, 20 artículos reformados.
- Con Adolfo Ruiz Cortines, 2 artículos reformados.
- Con Adolfo López Mateos, 11 artículos reformados.
- Con Gustavo Díaz Ordaz, 19 artículos reformados.
- Con Luis Echeverría, 40 artículos reformados.
- Con José López Portillo, 34 artículos reformados.
- Con Miguel de la Madrid, 66 artículos reformados.
- Con Carlos Salinas, 55 artículos reformados.
- Con Ernesto Zedillo, 78 artículos reformados.
- Con Vicente Fox, 31 artículos reformados.
- Con Felipe Calderón, 110 artículos reformados.
- Con Enrique Peña Nieto, 156 artículos reformados.
- Con Andrés Manuel López Obrador, 62 artículos reformados —ya se verá si le aprueban el proyecto de modificar, de última hora, otros 20 artículos—.
- Con Claudia Sheinbaum? Ojalá la futura presidenta ya le pare al manoseo constitucionalista. Suficientes problemas tendrá que resolver como para distraerse jugando al constitucionalismo. Porque, ni hablar, tanto toquetear la carta magna la desfiguró y afeó.