“No hay mayor cinismo que el de aquellos que reclaman para sí lo nunca han dado.”
JORGE GONZÁLEZ MOORE
“Mi gobierno, es otro ejemplo de cinismo, un partido socialista que no practica el socialismo.”
NACH
“El cinismo es la expresión de la brutalidad en estado puro.”
JAVIER MARÍAS
En su mañanera del jueves, el señor López Obrador presumió: “nada más véanlo con las manifestaciones y no creo que vaya a cambiar, pero llevamos ya cerca de 4 años y ¿dónde están las manifestaciones? La gente no está inconforme”.
Un presidente sin duda insolente, aun cínico, además de mentiroso, ya que bastaría darse cuenta que las manifestaciones más grandes del país en pasados sexenios en algo o mucho estaba entrometido él y su gente. Especialmente la que tomó y cerró Reforma por meses en el 2006. Dado que no olvida que según él le hicieron trampa, que no olvide tampoco que él fue quien instigó un sinnúmero de plantones, marchas, paros, movilizaciones y muchas manifestaciones.
En recientes fechas, por una parte, es obvio que no conviene que él mismo haga manifestaciones contra su gobierno y, por la otra, habría que ver qué cargos ocupan los que antes las encabezaban.
No sorprende que los eternos bloqueos, movilizaciones, paros y huelgas en la otrora Ciudad de los Palacios hayan disminuido. Tampoco que no haya intención alguna de esta 4T de regresar a muchos ciudadanos a los viacrucis que eran comunes sufrir antes en cualquier punto de la República.
Mas todo esto que digo es suponiendo que no hay manifestaciones. Y pensar así, como lo hace el primer mandatario, es desestimar a las mujeres. ¿O no han habido manifestaciones los 8 de marzo y estas han movilizado a miles de féminas? Para variar, López Obrador no las toma en cuenta.
Pero vayamos más allá. ¿No han habido manifestaciones? ¿En serio? Curioso. Entonces Palacio Nacional se ha rodeado de vallas, militares y de la Guardia Nacional para nada… La verdad es que ese que se ufanaba de que el pueblo lo cuidaba vive carcomido de miedo. La realidad es que tan solo esta semana en la capital del país hubo 20 manifestaciones. Y cada una cuenta por diez de las de antes, qué conste. Estas de ahora son auténticas; las otras, a las que Andrés Manuel se refirió hace dos días, son las que él incitaba.
México, ¡despierta! Quien estaba detrás de muchos efectos desestabilizadores de ayer, hoy se encuentra en el poder. El gran golpista de México ha sido López Obrador; no en balde su “al diablo con las instituciones”. El que durante los últimos 20 años o más se dedicó a minar la estabilidad y la institucionalidad de las autoridades en turno a través de este tipo de actos de presión, hoy gobierna.
Tenemos un presidente cínico. Casi tanto como su hijo José Ramón quien recién compartió en sus redes sociales, con motivo del Día Internacional de la Juventud, una foto de él de hace algunos años luciendo una playera con la imagen del Che Guevara.
Habría que recordar que mientras toda su juventud “revolucionaria” se basa en haber usado una playera con la foto del guerrillero, su padre instigaba manifestaciones, mítines y plantones contra gobiernos emanados de un priismo del que él antes formaba parte. Que, para colmo de la insolencia, este hijo del lopezobradorismo vive en el país más capitalista del planeta, mientras que su padre compra voluntades a cambio de limosnas y presume de la ausencia de las protestas que él perversamente fraguaba.