Salvador Ramos, de 18 años, identificado como el pistolero que mató al menos a 21 estudiantes y un maestro en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, publicó fotos de rifles y una revista de armas en Instagram antes de disparar.

Lo sucedido en Estados Unidos deja en claro que en un lugar tan desarrollado, aún no comprenden que el vender armas de fuego de forma legal, hace mucho daño, debido a que cualquier individuo puede adquirirla con gran facilidad y realizar actos vandálicos con lo sucedió en Texas, recordemos que no es la primera vez que sucede este tipo de violencia.

El gobierno culpará a muchas otras personas, pero menos a la facilidad de conseguir armas y la propagación de ideologías extremistas.

Tal vez se culpará a la violencia en televisión, internet, Facebook, a los videojuegos y otros factores, pero no a la mala política que se tiene desde hace años. Se sabe que en ese país americano se puede conseguir armas de muchos lugares y sin restricciones.

Pero el gobierno no aceptará cambiar la política en seguridad y en la forma de adquirir este tipo de artefactos que dañan a la sociedad.

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Así como lo ha hecho con el tema del narcotráfico, quién culpa a México por el tráfico de drogas, pero no hace nada por los capos de su país, quienes allá lo distribuyen, no pensará que las drogas se venden por sí solas o que los mismos mexicanos son quienes hacen el trabajo.

Estados Unidos tiene que aceptar que a pesar de ser una nación potencia y de primer mundo, le falta políticas bien establecidas en materia de seguridad, la forma de adquirir armamento no es la correcta, está comprobado con los múltiples ataques a escuelas que han sucedido.

Felipe J. Pérez en Twitter: @pipemx