Estamos viviendo tiempos insólitos en todo lo que tiene que ver con los medios de comunicación en épocas electorales que serán, sin duda, de las más históricas.
Recuerdo que hace muchos años lo que se decía en los noticieros de televisión y radio era ley. No había forma de cuestionar a nadie ni nada; no había forma de contrastar de ninguna manera la información que se nos entregaba. Era lo que se decía y no había más. Por supuesto se disimulaba muchísimo más, por lo que se maquillaba la información.
Con la llegada del obradorismo cambió toda la forma de comunicar e informar. Si bien esa triquiñuela creada por algún genio de la 4T de “montar” a algún reportero a modo, en el también genial ejercicio informativo que es la mañanera. Y digo genial porque es lo que ha mantenido cautivo a los seguidores y detractores de López Obrador posando su atención en él, que al final es lo que le importa y busca.
Aunque el presidente ha dicho e insistido mil veces que como nunca antes la libertad de expresión se ha ejercido y permitido, también es cierto que varios medios como en todos los sexenios han estado al servicio del poder y cada vez con menor disimulo y otros columnistas más han perdido sus espacios tan solo por expresar con libertad su opinión.
Cierto es que también es una realidad la muy alarmante cantidad de periodistas que han sido asesinados no solamente en este sexenio sino en muchos otros más, pero en este en particular continuamente han sido ejecutados periodistas por intentar realizar su actividad periodística, porque al poder no le gusta que se le señale o se le critique, y no porque desde el poder se les mande asesinar, sino porque estos fieles “fans” casi apuestan sus vidas por defender al que les da de comer.
Ejercer la libertad de expresión en este país es una travesía en donde te juegas la vida literalmente.
El presidente en su afán de defenderse de las “malas críticas adversarias” contra él porque no se le quiere como él supone, tuvo la ocurrencia de integrar en su equipo de comunicación a una mujer llamada Elizabeth Vilchis que por su torpe manera de leer, de un día para otro se hizo famosa, pues su trabajo consiste en tumbar las noticias falsas que se dicen contra el presidente y el gobierno.
La verdad es que la sección fue un éxito, pero no porque le diera los resultados esperados al presidente, sino por la ingenuidad espontánea de Liz Vilchis para intentar defender al presidente tartamudeando y confundiéndose y enredándose con ella misma.
AMLO hoy en día y en una antesala electoral tiene un reto muy importante y crucial frente a él: Ya no le basta con repetirnos a diario que diarios como el Reforma, por ejemplo, están vendidos, están en su contra y están diseñados para atacarlo. Eso ya no basta.
Y es que creo que el presidente de todos los mexicanos no contaba con que la gente hoy ya se informa a través de periódicos ni noticieros sino por medio de una plataforma mucho más veloz y eficaz que se llama X. Lo que antes era Twitter.
Si bien es cierto, en esta plataforma se dan errores en la información, también es cierto que la ciudadanía se ha revestido de reporteros y se dan a la tarea de investigar, compartir información, invitar al diálogo y al análisis y poner sobre la mesa temas fundamentales. Contra eso, López Obrador no podrá hacer mucho. Casi nada.
Elon Musk dueño de esta red social hasta ahora parece abierto a que se informe abiertamente de los acontecimientos mundiales que aquejan a este país. Por supuesto le da crédito y peso a las cuentas que comprobadamente no son bots o robots sino de personas de carne y hueso expresan su sentir sin ofender ni tampoco difundir historias falsas porque para ello también tiene un filtro importante X.
La democracia existe y pervive por la posibilidad de darle voz a todas las voces, aunque algunas incomoden al gobierno en cuestión.
Pocos medios permiten esta apertura y en pleno y casi 2024 año electoral, se agradece que existan estos espacios donde uno pueda expresarse libremente.
Imagino como en todos los espacios de comunicación habrán personas que trabajen para ellos que tendrán inclinaciones y preferencias políticas marcadas y que así lo externen y apuesten por ello.
Habrán también, otros espacios donde no tenga cabida la libertad de expresión y con tristeza se ha visto que de pronto algunas personas dejan de escribir o de ser reporteros o columnistas de diversos medios porque esa libertad no existió para ellos simplemente.
Otros medios que siguen manteniendo la pluralidad y ejercen todavía la muy valorada y peleada libertad de expresión y es este medio en el que tengo la bendición y fortuna de escribir: SDPnoticias, que es por mucho uno de los medios digitales más leídos en Latinoamérica; así lo han asegurado varios equipos de investigadores de distintas universidades.
AMLO conoce muy bien este medio, estoy segura de ello. Lo lee y puedo asegurar que hasta le gusta hacerlo.
Por ello quiero creer y seguir apostando porque él por más que intente silenciar voces periodísticamente hablando, nos permitirá seguir expresándonos a los que pues simplemente no le aplaudimos y que no somos sus enemigos.
Si López Obrador es inteligente como los que le admiran dicen que es, tendrá que aprender a leer lo que no le gusta leer pero ir más allá: ser entrevistado por personas que no son de su agrado y que ha creído que lo odian.
Yo diría que a la edad que tiene el presidente de México y después de lo que ha logrado debería proponerse como un mero reto personal y profesional acceder a ser entrevistado. Esto también no nada más lo reinvindica a él de alguna manera sino que le abre una puerta muy importante para conciliar con los medios de comunicación a su candidata favorita: Claudia Sheinbaum Pardo.
Y bueno, estando por terminar este año, tengo muchas cosas que agradecerle a la vida pero entre ellas poder seguir escribiendo con libertad. Es liberador poderlo hacer y me reconstruye como ser humano y ciudadano.
Aclaración: NO se me pidió ni se me pagó por escribir lo que en esta columna hoy expreso.
Que nunca se apague la libertad de expresión que por derecho nos pertenece a toda la humanidad .
Es cuanto.