Dos sucesos importantes protagonizaron el fin de semana los medios nacionales. Uno de ellos tuvo lugar en Estados Unidos: la revocación de la decisión Roe vs. Wade por parte de la Suprema Corte de Justicia; y el otro, en la capital del país: la marcha LGBT en la Ciudad de México.
La decisión de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos de echar para abajo Roe. Vs Wade ha suscitado acaloradas reacciones en ese país, principalmente dentro de los movimientos progresistas y en los grupos que apoyan al Partido Demócrata.
Suprema Corte de Estados Unidos deja sin protección a mujeres que busquen un aborto
Roe vs Wade, adoptada en 1973, ofrecía una protección legal a las mujeres, ante cualquier intervención de las legislaciones estatales para interrumpir su embarazo bajo ciertas condiciones, tales como el origen de la concepción y el número de semanas de gestación. En todo caso, ante la ausencia de una ley federal que lo regule, Roe vs. Wade simbolizaba la conclusión de una larga batalla en favor de los derechos reproductivos de las mujeres
Tras la nueva decisión de la Suprema Corte, millones de mujeres perderán el derecho de interrumpir su embarazo en los estados de la Unión Americana que decidan restringir el acceso a este servicio.
El lector recordará que Donald Trump, utilizando mañosamente el control republicano del Senado, nominó exitosamente a los jueces Neil Gorsuch y Amy Coney Barret, lo que hizo posible que el Tribunal ganase una mayoría conservadora. Con ello, la Suprema Corte en Washington ha mostrado al mundo cómo un puñado de juristas pueden contravenir los deseos de millones de ciudadanos estadounidenses.
En este punto sí que debemos ser muy claros. La decisión de interrumpir un embarazo pertenece a la esfera ética y personal. Si bien uno puede manifestarse en contra del aborto, pues esta práctica atenta contra los principios religiosos, el Estado y las leyes no deben intervenir en las decisiones de índole personalísimo.
La marcha LGBT en CDMX reunió a más de 250 mil personas
En nuestro país, y en claro contraste con lo sucedido en Estados Unidos, la marcha LGBT en la Ciudad de México reunió a más de 250,000 asistentes. Al lado de Claudia Sheinbaum, parejas heterosexuales, homosexuales y de otras denominaciones marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo manifestándose públicamente en contra de la discriminación por razones de orientación sexual.
México avanza progresivamente hacia el aseguramiento de la protección de las minorías. La Ciudad de México ha refrendado una vez más su carácter abierto, tolerante e inclusivo que permite que la orientación sexual no represente un impedimento para que las homosexuales se desarrollen plenamente en paridad de derechos que el resto. La capital del país se ha erigido nuevamente en faro para la protección de los derechos de las minorías.
En suma, mientras la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos ha mostrado al mundo el rostro intolerante de una buena parte de los estadounidenses (una minoría hoy día, conviene recordar), la Ciudad de México ha mostrado su semblante abierto al mundo.