No es un tema sencillo ni un asunto bilateral con EUA que puede ser manejado o procesado sin medir bien las palabras y los hechos que se enuncien o valoren. Eso se entiende perfectamente bien. Pero el hecho informativo al respecto se ha empantanado, en la medida en que el gobierno se ha circunscrito a tres aspectos centrales de su comunicación social vía las conferencias mañaneras: a) no participó en el hecho de la detención de Ismael Zambada García ni de Joaquín Guzmán López; b) están esperando la información oficial solicitada a EUA pero esta fluye muy lenta y parcialmente sin lograr esclarecer los hechos; y c) el presidente AMLO y la secretaria de seguridad pública ciudadana no descartan nada, ni afirman nada con precisión, sólo leen lo que les han enviado desde la embajada de EUA, el presidente afirmó sugiriendo, que “nosotros también podríamos ir y secuestrar allá, pero no se trata de eso”. ¿Insinuó que eso sucedió?, o solamente habló en términos de igualdad de posibilidades operativas entre ambos gobiernos?
Por lo que hemos observado y reflexionado sobre la forma en que el presidente actúa en ciertas coyunturas marcadas por la complejidad y cómo se maneja sobre ello en cuanto a comunicación social, tenemos por cierto, que si puede, se guarda un as bajo la manga, para sacarlo al final, reivindicar con fuerza su versión o bien, confrontarla con otra que considera inexacta, y sale así triunfante del evento. Hoy el tema es muy delicado por tratarse de líderes -no de la misma talla- de organizaciones del crimen transnacional y que conforma uno de los temas más problemáticos de la agenda bilateral, de alta explosividad, De allí la extrema prudencia con se habla ante la insistencia de los reporteros de la fuente.
Pero desde nuestra perspectiva se está dirigiendo hacia un callejón sin salida: i) si EUA reconoce que se trató de un acuerdo pre judicial para lograr una entrega negociada, tendrá problemas internos para justificar su falta de observancia de los principios judiciales para este tipo de casos como ha habido otros, además del flanco político vulnerable en coyuntura de campaña presidencial, nada despreciable en una contienda hasta hoy empatada; ii) si reconoce que entró en alguna forma subrepticia y necesariamente armada, a territorio nacional y secuestro -no puede llamarse de otra manera- a ambos narcotraficantes, habrá conflicto diplomático y un futuro incierto para la cooperación binacional en la materia, cuando hay un gobierno de gran legitimidad que apenas entrará; iii) y si no sucedió ninguna de estas dos posibles situaciones, entonces ¿qué sucedió? ¿Cómo los detuvieron?
Me parece que EUA ya ha esbozado en el comunicado oficial emitido desde su embajada, cuando hablaron del caso de Joaquín Guzmán López, no del Mayo Zambada, una posible respuesta: simplemente ellos quisieron viajar a EUA por voluntad propia a entregarse, sin pacto negociado, ni ser secuestrados. ¿Por qué no lo ha afirmado así EUA? Porque sabe que el gobierno de México puede tener información precisa desde la inteligencia militar y civil que podría refutar su versión y convertir el tema en asunto muy controversial entre ambos gobiernos. En algo así como “una disputa por la verdad”, confrontando informaciones oficiales.
Aquí un factor muy extraño es el silencio, o aparente silencio, de las huestes del Cartel de Sinaloa, en cualquier caso que hubiera ocurrido de los que se han manejado en la prensa y medios públicos en México, sobre el arresto de sus lideres: traición, secuestro de la facción de “los chapitos” al Mayo Zambada, o rendición condicionada con las autoridades de EUA, dejando arreglado el ambiente interno de poder, negocios, dinero, etc. de las fuerzas que se mueven al interior del Cartel de Sinaloa, que sería muy propio de un tipo inteligente y conciliador, con mucha autoridad, como se ha sabido que es y actuó siempre el Mayo Zambada, por ello aparentemente o realmente, todo está por allá en Sinaloa en calma.
Lo que diga el abogado Frank Pérez puede ser parte de lo acordado, con su cliente o con autoridades de los EUA. En la próxima audiencia del 9 de septiembre, las cosas pueden cambiar, ya sea que el Mayo Zambada se reitere “no culpable” o cambie a declararse “culpable”, lo que cancela la realización del juicio, y comienza a cooperar con las autoridades vaciando una gran parte de su inmensa memoria respecto a las historias del crimen transnacional organizado en México y los grandes sobornos a los altos funcionarios del Estado mexicano.
Y allí en esta segunda posibilidad (declararse el Mayo “no culpable”) su testimonio puede ser el golpe de gracia para Genero García Luna, a quien ya le negaron la realización de un nuevo juicio como pidieron sus abogados porque dijeron “tenían nuevas evidencias” de su inocencia. Y si como sugirieron las autoridades de EUA la entrega de Joaquín Guzmán López se hizo para generar beneficios de ley para Ovidio Guzmán. Entonces tenemos que los tiempos en donde convergen el arresto del Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López, la salida de la cárcel de Ovidio Guzmán y la próxima sentencia de García Luna, no son una mera coincidencia. Pero no olvidar, que Genera García Luna todavía puede declararse culpable y convertirse en testigo protegido y “cantar como tenor”, dicen algunos.
Esta es una línea de investigación pendiente de estructurarse e investigarse, en cuanto a la posibilidad de que existan o puedan producirse acuerdos secretos cruzados con relación a los personajes de nivel jerárquico de la más grande organización del crimen transnacional en México, como es el caso del Cartel de Sinaloa, acuerdos cruzados en cuanto a sentencias, testimonios, beneficios de ley, cambio del estatus en prisión, etc., y de la propia conducta táctica hacia las actividades de la propia estructura criminal, y con relación a sus adversarios, porque ya tienen allá a “la plana mayor” (aunque algunos después se escindieron y pocos salieron libres) a una parte fundamental de los personajes del narcotráfico transnacional desde México: Chapo Guzmán, Mayo Zambada, el Rey Zambada, Sergio Villareal Barragán, Edgar Valdés Villareal, Vicente Zambada Niebla, Ovidio Guzmán, Joaquín Guzmán López, el ex fiscal de Nayarit Edgar Veytia y todos con asociaciones criminales diversas con los gobiernos de la alternancia partidista (PAN), “el regreso del PRI” con Enrique Peña Nieto, y pasaron ya por allá, Ema Coronel -esposa del Chapo Guzmán- y su compadre y socio, tercero o cuarto en la jerarquía, probablemente, Dámaso López Núñez, por mencionar a estos como de los más importantes y de jerarquía, y varios más muertos, y todos teniendo como un eje articulador criminal fundamental transexenal a Genaro García Luna.
Si no tuviéramos un gobierno del cambio, de la transformación nacional, sin vínculos con el crimen trasnacional dentro del primer círculo presidencial, y esforzado en la denuncia y ruptura con pactos criminales anteriores, tendría la sensación de que todos los personajes que tiene ya bajo su poder EUA y con los vínculos estrechos que todos ellos han tenido con personajes de la clase política mexicana, EUA nos tendría en su poder, porque ello comprende los más diversos sectores de actividad económica y política, institucional en México.
Pero también en necesario afirmarlo, la estructura organizativa, operativa, de alianzas locales y regionales e internacionales, hoy con un nuevo grupo dirigente, todo indica que es el hijo menor del Mayo Zambada, Ismael Zambada Sicairos, Mayito flaco, se mantiene en pie y funcionando todo el cártel, aunque con un debilitamiento relativo por los golpes recibidos, pero se afirma que los sobrinos del Mayo Zambada García -sin descartar otros grupos aliados a su interior- pueden disputar el control del cártel. Por ejemplo, Serafín Zambada Ortiz, que fue capturado y salió libre en 2018 tras 5 años de prisión, aunque está también Rafael Caro Quintero, presunto líder del Cártel de Caborca, asociado al Cártel de Sinaloa, que viene expandiéndose en esa subregión del territorio nacional a través de sus jefes locales y aliados.
Expertos señalan también a otro posible retador, a Juan Carlos Félix Gastélum, “El Chavo Félix”, yerno del Mayo Zambada, casado con una de las hijas del Mayo, conocido como “El Señor del Sombrero”, algunos lo sitúan como “jefe de seguridad” del Mayo Zambada que siguió la escuela de su suegro de moverse con un perfil bajo. Este personaje, como otros, ya fue objetivo en un operativo conjunto de SEDENA y SEMAR en febrero de 2024 para su captura, operativo fallido a pesar de un despliegue de cierta importancia, pero está dentro de los objetivos inmediatos. Lo que ha sucedido o suceda dentro del Cártel de Sinaloa puede trastocar las prioridades antes existentes.
Hay muchas cuestiones por clarificar y procesos al inicio que iremos viendo cómo se desenvuelven. En tanto la información de lo sucedido con Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López no fluye desde EUA, la darán conforme la quieran dar, en tiempo, forma y contenidos. Para el presidente AMLO no será grato irse, despedirse, sin tomar un fuerte posicionamiento al respecto de la seguridad y el combate al crimen transnacional en México, de lo que ha sido uno de los eventos que ha sacudido a la prensa nacional, regional e internacional, a la clase política mexicana y latinoamericana, y a importantes hombres de empresa diversos. Creo que lo hará con la información que tenga en sus últimos días.