El uso de las mascarillas, cubrebocas, barbijo -o como lo llamen en las diferentes latitudes-, se ha vuelto parte de nuestra normalidad, en muchos casos obligatorio, y en el ámbito aeronáutico se convirtió en un elemento indispensable para viajar en avión.
Han sido pocas las aerolíneas y países que han dejado a elección del usuario el usar o no cubrebocas a bordo de las aeronaves. No estamos hablando de un tema menor, la importancia de la industria aérea es indiscutible, como quedó establecido recientemente en el Foro Mundial de Davos, Suiza.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) emitió un comunicado en el que agradece la nueva guía de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), que elimina su recomendación de que requerir el uso de cubrebocas en los vuelos.
En el continente americano no se ha podido llegar a un acuerdo todavía; en diferentes jurisdicciones aún mantienen el requisito de la mascarilla. Esto se convierte en un desafío tanto para las aerolíneas como para los pasajeros, que vuelan entre destinos con diferentes requisitos. La opinión de Willie Walsh, director de la IATA:
“Creemos que los requisitos de mascarillas a bordo de los aviones deberían terminar cuando las mascarillas ya no sean obligatorias en otras partes de la vida diaria, por ejemplo, teatros, oficinas o en el transporte público. Aunque el protocolo europeo entra en vigor la semana que viene, no existe un enfoque coherente a nivel mundial para el uso de mascarillas a bordo de los aviones. Las aerolíneas deben cumplir con la normativa aplicable a las rutas que están operando. La tripulación del avión sabrá qué reglas se aplican y es fundamental que los pasajeros sigan sus instrucciones. Y les pedimos a todos los viajeros que respeten la decisión de otras personas de usar máscaras voluntariamente, incluso si no es un requisito”
Willie Walsh, de IATA
El nuevo problema al que nos enfrentamos en la aviación es que no existe un protocolo homologado; cada quien pone sus reglas, lo que crea un desorden y genera preocupación a los viajeros, y por supuesto crea encono entre los pasajeros.
La IATA estima recuperación de las aerolíneas hasta 2025
Y es que la IATA prevé que las aerolíneas se recuperarán en su totalidad hasta el 2025, ya que fue una de las industrias más golpeadas por la pandemia, por las restricciones de viajes que forzaron a las aerolíneas a cancelar vuelos y la demanda de viajes de negocios y vacaciones se redujo al mínimo.
No obstante, las buenas noticias de recuperación se están viendo opacadas por el aumento en los precios del combustible, impulsado por la guerra de Rusia en Ucrania, que obligará a las compañías a subir las tarifas, y podría frenar la demanda de viajes, lo que ocasionaría pérdidas millonarias; este tema en particular fue abordado en el Foro Económico Mundial de Davos.
Así que por el momento tenemos en el panorama mundial dos factores que pueden actuar en contra de la recuperación de la industria aeronáutica: el que concierne a la guerra, un factor externo en el que es complicado (prácticamente imposible) tener algún tipo de injerencia; sin embargo, el uso de cubrebocas, mascarillas o barbijos, sí depende de qué tanta voluntad tienen los países, las agencias de aviación y las aerolíneas para ponerse de acuerdo, y no dejarlo al criterio del pasajero, sino estableciendo reglas claras, concretas y no invasivas.
Tenemos un evento mundial en puerta, y los viajes en avión se irán incrementando para ver la justa deportiva. Al proceder de diferentes continentes y países, se vuelve urgente regular el uso de los cubrebocas, tanto para pasajeros como para tripulantes.