“Abróchense los cinturones. Esto está por comenzar”.

Dicho popular

La invasión de Ucrania por parte de Rusia generará muchos costos a nivel mundial. México pagará algunos de ellos, como paradójicamente suele suceder con quienes no tienen ninguna injerencia sobre el asunto.

Uno de los costes más fuertes que enfrentarán los mexicanos, y muchas otras naciones, es el alza en los precios de los combustibles.

En México, se subsidian los precios de los combustibles —gasolina, diésel, gas. De hecho, López Obrador así lo expuso ayer en su mañanera: “tenemos un plan frente al aumento en precios de combustibles por el conflicto Rusia-Ucrania”. Se puede barruntar que se trata de subsidios y el aprovechar al máximo que el precio del crudo también se disparó. (A nivel mundial, el precio del barril del crudo Brent ha superado la barrera de los 110 USD; una cifra que no se alcanzaba desde 2014.)

Pero la escalada en precios se verá donde no hay control gubernamental posible: en la turbosina, el combustible usado por los aviones.

Quienes viajen en avión al interior de la república les convendría vislumbrar que los precios de los vuelos de Aeroméxico y demás líneas aéreas nacionales se elevarán como consecuencia de la guerra.

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¿Esto impactará en el número de aerolíneas y con ello vuelos que salgan de Santa Lucía? Aún es pronto para saber, mas si los subsidios en el uso del aeropuerto compensan el incremento en el costo de la turbosina, se puede prever que muchas más rutas y vuelos se trasladen al AIFA. Por supuesto, las aerolíneas deberán hacer el cálculo de si esto les significará un menor número de pasajeros (muchos mexicanos no están dispuestos a trasladarse a y de Santa Lucía).

No es menor lo que impactará la guerra en Ucrania. Tan solo pensemos que, en promedio, el costo de un boleto de avión corresponde en un 40 por ciento al pago de turbosina. Así, tendrán que hacer muchas cuentas las aerolíneas y también los pasajeros para saber si les conviene ir a Santa Lucía por ahorrar costos y poder viajar sin absorber el incremento en precios de boletos de avión.

Tristemente, a las líneas aéreas parece ‘les lloverá sobre mojado’. Una industria que ha sido gravemente golpeada por la pandemia, ahora también se verá afectada por lo que sucede en el otro lado del mundo. Lo que aparenta ser un problema lejano deja de serlo: afectará los precios de todos los vuelos nacionales y lo sentiremos en nuestros bolsillos.

Algunos dirán que ello solo afecta a los “fifís”. Nada más falso. Dado que nuestro país carece de un sistema de trenes confiable y extenso y el transporte en autobús muchas veces resulta igual de caro que un boleto de avión —además del tiempo que duran los trayectos por esa vía—, el utilizar el avión para ir a distintos puntos del país ya no es un lujo solo para los muy ricos. Es también un bien de amplia necesidad para la clase media, media alta y media baja.

Ucrania está más cerca de lo pensado para las aerolíneas, para el aeropuerto de Santa Lucía y para nosotros como usuarios.

Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero