Sigo sin salir de mi asombro. El día 5 de septiembre, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina se llevó a cabo el evento de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) en conjunto con el Consejo Internacional de Aeropuertos para América Latina y el Caribe (ACI-LAC), cuyo nombre fue “Aviation Day Argentina”.
Y es que resulta que salieron alabando las políticas del loco de Javier Milei; así es estimado lector, no está usted leyendo mal, ni sus ojos le fallan, lo que falla es la cordura de Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las américas.
A su parecer, las medidas que ha estado tomando el gobierno argentino son muy importantes, declarando lo siguiente y lo transcribo como lo recoge el medio Infobae: “Se trata de una transformación histórica, que permite a Argentina competir no sólo en el mercado regional, sino global”.
Así es, están echando las campanas al vuelo por la política de “cielos abiertos”, esa misma que vulnera la soberanía aérea de un país. Para Rafael Echevarne, director regional de ACI-LAC, declaró al mismo medio “que aplaude las medidas del ejecutivo argentino, que redundarán en beneficio de todos (…) aportando flexibilidad y libertad a la hora de volar”.
Con ambas declaraciones, yo me quiero volver chango de la desesperación, sobre todo por el uso del doble discurso. En junio del año pasado se llevó a cabo una reunión de la IATA en la Ciudad de México, y en ese entonces su opinión sobre la política de los “cielos abiertos” era completamente distinta.
Déjenme especular, tal vez en esos momentos querían darle “coba” a la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) o al Colegio de Pilotos del Anáhuac, pues recordemos que se puso candente la discusión en nuestro país sobre el tema del cabotaje y por ende, por la política de “los cielos abiertos”.
Pero me entero de que ahora aplauden a un ser que no entiende lo más mínimo a la industria aeronáutica de su país y que, al contrario, lo que busca es acabar con la aviación en Argentina, de acuerdo con lo dicho por los propios trabajadores aeronáuticos del país.
Sí, esa es la opinión de esos trabajadores que siempre terminan siendo los que pagan los platos rotos de las medidas que tomen los políticos en turno; esos seres invisibles que hacen posible que la aviación exista, pero que no son tomados en cuenta en momentos decisivos como este.
No me extraña para nada, pero esta historia ya se vivió en Argentina en el pasado, y el resultado no fue nada positivo, ¿por qué demonios se empeñan en acabar con la aviación estatal?
Por otra parte la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos de Norteamérica (FAA por sus siglas en inglés) está realizando una auditoría a dicho país, a lo cual Peter Cerdá opinó en una conferencia de prensa, que se tome con mucha responsabilidad y enfoque; cito textual sus palabras:
“…el enfoque negativo puede causar el bajar de categoría, porque es muy importante sobre todo que estamos viendo mucho más auditorías que se están llevando a cabo en América Latina. Buenas noticias, México se recuperó después de dos años y medio, República Dominicana pasaron el proceso de una manera muy buena, ha mantenido la Categoría 1. Tenemos a Perú y Argentina en estos momentos en una situación de evaluación.
Sí tengo que decir aquí, con el gobierno argentino y con el gobierno americano ha habido mucha transparencia, mucha cooperación, mucha colaboración, que es muy importante en este tipo de visita o auditoría; pero es algo que tanto la industria como el aeropuerto lo estamos mirando, porque si bajaran a Categoría 2, el impacto puede ser muy grave para el desarrollo de esa conectividad, sobre todo de las compañías argentinas…”
Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las américas
Justamente al final de su declaración es donde “la puerca tuerce el rabo”. Veamos la contradicción: con la apertura de la política de “los cielos abiertos” es un festín donde hasta podemos escuchar como destapan la champaña para brindar, pero de pronto parece importarles el impacto que pueda causar una degradación a categoría 2, sin ponerse a pensar que al abrir los cielos están matando literalmente a la industria aérea de Argentina.
Quienes tenemos años dentro de la industria sabemos a profundidad del caso de Perú, que debido a todas las políticas neoliberales implementadas acabaron con su aviación, al punto de que la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) ha declarado que está rezagado con respecto a sus vecinos.
Perú ocupa el octavo lugar en el Índice de Competitividad ALTA-Amadeus, esto debido a la saturación que tienen en sus terminales aeroportuarias así como la baja inversión que se tiene para infraestructura. Cosa curiosa, la ALTA a través de su CEO José Ricardo Botelho, para este país andino, solicita al gobierno incrementar los recursos económicos, de acuerdo al informe “Peru Aviation Insight”.
Invertir en su aviación es justamente lo que no piensa hacer el gobierno de Javier Milei, sino todo lo contrario. El vocero del gobierno de Milei, Manuel Adorni ha “celebrado”, el recorte perpetrado en Aerolíneas Argentinas de más de 1,500 trabajadores, una reducción del 13% de su plantilla, considerando que es una forma magistral de “sanear” las “cuentas públicas”.
Lo dicho con anterioridad, mandar a la gente a las garras del desempleo es considerado por estos seres infrahumanos “un total éxito”. ¡Vaya! casi me sacan las lágrimas. Mientras para otros países piden a sus gobiernos que le inviertan a la industria aeronáutica, ya sea privada o estatal, que se metan recursos económicos para aumentar y mejorar la infraestructura aeroportuaria, aquí en Argentina “celebran” el recorte al personal aeronáutico.
En resumen esto fue de lo que se habló a muy grandes rasgos en el evento de la IATA “Aviation Day Argentina”. Desde estas líneas expreso mi total solidaridad con todos y cada uno de los trabajadores que fueron despedidos en aras de una errática política aeronáutica a manos del un pésimo gobernante como lo es Javier Milei.