Donald Trump está cumpliendo sus promesas de campaña, las amenazas para México y Centroamérica, el Caribe y también otros países, como Colombia, empezaron las deportaciones masivas que cada vez serán más numerosas. México se sigue preparando y ya negocia en Washington. Lo ideal sería una cumbre de la presidenta mexicana, la Dra. Claudia Sheinbaum y el presidente de EU. Y obtener y conceder, porque México tiene en estos días muchos argumentos-fuerza para este encuentro, además del documento pormenorizado del rol positivo en términos de contribución a la riqueza, al crecimiento de los mexicanos ubicados en el aparato productivo, comercial y de servicios en EU, que es un documento fundamental. Incluso el presidente Trump ordenó que las redadas de migrantes irregulares procedan a buscarlos en iglesias y escuelas. Su voluntad política es implacable.

Pero el presidente Trump va más allá, siempre, está atacando el status de ciudadanía otorgado por autoridades constitucionales a migrantes legalizados, pero ya tuvo su primer revés en tal sentido en la Corte, y hay una demanda de los gobernadores de 18 estados de la Unión Americana denunciando ante tal instancia suprema, la inconstitucionalidad de la orden ejecutiva. Ya empieza a tener retrocesos, no sabemos si temporal o definitivos, pero es muy bueno para que mida correctamente el alcance de sus pasos e iniciativa, la campaña electoral terminó.

Ha sido muy comentado que ayer la gobernadora de Michigan, reprochó a Trump llamar “ilegales” a los migrantes que llegan sin la documentación adecuada en busca de las oportunidades de ascenso social que les han negado por décadas en su propia patria, recordándole que su mamá de origen escocés fue, en su momento una inmigrante tras “el sueño americano”. Su origen familiar lo retrotrae a la incongruencia socio-política.

Trump opera desde la presidencia con un “triple garrote”: la deportación masiva, la declaratoria de organizaciones terroristas a los criminales del narcotráfico y el blanqueo de capital, así como la fijación de aranceles. En muy poco tiempo se convirtió, renegando de toda la historia de los líderes del partido republicano (liberales siempre en todo, los proteccionistas históricamente fueron los demócratas), en el campeón del proteccionismo internacional, una política que le repudiaron a toda Latinoamérica después de la segunda guerra mundial, los presidentes republicanos, lo apoyaron los demócratas.

Es una vía salvaje y destructiva para revertir el déficit comercial con sus dos socios principales, México y China. Veremos que otros impactos tiene en la estructura de precios al productor y al consumidor, y en la capacidad de poder adquisitivo, así como, en los procesos de empleo y producción. La OMC guarda un silencio de subordinación, no obstante que casi todos los, por no decir, todos, los presidentes de la OMC han llegado a dicho cargo con la anuencia y apoyo del gobierno en turno de EU. Ya habían aceptado el proteccionismo y los subsidios agrícolas de EU la Unión Europea, pero hoy dicho sometimiento es más evidente.

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El bloqueo al desarrollo social distributivo por parte de EU a diferentes proyectos de cambio nacional-popular, con apego al respeto a derechos humanos y en contra de oligarquías corruptas y concentradoras de riqueza, en México, Centroamérica y el Caribe, por no hablar ahora sólo de ellos, ha tenido un efecto adverso históricamente al día de hoy. La migración irregular forzada, como última opción de sobrevivencia, y en nuestros días, a través de caravanas de inmigrantes, es una forma moderna de repudio y protesta a la injustica social, a la represión política, a la criminalidad incontenible ligada a altos personajes del Estado, y a la corrupción desmedida de gobernantes. Y en ello las políticas intervencionistas de EU a lo largo del siglo XX, y aún antes en el Caribe, son fundamentales. El tratado comercial con los países del ‘Triángulo del Norte’ tampoco ha logrado ser una poderosa palanca del desarrollo, la capacidad competitiva es allí muy limitada.

A EU le urge un nuevo líder histórico de la buena vecindad y apoyo al desarrollo, Franklin Delano Roosevelt, en la coyuntura de la guerra mundial, entendió la necesidad imperiosa de Lázaro Cárdenas de vender el petróleo, que por la expropiación mexicana de 1938 habían bloqueado internacionalmente para su comercialización fuera de EU las empresas internacionales afectadas, a la gran potencia del eje, Alemania. Kennedy intentó una respuesta distinta, luego del fracaso de Bahía de Cochinos en Cuba y otras -aunque limitadamente-, con un programa de ayuda al desarrollo por 20,000 millones de dólares, ante el triunfo de la insurrección armada en Cuba, contra un narcotraficante internacional golpista que estaba en el poder, apoyado por EU, Fulgencio Batista.

Un nuevo gran líder de la buena vecindad e impulso al desarrollo. La fase actual del capitalismo globalizado posibilita otro tipo de acuerdos de integración con ventajas preferenciales suficientes de largo plazo, apoyo con créditos blandos a largo plazo también y supervisión de la aplicación de ellos por una institución multilateral, en fin, no transferencias netas de capital, salvo en casos de emergencias graves, como en Guatemala o el Haití destruido por los sismos.

Una torpe y miope visión imperialista no considera nada de estos elementos de juicio, sino el control de recursos primarios estratégicos, y las ventajas comparativas de la mano de obra. Japón si tuvo esa visión para los países cercanos a su territorio isleño, su transferencia masiva de empresas y recursos para sus abastos competitivos, fueron ejemplo de una visión de otra naturaleza, que favorece el desarrollo, no lo bloquea por consideraciones ideológicas o políticas más estrechas. Pero está también China, lo que no haga EU en la subregión, lo está haciendo gradualmente el coloso asiático, que compite de tú a tú en distintos sectores de actividad económica y en la circulación de capital de inversión, incluyendo el capital y el gran comercio privado, la tecnología, etc.

Ahora bien: desde otra perspectiva, los gobiernos de EU han hecho también un gran esfuerzo de absorber inmigrantes a su territorio, pero me temo que el “sueño americano” no alcanza para todos los que desean acceder a él: entre 2013 y 2024 han otorgado 14,169,654 tarjetas verdes de residencia legal, solamente entre enero/ mayo de 2022 a 2024 otorgaron 2,038,228. Y solamente en los primeros ocho meses del año fiscal 2024, 18% más de tarjetas respecto al mismo periodo de 2023. (Datos ONU Migración, abril-junio 2024).

Históricamente, México ha tenido una política de migración basada esencialmente en la defensa de derechos humanos de los migrantes irregulares, incluyendo los propios, y el esfuerzo más reciente está en dos iniciativas:

1) Promovió el primer ‘Diálogo de Alto Nivel sobre Migración y Desarrollo’ que tuvo lugar en 2006 (OIM, 2013). Estos esfuerzos tuvieron un alcance limitado debido a que la gran mayoría de países se oponía a una discusión global sobre el tema migratorio, percibido oficialmente como un asunto de soberanía nacional y no como una cuestión de derecho humanitario. Luego ante eventos catastróficos, se aceptó la necesidad de fijar en el problema un enfoque multidimensional. De conformidad con ello, a instancias de la ONU, se suscribió, el ‘Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular’ (PMM) fue adoptado por las Naciones Unidas en 2018, representando un paso importante para una visión integral de la migración desde la perspectiva de la seguridad humana. En ese momento, México junto con Suiza fueron designados por la asamblea general de la ONU como responsables por llevar adelante las negociaciones para arribar al PMM, completando el círculo virtuoso del tratamiento que históricamente ha dado México a los migrantes.

2) Teniendo como antecedentes el hecho de que la migración proveniente de Centroamérica tomó dimensiones masivas a partir de octubre de 2018 con la organización de caravanas de migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador. Y el hecho de que en 2017 se celebraron reuniones entre el gobierno de México y el de EU denominadas ‘Diálogo de Alto Nivel para combatir a las Organizaciones Criminales’, en donde ambos países reconocieron su corresponsabilidad en el combate al narcotráfico y al crimen organizado y se pusieron de acuerdo para promover acciones conjuntas contra este problema. Pero cambió su voluntad EU.

En el marco de estos diálogos, se celebró igualmente la “Conferencia sobre Prosperidad y Seguridad en Centroamérica” (SRE-SEGOB, 2017) para impulsar el desarrollo sostenible, incluyente y seguro en los países del Triángulo del Norte, pensando que esta estrategia ayudaría a reducir el número de migrantes que atravesaban México y pretendían llegar a Estados Unidos. Surgió la Nueva Política Migratoria del Gobierno de México (2018-2024). Ésta aterrizó en diciembre de 2018, cuando el Instituto Nacional de Migración de México (INAMI), comenzó a distribuir permisos de visitantes por razones humanitarias a los miembros de las caravanas, confirmando la narrativa de puertas abiertas para los migrantes irregulares. Sin embargo, este proceso sólo duró dos meses y el programa fue cancelado después de que se hayan distribuido 13,270 tarjetas -distribuidas en Chiapas, Ciudad de México y Coahuila- (INAMI, 2019). Tenemos aquí probablemente un serio error de cálculo del nuevo gobierno del presidente AMLO, tan es así, que dicha política aperturista sólo duró dos meses.

Continuamos en próxima entrega.