Refutaciones Políticas
El gobierno es una institución central en cualquier sociedad, y comprender su función y razón de ser es fundamental para entender el orden en el que vivimos. La razón más importante por la que debemos conocer de su existencia radica en que es el único ente capaz de establecer y administrar el poder político, tomar decisiones sociales y mantener el orden público. Sin un gobierno, no habría leyes, ni estructura, ni forma alguna de organización social viable.
El gobierno, en esencia, es la totalidad organizacional del Estado, no una entidad aislada e inerte. Su presencia es constante en todos los aspectos de la vida social cotidiana, desde la educación hasta el transporte y la regulación de los alimentos. Es imposible evadir su existencia, ya que regula incluso los caminos que transitamos y los derechos que ejercemos. En la modernidad, el gobierno ha adquirido una función omnipresente, comparable a la idea de una entidad divina, presente en cada rincón de la sociedad.
El derecho es el principal instrumento del gobierno para ejercer su autoridad. Las leyes legitiman su existencia y su capacidad de mando. Todas las corrientes políticas, sin importar su ideología, reconocen la necesidad de un gobierno, ya sea en su versión más mínima (liberalismo) o en su máxima expresión (socialismo). La legitimidad del gobierno se basa en la necesidad de orden y en la estructuración de la sociedad a través de normas establecidas por la ley.
Las constituciones, como la Constitución de los Estados Unidos de América, fueron diseñadas no para otorgar derechos en primera instancia, sino para estructurar el poder gubernamental. Lo primero que pensaron los fundadores de Estados Unidos no fueron los derechos individuales, sino la estructura del gobierno: los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. La organización del poder precede a la garantía de derechos, porque sin un gobierno estructurado, no existirían medios para hacer valer esas garantías.
El Estado es la comunidad política legítima que crea y estructura al gobierno que justifica su existencia a partir de la necesidad de establecer orden y administrar el poder. La soberanía, entendida como el poder absoluto y perpetuo de una república, es la esencia de todo gobierno. La Constitución de cada país es el documento que legitima y organiza este ejercicio del poder.
El gobierno, a través de la soberanía, ejerce su autoridad en diversas áreas, como el poder judicial. Cada vez que un juez dicta sentencia, lo hace en nombre del poder soberano del Estado. Este ejercicio del poder es inevitable y omnipresente. No es posible evitar el sometimiento a un gobierno, sin importar la forma política que adopte una sociedad.
Los derechos humanos no existen por sí mismos; son producto de una construcción político-social e ideológica. No se nace con derechos inherentes; es la sociedad la que los otorga a través de acuerdos y normas establecidas. Un ejemplo claro es el derecho a la educación: en un determinado momento, una sociedad puede decidir que la educación es un derecho universal, pero en otro contexto, una mayoría política podría eliminarlo. Toda persona nace desnuda, de ropa y derechos; es el tiempo, la circunstancia y las instituciones las que visten de ropa y derechos a los seres humanos.
El ejercicio del poder no siempre se basa en la racionalidad, sino en una serie de factores políticos, ideológicos y económicos. Las decisiones gubernamentales pueden ser influenciadas por intereses que van más allá de la lógica y la razón. Por ello, es crucial entender que el gobierno no solo administra el poder, sino que también define las reglas del juego en función de circunstancias cambiantes y contextos específicos.
El gobierno es un ente ineludible en la sociedad. Su función principal es garantizar el orden y la estructura política a través del derecho y la soberanía. Sin un gobierno, no habría leyes, ni organización, ni estructura social viable. La relación entre gobernantes y gobernados es una realidad inevitable, donde el poder se ejerce de manera legítima a través de normas establecidas.
Comprender la función del gobierno es esencial para entender la sociedad en la que vivimos. La política, las leyes y la administración del poder son elementos fundamentales que estructuran nuestra realidad cotidiana. La cuestión no es si debe existir un gobierno, sino cómo debe estructurarse para garantizar un equilibrio entre el poder y los derechos de los ciudadanos.