A AMLO y a la 4T les importa poco la educación, muy poco. Así quedó demostrado desde el inicio de la presente administración con el desmantelamiento de la reforma educativa de 2013, con la vuelta al control del sindicato sobre las plazas docentes, con los nombramientos de Delfina Gómez y Leticia Ramírez como titulares de la SEP, con la eliminación de las escuelas de tiempo completo, y más recientemente, con el establecimiento de una “Nueva Escuela Mexicana” como base para el nuevo programa de estudios para educación básica.
En este contexto, recojo brevemente algunos de los puntos abordados por Eduardo Backhoff Escudero, expuestos en su columna intitulada El ABC de la Nueva Escuela Mexicana, publicada el lunes en El Universal. El lector recordará que Backhoff es un especialista en temas educativos, que ha contribuido en gran medida al debate sobre la educación en México y que fungió como consejero presidente del extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
En palabras de Backhoff, la Nueva Escuela Mexicana (NEM) parte de principios ideológicos surgidos del posmodernismo de la escuela de Frankfurt y de Marx. Enseguida, aborda elementos relacionados con la colonización y cómo este proceso promovió el estilo de vida europeo, el cual se impuso sobre los pueblos conquistados.
Para ello se busca: superar la visión eurocéntrica del mundo, combatir las formas del dominio capitalista, emancipar a los sectores excluidos, recoger la visión de los sectores marginados, luchar en contra del espíritu individualista, consumista y patriarcal propio del modelo neoliberal, y finalmente, formar ciudadanos con sentido comunitario.
Como se puede fácilmente deducir, la NEM recoge los supuestos ideales de la 4T. Desafortunadamente para el futuro de los niños y jóvenes que cursan hoy la educación pública en México, el plan de la 4T no busca generar capacidades de opinión crítica o de discernimiento, sino que por el contrario, no ceja en su empeño de imponer una ideología política y económica que no encaja con la realidad del mundo de hoy.
Si bien es verdad que una nación, en aras de su desarrollo, debe superar los intereses individuales en favor de una visión colectiva, el adoctrinamiento ideológico impuesto desde el gobierno evoca lo más oscuro de la historia de los regímenes totalitarios del siglo XX. Con esta nueva “reforma educativa” (y pongo el acento en el entrecomillado) AMLO y la SEP a su humilde servicio buscan perpetuar en el futuro una ideología desfasada, populista y hueca que no contribuirá a mejorar las expectativas del futuro de los niños mexicanos.
En vez de buscar generar capacidades para el análisis crítico a través de una enseñanza pertinente, y en lugar de realizar verdaderos cambios en el contenido académico de los programas de estudio, la 4T quiere incidir en la formación de los niños con elementos que navegan en sentido contrario a lo que exigen las futuras generaciones en materia educativa.
La educación pública en México sufre hoy, quizá más que nunca, el embate perpetrado por una camarilla de políticos de pseudo izquierda que no se detendrán hasta haber capturado el futuro de los niños y jóvenes de México.