Se reunieron y presumieron una fotografía los dirigentes nacionales del PAN, Marko Cortés; del PRI, Alejandro Alito Moreno, y del PRD, Jesús Zambrano.
Tres hombres, tres. Ninguna mujer. Ellos mandan en la oposición. Las mujeres, de plano, no opinan. Los machos que deciden no toman en cuenta a las militantes priistas, panistas y perredistas, por valiosas que sean.
{username} (@MarkoCortes) February 2, 2023
Los machos opositores han afirmado que van juntos en 2023 y 2024. Unidos, pues, enfrentarán a Morena. En Estado de México, Coahuila y en las presidenciales.
Me dirán que exagero, ya que en Edomex es mujer la candidata de la alianza. Es verdad, a Alejandra del Moral le dieron la misión casi imposible de derrotar a la morenista Delfina Gómez. En cambio, la candidatura más fácil, la de Coahuila, se la dieron a un machito, Manolo Jiménez.
Por cierto, en la reunión de líderes opositares participaron otros tres hombres: Luis Cházaro, Rubén Moreira y uno más —simple y sencillamente a este último no lo identifiqué, y no importa: estaba ahí como relleno—.
Solo los machos elegirán al candidato presidencial de la coalición opositora para las elecciones de 2024. ¿Lilly Téllez y Beatriz Paredes podrían ser candidatas? Solo si ellos quieren. Si no, ellas no lo serán.
En la oposición la decisión la tomarán únicamente hombres. Una primera decisión ya tomaron, el candidato presidencial será panista. Es decir, les ha valido gorro la trayectoria de la priista Paredes, mucho más importante que la de Marko, Alito, Zambrano, etcétera.
¿Y Lilly? Tendría una oportunidad, pero no muy grande, solo si Santiago Creel dijera que no a la candidatura presidencial. Porque es Creel el candidato del líder del PAN.
¿No hay mujeres en las diligencias de la oposición? Están de adorno, como Carolina Viggiano, secretaria general del PRI, a la que Alito y Moreira nomás no invitan a lo importante.
En el PAN también es mujer la secretaria general, Cecilia Patrón Laviada, pero ocurra la misma cosa que en el PRI: el presidente del Comité Ejecutivo Nacional no la pela.
El PRD igualmente tiene secretaria general, Adriana Díaz. El líder del partido no la invita ni a tomar café.
Me dirán que en Morena la situación no es distinta, que el partido lo preside un hombre, Mario Delgado, y la secretaria general es mujer, Citlalli Hernández.
Pues no, en Morena las cosas no como en el PRI, el PAN y el PRD: si Mario intentara ignorar a Citlalli en la toma de decisiones, esta militante lo mandaría al carajo.
Por lo demás, todo el mundo sabe que en Morena, en la disputa por la candidatura presidencial, no importan las preferencias de Mario Delgado e inclusive ni las del presidente López Obrador: en Morena solo valen las encuestas y todas las encabeza una mujer, Claudia Sheinbaum.
Si Claudia mantiene su posición en las mediciones de preferencias electorales, será candidata en 2024. Vale decir, no esperará a que los hombres de su partido decidan si toman ellos la responsabilidad o se hacen a un lado.
Tristemente, en la oposición las mujeres son lo que se conoce como plato de segunda mesa. Ya se dijo: Lilly podrá aspirar a la candidatura solo si la cúpula machista decide que es lo más conveniente; si no, ella no lo será.
Y bueno, Beatriz ya quedó fuera de la contienda: porque no es panista. ¿La consultaron?
Si a Lilly y a Paredes les interesara de verdad que una mujer llegara a la presidencia, tendrían que apoyar a Sheinbaum, ya que la jefa de gobierno depende de su propio trabajo para ser candidata: no está sentada esperando que se manifiesten los deseos de los jefes machos de tres partidos.