En octubre de 2012, Sandra Xantall Cuevas Nieves logró lo que tanto anhelaba, ganar con un 48% de las votaciones para convertirse en alcaldesa de la Cuauhtémoc. Cuevas, miembro del casi extinto Partido de la Revolución Democrática (PRD) estuvo respaldada por la débil coalición de “Va por México” conformada por los partidos PRI, PAN, PRD. Los que en realidad le dieron el triunfo fueron los votos de los comerciantes ambulantes, convencidos u obligados por sus líderes.

La toma de posesión sería un evento magno, tenía que superar al de la famosa quinceañera “Rubí”. Su toma de protesta sería gloriosa, suntuosa, como las soberanas de los reinos infantiles. Sería asistida por damas, para alisarle el cabello azabache, ver que su vestido estuviera sin una arruga y que su maquillaje fuese perfecto…

Sandra Xantall tendría todo; brillaría mientras caminara sobre la larga y suave alfombra roja que fue dispuesta por ella; caminar derecha, como reina, saludando acorde a lo enseñado; aludiendo a la jovencita de la película, que de la noche a la mañana le develan que es una princesa. Su abuela la reina, le enseña cómo saludar, cómo caminar con elegancia, cómo mirar de un lado para otro para no desairar a nadie. Así, Sandra Cuevas pasó con parsimonia y altivez por esa alfombra escarlata destinada solo para ella. Caminando erguida con una sonrisa de un rojo más que intenso, tenía que guardar la compostura, disimular sus arrebatos, sus impulsos, trasmitir una absurda sencillez. Así, ingresó Sandra Xantall a su nuevo palacio: la Alcaldía Cuauhtémoc. Su entrada al recinto tenía que ser espectacular; como lo hacen los actores al ingresar al teatro para recibir el Premio TV Novelas.

Sobre la calle de Violeta se instalaron carpas donde serían destinados los invitados especiales: Jesús Zambrano, uno de los que quedan del PRD, si no es que es el único, tal vez haya sido padrino del banquete, Xóchitl Gálvez del PAN, madrina de vestido y accesorios. Por ahí estuvo Paquita la del Barrio, madrina de música, tal vez…

Vallas metálicas dejaban fuera a los que votaron por Cuevas. El lujo y la suntuosidad se hicieron presentes en la Colonia Tabacalera, zona que está caracterizada por los altos niveles de inseguridad, pobreza y marginación. Calles aledañas fueron cerradas, el recorrido del Metrobús fue alterado.

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El escenario en el que dio su discurso recordó, con orgullo y dolor que había tenido una infancia con limitaciones económicas. Al terminar, conmovida ingresó al lugar en el cual se celebraría su triunfo. Un recinto donde había de todo…

El lugar fue acondicionado como antro noventero, pantallas con videos, luces de neón bailaban al ritmo de la música, los invitados se sentaban en periqueras y “salas lounge”. Las costosas bebidas circularon, las habrán llevado los padrinos pudientes; todo armonizaba, todo acorde para crear un ambiente quinceañero, tal vez frustrado, pero eso sí, nostálgico y lujoso.

Al final del evento hubo fuegos artificiales y se liberaron mariposas amarillas… sus tersas alas se habrán lastimado, porque estaban atrapadas en una caja y fueron liberadas después del estruendo de los fuegos artificiales. ¡Qué importa, mientras la alcaldesa se luzca!

Ya en el cargo, Sandra Xantall Cuevas Nieves comenzó su continuo danzar por la alcaldía, por su territorio, por su comarca… perdiendo de manera constante los estribos, la realidad, adquiriendo diferentes personalidades. Cuevas se define como una gobernante que hace las cosas de forma diferente, con el único objetivo de obtener resultados para la ciudadanía. Se considera una mujer fuerte, valiente y sin temor a nada.

Y sí, no le teme Sandra Xantall a nada, ni siquiera al ridículo. Ahora que se le ha visto disfrazada de policía conduciendo su vehículo motorizado, así a la Pedro Infante, con su séquito uniformado detrás, ella al frente con el propósito de dar rondines para que  en su alcaldía se cumpla con las reglas.

La semana pasada la alcaldesa Sandra Cuevas anunció el reinicio del “Operativo Diamante” con el cual busca realizar recorridos diarios en las 33 colonias de la alcaldía. Afirmó que las reglas del comercio en la alcaldía son para todos, sea comercio en vía pública y establecidos, “no vamos a permitir más invasión del espacio público, las banquetas y jardines son para el disfrute de los vecinos”. Autoritaria, le daba órdenes a los trabajadores de los puestos ambulantes para que quitaran cubetas o cajas de refrescos que obstruían la vía peatonal. Cuevas olvidó que aquellos a quienes trataba con desdén, y a quienes daba órdenes de manera despectiva, fueron los que votaron por ella.

Cada mañana Cuevas habrá de despertar para decidir qué actividad realizará, qué disfraz portará, a qué personaje interpretará… una mañana “cualquiera” ordenó cerrar el carril de una de las avenidas importantes para barrerla; no le importó el caos vial que generó, sorda a los reclamos, custodiada por la policía siguió con su labor, la única que la sacó del trance fue una rata gris

Se le ha olvidado cuando agredió a dos policías dentro de la alcaldía. Falta que casi le cuesta su cargo, Cuevas ofreció disculpas en dos ocasiones. El juez le ordenó tomar un curso para el manejo de la ira.

De manera constante Cuevas es noticia. Como cuando fueron encontrados en la Oficina de Desarrollo y Bienestar de la Alcaldía Cuauhtémoc volantes en contra de la entonces Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, también había lonas impresas. Se tuvo que investigar si el dinero que se ocupó par la impresión de esa propaganda fue hecha con recursos de la Alcaldía.

Cuando hubo el lamentable accidente en las estaciones de Potrero y La Raza de la línea 3 del Metro, Sandra Xantall Cuevas, se transformó en reportera, salió de su alcaldía para informar a Loret; lamentando de manera falsa la muerte de los pasajeros. Cuevas aprovechó la situación para arremeter contra Claudia Sheinbaum, su pesadilla. Ella nunca dio instrucciones para ayudar a los heridos.

Mientras, Cuevas sigue en su mundo fantástico; anunció un mega proyecto denominado “Corredor Turístico-Tecnológico en Zona Rosa”. Pretendía la alcaldesa remodelar ese espacio de la Ciudad de México para semejar a Las Vegas. Su plan fue rechazado por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.

Lo que sí es que Sandra Xantall Cuevas Nieves, se toma muy a pecho sus papeles, aquellos que habrá imaginado en su niñez, desempeñarlos sin miedo al ridículo. Durante su gestión ha recorrido “sus” calles en patrullas con la radio en mano, ha salido al balcón como las reinas francesas para aventar “bondades” a sus “súbditos”, Cuevas es una mujer multifacética, sin duda.

Lo único que mantiene firme es el odio hacia Claudia Sheinbaum, quien no necesita de aspavientos, de comportamientos estridentes, de disfrazarse para ser grabada, ni de recorrer las calles elegantemente vestida, ni dando vueltas perdida en su mundo, en su alcaldía de fantasía.

El pasado 1 de junio, la alcaldesa de Cuauhtémoc hizo público su deseo de ser la próxima titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

De manera constante Sandra Xantall explota: ¡Claudia Sheinbaum no va a ser presidenta nunca de este país! ¡No está capacitada para ello!

¿Y el curso para controlar la ira Sandra Xantall? ¿Habrá otro para controlar el odio?