“Salvar el mundo es la cosa más simple del mundo.Todo lo que uno tiene que hacer es pensar.”
LEONARD PEIKOFF
Lamentable. Todo un larguísimo proceso para establecer una Guardia Nacional. Luego, llevar a más de seis mil de sus elementos a cuidar el Metro. Y todo para terminar sirviendo como una forma de rescatar la candidatura de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de la República.
Mal cálculo. Uno que se convertirá en un lastre más para la gobernanza que esta mujer debe ejercer en la Ciudad de México.
En pocas palabras, la estrategia no le ayudará, le costará. La narrativa del “sabotaje” para llevar a una ya trillada victimización, se agotará pronto y se le revertirá.
Hoy se cumple una semana del accidente de la Línea 3 del Metro de la Ciudad de México, cuyo trágico resultado fue una víctima mortal y más de 50 heridos. Y la solución propuesta no se basó en aumentar el presupuesto anual para atender el medio de transporte más usado por los ciudadanos (5 millones de personas diariamente; si bien, en tiempos recientes ha bajado a algo así como a 3.5 millones). ¡Qué va!
Tampoco en mejorar los procesos y mecanismos para su mantenimiento o las condiciones laborales de sus trabajadores. O en evitar saturaciones, inundaciones, retrasos. Ni siquiera —al menos no por ahora— en finalmente meter en cintura, después de 40 años, a la mafia en la que se ha convertido el sindicato del Metro capitalino.
No. La “solución” puesta en acción es que elementos de la Guardia Nacional vigilen a los usuarios del Metro, no vaya a ser que alguno quiera cometer un acto de sabotaje...
Cuando Claudia Sheinbaum hizo el anuncio de dicha estrategia en la mañanera del Salón Tesorería se le veía temerosa de la propuesta; repitió el discurso que se le impuso desde Presidencia, no muy convencida del mismo.
Y no estaba equivocada de sentir resquemor. Tener a seis mil soldados de la Guardia Nacional (¿por qué no policías, esos que se presume son tan eficientes, los mejores de todo México?) “estacionados” en el Metro es un número mayor que los desplegados en cualquiera de 29 entidades del país… (Jalisco cuenta con 4,500; Michoacán con 4,640; Veracruz con 4,045; Sinaloa con 3,989; Chihuahua con 3,090). O sea que además se granjeará el odio de muchas personas en diversas entidades del país…
Hablar de sabotaje y nunca de los nuncas probarlo, no le ayuda. Argumentar sabotaje requiere de denuncias; y estas, de pruebas. De una fiscalía que no emita una respuesta exprés y llena de falsedades... A diferencia de López Obrador, hacerse la víctima de perversos intentos de descarrilar su carrera rumbo al 2024 no le sale bien.
¿Qué hará la Guardia Nacional en el Metro?, ¿decirles a los pernos que no se muevan?, ¿ver fijamente a los motores de las máquinas para que no se incendien?, ¿mirar con atención los vagones que se quedan sin frenos para que se detengan?, ¿desazolvar cañerías?, ¿o sencillamente amedrentar a los usuarios para que no graben o no protesten por las malas condiciones en que se encuentra el Sistema de Transporte Colectivo? (ya ocurrió ayer que aprehendieron a un joven, consejero universitario, que se manifestaba de forma pacífica).
La presencia de la Guardia Nacional no solucionará ninguno de los problemas que se originan por la falta de inversión y mantenimiento (para este 2023, el Metro tiene un presupuesto de 19.7 mil millones de pesos, es decir 2 mil 407 millones menos que en 2018, cifra que se traduce en una disminución de 7.6% con respecto a hace 5 años). Tampoco, por cierto, los que pudieran originarse producto de sabotajes (estos —si acaso— se manifiestan en los estaciones, vías y andenes pero no se planean y gestan ahí).
Pero vamos más allá: ¿dónde sirve mejor la Guardia Nacional: “cuidando” el Metro o patrullando la vía pública donde se registran robos a los transeúntes cada 10 minutos en promedio? (fuente: Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública).
Ayer la policía auxiliar detuvo a una señora porque “tiró” una hélice de lavadora a las vías del Metro. Ya es acusada de delito. ¿La presunción de inocencia? ¿Aventó el aspa de plástico?, ¿la tiró o se le cayó?, ¿hubo testigos? Pobre de aquel a quien algo se le caiga en el momento de subirse al vagón, será acusado de “ataque a las vías de comunicación”.
La percepción de los usuarios con respecto al Metro, y de todo México con respecto a la jefa de gobierno de la capital es directamente proporcional a la inversión que se haga en vagones, máquinas, rieles, estaciones, escaleras eléctricas, limpieza, instalaciones en general y central de mandos en particular. Debería voltear a ver a las verdaderas víctimas de la falta de mantenimiento, entre otras las que fallecieron el 3 de mayo de 2021 y la chica que murió hace una semana. A los que estuvieron en los hospitales y todos aquellos que ahora sufren al no llegar a tiempo a sus destinos.
Esta semana, sin mediar complot alguno y con más de seis mil guardias, se descompuso la línea 7. La GN ayudó en el desalojo, nada más. Con su buena voluntad, con su ánimo de estar, pero no pudieron evitar que se descompusiera.
¿Sabotaje o falta de mantenimiento? El primero se puede probar y se debe evitar. El segundo urge darlo. Si el objetivo ulterior fuese reestructurar al sindicato o remover a su líder, sin mediar una estrategia de mantenimiento e inversión, los efectos serán contraproducentes. Ambos elementos deberán ir de la mano.
Proteger a Claudia sin cuidar a los usuarios es una forma rápida para acabar con las aspiraciones políticas de esta.
La Guardia Nacional no rescatará ninguna candidatura; la falta de inversión en el Metro hundirá a la Ciudad de México y a quien dice gobernarla.