Dicen que para escribir hay que leer, mejor dicho, devorar las obras de los buenos escritores. A Sangre Fría, de Truman Capote, es un referente fundamental para el periodismo de investigación. Esta obra marcó un antes y un después en la novela norteamericana en la segunda mitad del siglo XX.
En esta línea de trabajo de campo, de mirar a los ojos a los protagonistas de las historias más terribles y hacer las preguntas precisas, se encuentra la entrevista que Saskia Niño de Rivera realizó a Héctor Martínez Jiménez, El Bart, el sicario que atentó contra la vida de Ciro Gómez Leyva en la negra noche del 15 de diciembre de 2022 y cuyo avance circuló ampliamente en las redes sociales y medios de comunicación. La entrevista completa aparecerá próximamente en el podcats Penitencias.
Existe la creencia que al preguntar a un reo si es inocente o culpable. Siempre se declara inocente. Esto es falso, al menos en lo que corresponde a El Bart. Los minutos que conocemos de su entrevista constituye una ventana que permite una breve, pero impactante mirada a la mente del sicario que eriza la piel.
Vivir para contarlo o mejor dicho vivir para comunicarlo. Como lector las palabras de El Bart me estremecen. No importa lo dura que tengas la piel, me imagino los sentimientos de Ciro Gómez Leyva al escuchar al sicario que afirma que el mayor error en su vida fue no haberlo matado. Afortunadamente falló y Ciro sigue haciendo su trabajo.
Las palabras y leguaje corporal de El Bart son materia de estudios psicológicos y criminalísticos. El fragmento de la entrevista no tiene desperdicio. Una de las cosas que más me llama la atención es la frialdad del tipo, la naturalidad con la que habla del atentado a Gómez Leyva y de su profesión de sicario, de eliminar “pacientes”, como él les dice.
En sus palabras no hay odio o agravio, menos arrepentimiento. No hay emociones, lo cual es terriblemente grave.
En México, en promedio se comenten 80 asesinatos diarios, ¿Cuántos de éstos son ejecutados por sicarios como El Bart? ¿Cómo llegamos a este punto, donde existen tipos como éstos, para los cuales la vida solo vale lo que le pagan por quitarla?
Aún preso y en espera de proceso, El Bart goza de impunidad. Dice que solo lo están procesando por homicidio en grado de tentativa y que en el peor de los casos estará en la cárcel unos diez años. Con una actitud que rebasa el cinismo confiesa que ha asesinado a más de 15 personas. ¿Qué hará la autoridad ante estas revelaciones? ¿Las investigará o simplemente las dejará pasar?
La carpeta de investigación en contra de Ciro Gómez Leyva seguirá su curso, afortunadamente al menos en este caso no habrá impunidad, a pesar de lo maltrecho de nuestro sistema judicial, los responsables recibirán su castigo.
Claudia Sheinbaum, Clara Brugada y sus respectivos equipos de seguridad deben estudiar a fondo el caso de El Bart, porque implica analizar y enfrentar la plaga de los sicarios que ejercen el oficio de la muerte con frialdad; hechos que trae a la mente el comportamiento de los nazis en el exterminio de los judíos. Me recuerda el trabajo de Hanna Arendt, respecto a la banalidad del mal, según la cual algunos hombres actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos. No se preocupan por las consecuencias, solo por el cumplimiento de las órdenes. Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.