Alexa Moreno es la cachanilla ejemplar que inspira el más profundo orgullo en todo México. Su espíritu y éxito acompañado de precisas, armónicas y complejas presentaciones la ha colocado como una deportista querida. Ganó la medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Gimnasia Artística de 2018 en Doha, Catar, convirtiéndose en la primera gimnasta mexicana en lograr una medalla en esta competencia. Compitió en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y Tokio 2020, logrando posiciones destacadas y ganando reconocimiento internacional por sus actuaciones. Además de ser desafiante por su sencillez y felicidad al vivir, la manera en que la disciplina le ha llevado a la cima deportiva hoy nos muestra una de las lecciones más bellas.
Alexa es especialista en superar adversidades y vivir el mejor lado de la vida. Este fin de semana, después de una primera participación destacada en la que el ritmo del K-pop le acompañó, demostró que el deporte significa mucho más que solo ganar, sino que se trata de abrazar los procesos de la vida y sonreír también en las caídas, pues éstas no implican el fin del mundo.
En la clasificación de este domingo, Alexa Moreno se encontraba lesionada y viajar sin su equipo de cabecera tuvo como consecuencia que su cuerpo no resistiera su aparato favorito, el salto de caballo, donde era considerada una candidata favorita para subir al podio representando a México. Tampoco destacó en otras pruebas como suelo y barras asimétricas, y en la viga de equilibrio sufrió una dolorosa caída, de la que se levantó con una sonrisa, demostrando su resiliencia a pesar de lo sucedido.
El salto de caballo era la mejor esperanza de Alexa Moreno para continuar en los Juegos Olímpicos pero su puntaje total de 13.949 no fue suficiente para estar entre las mejores clasificadas que obtuvieron su boleto a la final del próximo 3 de agosto. Quedó a tan solo 50 milésimas de alcanzar su objetivo. La atleta de Mexicali, de 29 años, fue la décima mejor en la clasificación general en salto de caballo, y únicamente acceden ocho gimnastas a la lucha por las medallas. Además, existe la restricción de no más de tres gimnastas por nacionalidad en la final, y tres de las primeras nueve son estadounidenses, lo que complica aún más la situación para Alexa.
SIN EMBARGO, Alexa sigue siendo la favorita por mucho. En primer lugar, porque no hay destino escrito y Alexa Moreno se convierte en la primera reserva de la prueba. Esto significa que es la siguiente en la fila para acceder a la final en caso de que alguna de las ocho gimnastas clasificadas no pueda participar debido a una lesión. Lamentablemente, sus compatriotas Ahtziri Sandoval y Natalia Escalera quedaron eliminadas de forma oficial.
En segundo lugar, la sonrisa de Alexa al caer se ha convertido en un poderoso mensaje: puede que hoy no sea el mejor de los días, pero una caída no define tu carrera ni altera tu esencia. Nadie dejará de sentir aprecio y admiración por un error, por el contrario, caer y sonreír implica que la atleta entendió perfectamente de que se trata la vida, pues en lo cotidiano como en el deporte no se trata de los premios sino del ímpetu para luchar. A pesar de que sea una contradicción sugerir que en plenos JO no se trata de ganar sino de luchar, la realidad es que aquellos espacios altamente competitivos han sembrado conductas insanas en deportistas y jóvenes que les observan como la vigorexia o trastornos alimenticios.
Alexa Moreno siempre recuerda que ni es el físico ni es la perfección lo que hace especial a una persona, sino que es su esencia. Con caída o sin caída, Alexa continuará siendo una de las más admiradas deportistas del mundo, con la diferencia de que las niñas que la miren sabrán que equivocarse es de humanas y que cada caída engrandece pues como en aquellos días en que Moreno comenzaba a entrenar, cuando seguramente vivió muchas más caídas, su cuerpo podrá sanar y sus habilidades le permitirán continuar siendo extraordinaria, levantarse las veces que sea necesario y continuar. Ese mensaje debería quedar grabado también en la mentalidad adulta que suele frustrarse y perderse en el túnel sombrío de los lamentos cuando comete errores. La lección filosófica para vivir con sentido que nos brinda Alexa Moreno deja claro que el deporte lo vivimos todas y todos, también demuestra que el orgullo es más profundo y grande que una medalla o una clasificación pues al menos yo, me siento completamente feliz se mirar todos los reflectores sobre Alexa Moreno, mientras sonríe levantándose y agradeciendo con el corazón la oportunidad de estar en París 2024.
Así deberíamos ser. En nuestras caídas, algunas privadas o definitivamente mucho menos públicas que la de Alexa, sonreír con humildad y alegría, seguir, conquistando los corazones de aquellos que se atreven a reconocer que no se puede vencer a quien no se sabe rendir. Felicidades, Alexa Moreno y gracias por la enorme lección.
En lo que sea que crea el lector, algunas energías y esperanzas son tan grandes, que el orden de los factores logra acomodarse para abrir el camino a la luz, así es que, si Alexa Moreno sigue adelante, podremos además tener una lección de fe y merecimiento. Pues sí, también nuestros sueños caben en sus apretadas matemáticas.