Sin duda, me parece que Claudia Sheinbaum tiene experiencia en muchas cosas y ha sabido sortear otras tantas, pero lo que aún le falta por dominar y trabajar mucho sobre ello es en su relación con la prensa mexicana.
Es evidente que los protagonistas de el programa de debate Tercer Grado, que la tuvieron como invitada un día después del debate se sometieron a ella indudablemente.
No se entiende bien a bien si es que Claudia logra impactar en otros y suceda este efecto de sumisión y sometimiento en los demás frente a ella o es que se le dio instrucciones a los conductores de no cercarla ni acorralarla demasiado con sus cuestionamientos.
Pero hay algo que llamó poderosamente mi atención y es la manera en cómo Claudia Sheinbaum se defendió ante el cuestionamiento de Leo Zuckermann con respecto a que hubieron cifras altísimas de muertes por la pandemia, es decir, que en resumen hubo un muy mal manejo de la misma en la CDMX.
Ahí Claudia tuvo su punto de quiebre y en medio de su fragilidad, enojo y vulnerabilidad se puso a contestarle al entrevistador como si estuvieran ambos en medio de un pleito entre vecinos:
Claudia Sheinbaum: “A ver, en donde están las pruebas de que estuvo mal manejada la pandemia, ¿de dónde estuvo mal manejada?
Leo Z: “Son pruebas y cifras que están siendo arrojadas ahora”.
Claudia Sheinbaum: “¡Ah, ahí está. ¿Y por qué no fueron mostradas antes, hace dos años?”
Y pues sí, Claudia nos dio la razón a muchos y se abrió una gran pregunta que tendrá que responder en algún momento: ¿Por qué no se dieron cifras oficiales recién terminaba la pandemia? ¿Quiere decir que se resguardó la información y se ocultaron los datos del número de muertos por el Covid en la CDMX?
Fue Claudia la que abrió ese paréntesis y sembró ante su abrupta forma de responder, pero además de ello y lo más preocupante es que ante ese cuestionamiento se le notaba descolocada y enojada.
Se le olvidó por completo en ese momento a la candidata por Morena, que el tema de la pandemia no fue ni es un tema que haya existido para golpear políticamente ni a su líder y a ella.
Se le olvidó que la pandemia fue una pesadilla que vivimos de distintas maneras todos los mexicanos: Algunos enfermaron, otros se agravaron, muchísimos murieron y muchísimos perdimos a algún ser querido por causa de ella.
La pandemia nos dolió y nos duele a todos.
No es posible que Claudia tome este horror como algo personal.
Y es que insisto, ella tiene mal manejo de sus emociones. Le cuesta mucho mostrar dolor, tristeza, empatía, compasión.
Quizá fue educada así, de hecho ella misma en su documental o titulado “Claudia, El Documental” acepta que fue educada de una manera dura y rígida por parte de su madre.
Solo así se entiende por qué para Claudia es muy difícil poder conectar la emoción con la razón.
Por eso es que responde así ante este tipo de cuestionamientos que a todos duelen, menos a ella.
No sé, como psicóloga que soy, si realmente una persona puede cambiar de forma de ser una vez alcanzada la madurez.
Pero creo que con muchos cursos de sensibilización, terapias psicológicas, talleres de Inteligencia emocional, se puede llegar a tocar fibras emotivas en las personas que han aprendido a sellar, como una forma de mostrarse duros ante el mundo y no poder ser lastimados ni penetrados más allá de lo que permitan.
A Claudia se le olvida que de ganar la Presidencia estará gobernando para un pueblo que es sumamente emotivo.
Es la personalidad del mexicano, por eso lloramos ante el triunfo o derrota de nuestro equipo de futbol preferido, por eso es que nos emociona la noche del grito de Independencia, por eso es que nos volcamos hacia nuestras madres un 10 de mayo y les lloramos a las que ya no están.
Por eso es que ponemos altares el Día de Muertos y recordamos con música y llanto a nuestros seres amados que ya no están.
Claudia no va a gobernar a robots sino a seres de carne y hueso.
Sí, la he visto intentando y esforzándose por ser chistosa, ser empática o hablar de sus emociones en diversas entrevistas, pero siempre se levante frente a ella un muro que le recuerda que tiene que ser dura, implacable, inamovible emocionalmente y eso a todos nos da miedo, también es algo que le debe de pesar a ella.
No sé si a Claudia le interese cambiar la percepción que se tiene de ella a estas alturas. Creo que se siente tan segura de ganar la presidencia que no ve necesidad en mostrarse más sensible y empática.
Pero ojalá nos diera esa sorpresa, para que entonces sí creyéramos que no era un simple trámite el 2 de junio como ella aseguró hace unos días sino que se esforzó por llegar hasta ese punto, demostrándonos otra personalidad en su forma de ser.
Por otro lado, los conductores que han sido extremadamente agresivos con Xóchitl y blandos con Claudia, deberían de replantearse si es justo no tener el suelo parejo para ambas.
Probablemente le tengan miedo a Claudia, probablemente saben que va a ganar y prefieren no debatir con ella.
Y es que no se trata de ser agresivos con ella. Ese no es el punto. El punto es que hay que ser parejos.
Xóchitl no es agresiva para contestar, por el contrario es amable por lo que quizá por ahí es que empodera a los conductores de Tercer Grado cuando la entrevistaron.
Claudia tiene un carácter mucho más fuerte y confrontativo pero ¿es esto lo que se requiere para ser una presidenta que resuelva?
Ya para finalizar yo esperaría que todos estos extraños personajes que inventó el guapísimo de Jesús Ramírez Cuevas como Lord Molécula, Vicente Serrano, todo el staff de el diario Basta y tantos otros seres raros de las mañaneras ya salgan del foco de atención.
Esperaría que se le pudiera dar la palabra y voz a muchas y muchos periodistas que han sido censurados en las mañaneras (porque Claudia Sheinbaum ya dijo que sí, que seguirán las mañaneras con ella), periodistas que se les deja afuera de Palacio, o que nunca se les abre el micrófono a pesar de estar ahí todos los días buscando una declaración del presidente.
¿Seguirá Liz Vilchis en la mañanera de Claudia Sheinbaum? Me temo que sí.
¿Permitirá que nuevas caras la cuestionen, le pregunten, la confronten? Pienso que analizará a fondo frente a quién estará en una conferencia de prensa.
Me parece que Claudia Sheinbaum en ese sentido será mucho más cauta que López Obrador, ya que el presidente de plano depositaba todo el ritmo y peso de las mañaneras en su fiel escudero Jesús.
Pero como Jesús ya no tiene una buena imagen, será interesante ver a quien pone Claudia al frente de sus conferencias.
Ojalá y deseo de corazón la libertad de expresión sobreviva y que el uso de la inteligencia emocional de Claudia Sheinbaum nos demuestre que puede escuchar, sin explotar y empatizar con las emociones, no nada más de otros sino con las de ella misma
Es cuanto.