Acá en Allende, Nuevo León, como en todo el país y creo que en América Latina, las tiendas Oxxo, llamadas también tiendas de conveniencia (¿conveniencia de qué, o para quién?) se han reproducido como los hongos… con fatales consecuencias para el comercio en pequeño. Pero también violando leyes y reglamentos con una impunidad y sin el menor pudor.
Por ejemplo, hay un Oxxo frente a la Iglesia de San Pedro Apóstol, casi frente a las puertas del templo, lo cual está prohibido por todos los reglamentos de venta de alcohol.
Igualmente existe un Oxxo frente al catoliquísimo Colegio Ignacio Allende, en el Barrio Zaragoza…
Ellos venden cerveza que es un contento, sobre todo en temporada de calor…
Pero ahora, en vísperas de las elecciones históricas de ratificación o revocación (a mi me suena igual) del mandato del presidente de la República, mientras los Oxxos de la ciudad siguen abiertos, aunque se supone que no venden bebidas alcohólicas, a los pequeños comerciantes las autoridades los han obligado a cerrar por completo.
Eso no solamente es competencia desleal sino ventajosa, por donde se vea, pero así es nuestro México, que nunca va a salir del atolladero histórico en el que se encuentra.
Yo creo que la gente ya fue a la escuela. El que va a beber con todo y ley seca lo va a hacer, no le hace que le vendan al triple el alipús.
Ahora que no tiene nada que ver con buena ciudadanía la abstención alcohólica. Es el otro tipo de abstención, el civil, el que jode a nuestra sociedad.
¿Cuándo aprenderemos?
Obed Campos en Twitter: @obedc