Precisamente ayer, en este espacio de opinión, fundamentamos el poder político que ha ido acumulando Claudia a lo largo y ancho del país. De hecho, lo dijimos con los números en la mano: será capaz de conquistar la totalidad de entidades federativas por las condiciones propicias que ha ido apuntalando. Ante ese avance, Sheinbaum, en cuanto a su desempeño de precampaña, promedia una intención del voto muy superior a la de los demás aspirantes de otras fuerzas políticas. La perspectiva, en ese sentido, habla de un paso dominante de Morena cada vez más holgado. Todas las encuestas, en efecto, favorecen al lopezobradorismo 2 votos a 1.

Estados como Michoacán, hoy por hoy, tienen una perspectiva muy definida a favor de Morena y Sheinbaum. De hecho, frente a los retos que se avecinan, el lopezobradorismo ha mostrado músculo y, sobre todo, civilidad para encarar lo que venga en puerta. Desde ese punto de vista, se evitó cualquier fricción o ruptura luego de conocer los resultados para la fórmula del Senado de la República, cuando muchos especularon lo contrario. Recordemos que, para el caso, el gran desafío era mantener cohesionado al movimiento. Incluso, nadie refutó la designación de Raúl Morón y Celeste Ascencio. Hubo, en ese sentido, altura de miras para construir la unidad.

Aunque, para ello, el propio gobernador constitucional, nos cuentan, operó el proceso de cicatrización y, de paso, allanó las condiciones para que, sin sobresaltos, todos avalaran la decisión de la encuesta. Y, tras bambalinas, Alfredo Ramírez Bedolla, al más alto nivel político, ha dado un gran paso para fortalecer a Morena en Michoacán. De ahí la reunión que llevó a cabo con la propia secretaria de CEN, Citlalli Hernández. Se trató, ni más ni menos, de un encuentro para construir los puentes de interlocución con los principales cuadros que, al fin y al cabo, serán los protagonistas del ejercicio de elección a posteriori.

Y así fue: los principales protagonistas, bajo una misma consigna de unidad, han cerrado filas con el proceso electoral que está en puerta. De hecho, en un encuentro abierto con liderazgos, estuvieron presentes, Leonel Godoy, Carlos Torres Piña, Raúl Morón, Fabiola Alanís, Giulianna Bugarini, Carolina Rangel, Celeste Ascencio, Reginaldo Sandoval y Juan Pablo Celis. Y, por si eso fuese poco, asistieron los directivos estatales de las fuerzas aliadas que, desde hace muchos años, han acompañado al partido guinda.

Es evidente: abonó mucho la operación clave que puso en marcha el gobernador de Michoacán. En pocas palabras, la solución fue —con pericia y sagacidad— hilvanar la unidad al interior. Alfredo Ramírez Bedolla, en ese sentido, tejió fino y, con ello, evitó cualquier rompimiento justo en el momento más crucial, antes de que se oficialice el arranque de las campañas. De hecho, los liderazgos han dado un gran paso pues, lo más importante de todo, es el proyecto de nación que sigue echando raíces a lo largo y ancho del país. Eso, a su vez, fue gracias a la oportuna intervención del mandatario estatal que, dicho sea de paso, ha puesto de manifiesto que él, para lo que se avecina, fortalecerá el trabajo de base y, con ello, la fuerza política que ha sabido encauzar.

Las columnas más leídas de hoy

Alfredo Ramírez Bedolla, en colaboración con el primer círculo de Sheinbaum, deja por sentado que defenderá a capa y espada el triunfo que López Obrador obtuvo en 2018 en Michoacán. Mientras tanto, hay que reconocer la habilidad del mandatario estatal para operar a tiempo la unidad. Logró, entre muchas cosas más, frenar el desacuerdo y, con ese efecto, acotar todo tipo de desencuentros. Esa atenuante, queda claro, fue gracias a una operación política que concluyó con buenos dividendos. Hablo de la unidad de todos los referentes que, sin lugar a dudas, serán los principales protagonistas de la elección del próximo año.

Y, como dijimos con fundamento, Claudia Sheinbaum ganará la elección presidencial. Hoy, con esas condiciones, Michoacán será, como en 2018, una palanca de impulso para la causa lopezobradorista, pues, en este momento, reina la unidad que, en el fondo, se encauzó con la operación clave de Alfredo Ramírez Bedolla.