Esta era la oportunidad de AMLO para remontar en su popularidad. Aunque se que muchos podrán decir que su popularidad está intacta, es claro que algunas cosas se le estaban saliendo de control antes de su enfermedad, sobre todo la respuesta que le dio a los paseos y viajes familiares de el general Cresencio Sandoval al decir que Loret de Mola también los hace.

Y es que, el presiente dice que fue Covid, pero que se desvaneció. Hay que reconocer que al aceptar esto dejó en claro el propio presiente que don Adán Augusto nos mintió al decirnos que no se había desvanecido. Creo que López Obrador ya solo se escucha a sí mismo.

Ayer apareció el video que muchos pedíamos para tener la certeza de su salud... Y es que lo que queríamos todos era conocer la verdad. No es que quisiéramos verle muerto como algunos aseguran.

Quedó claro que el aparato de comunicación de Gobierno es absolutamente fallido. No es que hagan las cosas mal, es que AMLO los saca de la jugada, no les avisa lo que va a decir y cómo lo va a decir.

Ante todo este caos que se ha originado por su enfermedad y por los cientos de rumores que se crearon en torno a esto, es lógico que ahora el presidente salga disfrazado de prócer de la patria victimizándose y atacando a los que no son sus simpatizantes.

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Le enoja que no lo quiera todo el mundo y se los hace saber.

Esta era una gran oportunidad para demostrar que ante la enfermedad y la bendición de estar con salud, pudiera rectificar en la forma que tiene en demostrar sus rabias, coleras y corajes y hacer un llamado a la reconciliación, pero tristemente vemos a un Obrador afortunadamente íntegro pero inestable emocionalmente otra vez… Otra vez atacando, otra vez enojado.

Personalmente he decir que estos días que él no ha estado en la mañanera, se agradece el clima de paz que se percibe en el ambiente. Es muy desgastante ver a alguien enojado e irritable todo los días e incluso a veces uno hasta se contagia de esa misma emoción.

No oír ni ver al presidente manoteando, gritando, agrediendo a la prensa que lo cuestiona, fue un alivio.

Verlo con bien me alegra por el bien de él, de su familia y de todos. No podría yo ser tan ruin de querer desearle la muerte, pero sí me frustra bastante ver que a pesar de haber vuelto a padecer un evento de salud, sigue sin reconciliarse con la vida.

Hay algo que con este evento, creo, marcará un antes y un después en la vida política de AMLO : mucha gente que según esto era “confiable” de la oposición se aventó unos rumores e historias que ni a don Epigmenio Ibarra se le hubieran ocurrido para sus series.

Queda entonces de relieve que algunos elementos importantes de la oposición tampoco es confiable.

Pero, por otro lado, queda claro también que tampoco la gente cercana a Obrador es confiable.

Jesús Cuevas, mano derecha del presidente, es uno de ellos: Le dijo a todos que era mentira que el presidente estuviera enfermo... ¡Y el presidente aseguró que estaba enfermo!

Adán Augusto aseguró que el presidente no se había desvanecido y que no tenía nada, y el presidente ayer aseguró que tuvo un desvanecimiento por un Covid que se le complicó.

También queda como mentiroso el ares de la salud, pues el honorable Hugo López-Gatell aseguraba hace días que ya podíamos afirmar que el tema del Covid había quedado en los anaqueles de la historia y no solamente el presidente se había vuelto a contagiar sino que su íntimo amigo Ken Salazar, ese que entra y sale de palacio cuando quiere, también tenia Covid.

Entonces lograr la credibilidad será un tema en que el presidente tendrá que poner especial énfasis.

Porque aunque la mayoría de la gente que sigue a Obrador pudiera ser inocente e ignorante como él mismo ha dicho, la gente tampoco es tonta. Y se dan cuenta perfectamente de el caos en comunicación que hubo en torno al tema del presidente.

La mala noticia es que esto de el manejo de crisis en la comunicación no va a tener remedio en tanto el presidente no les comunique a los demás lo que piensa hacer o decir. Es ahí cuando insisto, saca a todos de control y a todos confunde y por eso es evidente este nudo en la información.

Ojalá AMLO hubiera aprovechado mejor el momento de crisis que tuvo para llamar a todos los mexicanos a dejar de estar divididos y buscar el bien común. Pero no. Sigue enojado, a la defensiva. Nada cambió.

Yo siempre he creído que las enfermedades en algo deben de dejarte un aprendizaje. Y no es que lo crea, es que lo puedo asegurar, pero el presidente no lo ve así.

Ahí es cuando yo me frustro... No cualquiera tiene tantas oportunidades como el de estar vivo y de pie.

Pero AMLO sigue sin entender de qué se trata la vida: Se trata de dejar atrás el pasado que lastimó y seguir de frente.

Difícil cosa de entender.

Es cuanto.