Andrés Manuel López Obrador se ha ensañado con los niños. Y esto no lo digo yo, lo dicen cada una de sus acciones que de manera premeditada o no, han resultado en un enorme detrimento de los más pequeños de las familias mexicanas. Empezó por quitarles los medicamentos, enseguida fueron las quimioterapias, y después las vacunas del cuadro básico de salud. Casi al mismo tiempo desapareció las guarderías, los apoyos a niños genio, y las Escuelas de Tiempo Completo. Durante la época más crítica de la pandemia por COVID-19 prohibió que se les vacunara, y ahora, les ha dejado a la deriva en materia de educación al implementar un nuevo Plan de Estudios incompleto y mal hecho -que nadie sabe explicar- y para colmo, ha dejado a la Secretaría de Educación Pública del país en manos de una persona que aún sin pronunciar una sola palabra, ya le dijo a todo México y al mundo -por la televisión-, que no tiene el conocimiento, la capacidad, la preparación, el perfil, las credenciales ni mucho menos idea de lo que tiene que hacer en la SEP.

Por más crudo que se escuche, esto es reflejo de que al presidente le tiene sin cuidado la calidad de la educación en el país. Constancia de ello fue el haber entregado esta responsabilidad a Delfina Gómez Álvarez ante la salida de Esteban Moctezuma, quien aún sin ser quizá el hombre más adecuado para el cargo, tenía mayores credenciales para ello en relación a quien vino a ocupar su lugar.

Delfina Gómez, estuvo apenas 20 meses en la titularidad de Educación, y a pesar que se esperaba que por su experiencia como docente beneficiara a los programas de la SEP, su desinterés, apatía, y esa especie de revanchismo o rencor hacia todo lo preexistente en la institución, así como su falta de solidaridad, comprensión y afinidad con los docentes, derivaron en una de las peores épocas para la Secretaría de Educación Pública en México.

A Delfina se le recordará también porque siendo titular de la SEP, fue encontrada culpable de haber robado el 10 por ciento del salario de empleados del municipio de Texcoco, siendo ella la presidenta municipal, para entregarlo a su partido político Morena, según resolvió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), quien por ese motivo sancionó al partido con una multa de 4.9 millones de pesos. Pero aún con ello, conservó el puesto gracias al apoyo de su amigo el presidente quien con total cinismo la sigue considerando una “mujer honesta”.

Y, de entre esa gente ‘honesta’ que encuentra Andrés Manuel en las filas morenistas, surgió el reemplazo de Delfina, quien decidió que le resultaba más interesante contender por la gubernatura del Estado de México y abandonó la Secretaría de educación para dejar su lugar a “La maestra Lety”, como cariñosamente la llama el presidente López Obrador.

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Leticia Ramírez Amaya, fue presentada por el presidente el pasado 15 de agosto. De ella dijo que es maestra y estuvo 12 años frente a grupos.

Durante esos 12 años participó como dirigente en la sección 9 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) y también en la Coordinadora Nacional de la Educación (CNTE). Tendríamos que decir entonces que más que a la enseñanza se ha dedicado a la grilla.

De acuerdo con Leonardo Núñez González, analista político de Mexicanos Contra la Corrupción, la última vez que Leticia Ramírez Amaya estuvo inmersa en el ámbito educativo, fue en 1984 como maestra de primaria.

“Después de eso, en 20 años no ha tenido ninguna experiencia en política pública educativa. Los datos vienen de su declaración”, dijo.

Leonardo Núñez González

Además, también acusó que las principales actividades de la nueva secretaria en los años 90 fueron sindicales y políticas, más no educativas.

“Fue secretaria de organización en la sección 9 por el SNTE y la CNTE. De ahí se fue al PRD, donde llegó a ser Secretaria Electoral para profundizar lo que empezó Rosario Robles”, acusó Núñez González.

Leonardo Núñez González

También fungió como la coordinadora del programa de Atención Ciudadana, específicamente durante el gobierno de López Obrador en la Ciudad de México; es decir del año 2000 al 2006, y antes de ser nombrada titular de la SEP, fungía como encargada de Atención Ciudadana en el Gobierno Federal.

Ha caminado pues de la mano del presidente y ha recibido sus recompensas

Pero el problema no es que reciba ‘premios’ a su lealtad, a su obediencia, a su compromiso con quien le ha permitido tener cargos en la función pública. El problema es que la educación de millones de niños, niñas y adolescentes está bajo su muy limitado perfil.

Nada menos, ayer, fue tendencia en redes sociales tras no haber sido capaz de responder una pregunta básica durante una entrevista para Televisa con la periodista Danielle Dithurbide, quien la cuestionó en relación con el arranque de la prueba piloto del nuevo plan de estudios para el ciclo escolar 2022-2023.

¿Cómo va a aprender, trátenos de poner un ejemplo, cómo va a aprender un niño las matemáticas en segundo de primaria que ya esté en el nuevo modelo educativo?”, cuestionó Dithurbide a la titular de la SEP, a lo que Leticia Ramírez después de titubear unos segundos, sólo respondió: “No podría contestar eso”.

Si no puede contestar eso, ¿De qué demonios estamos hablando? ¿Quién es esta mujer en la que los padres de familia Mexicanos tienen que confiar al llevar a sus hijos a la escuela? ¿Qué futuro les espera a esos estudiantes si quien debe ser ejemplo de conocimiento, cultura, sapiencia, y debe propiciar las estrategias para que estos educandos logren el desarrollo cognitivo, para que adquieran las herramientas que les puedan propiciar la posibilidad de crecimiento y desarrollo en su vida profesional y por ende una mejor forma de vida, está hundida en la ignorancia, en el desconocimiento, en la ineptitud?

El rezago académico que profundizó la pandemia de covid-19 debiera ser un tema prioritario para este nuevo ciclo escolar, pero ¿Cómo lograr ese objetivo tan básico y urgente si la “Maestra Lety” no está capacitada para ello? ¿Cómo echar a andar de manera efectiva el nuevo Plan de Estudios si además de incompleto y mal hecho, la Secretaria de Educación no lo conoce, no participó en su elaboración y es un tema que no domina? Y peor aún, cómo esperar que una institución como la Secretaría de Educación cumpla a cabalidad con la encomienda para la que fue creada si los cargos más importantes los tienen ahora mismo la gente de Morena, que hay que decirlo, quizá puede ser que existan perfiles interesantes, pero que no cumplen con el principal requisito, es decir, gozar de la confianza y estima del presidente de la República, quien como todos sabemos y él mismo lo ha declarado, exige 90 por ciento lealtad y 10 por ciento experiencia.

El futuro de millones de niños está en la educación pública; su posibilidad de cambiar su destino está en las aulas. De ahí que la negligencia de este Gobierno, su desinterés, su apatía, su indiferencia, su indolencia, es criminal, pues los está destinando a la ignorancia y a la pobreza.

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