Con cierta apatía, me entero que se está organizando una marcha, otra más, ahora para defender al INE y exigir que no se toque a una de las instituciones más respetadas en nuestro país.

Esta marcha se hará en la CDMX, pero también la convocatoria estará  abierta para toda la República Mexicana.

No sé qué tan nutrida vaya a ser y sobre todo no sé si de algo pueda servir.

Me siento un tanto derrotada porque noto que nada cambia si el presidente no quiere que cambie. Entonces a él no le importa ni le inquieta que hayan marchas y manifestaciones.

Pero lo grave no es que sólo supongamos que al señor Obrador no le interesan las manifestaciones en contra de su gobierno.

Las columnas más leídas de hoy

Lo que me parece mucho más grave fue lo que hoy dijo con respecto a ellas. Tildó de hipócritas, racistas y rateros a los que están organizando dicha marcha y por ende a quienes pretendan asistir a la misma.

Ofendiendo de esta manera a la asociación o asociaciones que están convocando a la misma es ofender a cada persona que asista a ella. Es decir que la gente que no idolatra al presidente y no acepta la forma que tiene de gobernar,  entonces es ratera, es clasista y es hipócrita.

Estas palabras salieron de la boca del presidente hoy pero ya han salido muchas otras veces .

Un presidente que en definitiva no está llamando a La Paz y a la reconciliación como cualquier presidente debería de hacerlo .

Un presidente que ama ver cómo unos agreden a otros. Porque sabe que solo así él podrá gobernar y seguir “gobernando” siempre: Por medio de la división.

Pero la cosa no paró ahí, cual niño haciendo berrinche dijo también que el día de la marcha que será el 13 de Noviembre ni siquiera va a estar en Palacio Nacional, porque es su cumple y lo va a festejar  en Palenque.

Y como en un grito de guerra, pidió a sus simpatizantes “no acudir” como pidiendo que sí, que vayan…

“No queremos caer en provocaciones, a mis simpatizantes les pido que no vayan”

AMLO

Ya sabemos que el presidente abiertamente quiere que sí, que vayan.

Y es que ¿cuándo será el día en que don Obrador tenga la humildad para escuchar a sus “adversarios”?

¡Cuántas bocas callaría el presidente si ese mismo día se quedara en Palacio, en lugar de escapar de los que lo cuestionan para escuchar lo que la gente le quiere decir?

Si no está haciendo mal las cosas ¿por qué no dar la cara?

Pero francamente sus argumentos rayan en el capricho y el berrinche.

El desdén que le hace a quienes no piensan como él es enorme, llega a ser grosera e inaudita su forma de proceder.

Entonces no es verdad que gobierna para todos y que cuando quiere dárselas de que es muy respetuoso de los que piensan diferente, termina por ofender, insultar y agredir.

No tiene otra estructura de discurso. Solo ha encontrado esta, como una forma de además enardecer a sus fieles seguidores, que son capaces de usar la agresión como una forma de defender a su líder.

Yo deseo que la marcha del 13 de Noviembre sea una marcha pacíficos y nutrida.

Pero siento decir que de nada va a servir.

No sé quienes éramos antes, los del 2004 que salimos a las calles a marchar, todos vestidos de blanco, todos al mismo tiempo.

No sé quienes éramos antes, porque ahora no somos los mismos.

No tenemos el mismo júbilo de manifestarnos porque hemos descubierto que de nada sirve ni servirá.

Nadie que vaya a esa marcha merece ser llamado ratero, clasista e hipócrita.

Nadie que decida expresarse es una persona mala.

Para el presidente sí lo son todos aquellos que se manifiestan en contra de lo que él es y de lo que él dice.

Pero él sí se pudo manifestar meses enteros tomando una de las principales avenidas de la capital del país.

Si es el uno de los pioneros en manifestarse, ¿se enoja de esta manera con otros que pretenden hacer lo mismo?

Mal señor presidente, mal su proceder. Mal su lógica. Mal su agresividad.

Mal usted y su “al fin que ni voy a estar en Palacio el día de la marcha”.

Un poquito más de humildad, sobre todo que lo que más desea el señor Obrador es que su nena consentida, Claudia Sheinbaum quede como presidenta...

Mínimo cambiar de actitud y de discurso si quiere acarrearle nuevos simpatizantes a su corcholata favorita.

Pero el presidente ya está completamente cegado en la ira y en el rencor.

Ya no mira nada más. Ya no perdona nada. Ya no escucha a nadie.

Es lamentable.

Ojalá que el INE sobreviva a pesar de todo, incluso a pesar del presidente.

Tengo fe.

Es cuanto.