Dicen que no hay borracho que coma lumbre, ni político que vaya en contra de sus intereses. La pausa de un mes en los aranceles del 25% a los productos mexicanos, lograda por la presidenta Claudia Sheinbaum tras una llamada con Donald Trump, es un respiro crucial para la economía nacional. En el complejo ajedrez de la diplomacia comercial, donde cada movimiento define el futuro de las relaciones bilaterales, esta victoria estratégica no es menor.

Con temple, carácter, inteligencia y cabeza fría, Sheinbaum mostró que tiene la capacidad para enfrentar los retos que impone la relación con un socio comercial tan volátil como Estados Unidos. Su actuación en esta coyuntura crítica no solo evitó un golpe inmediato a la economía mexicana, sino que también le permitió ganar tiempo para articular una respuesta coordinada con su equipo y evitar una crisis mayor.

La amenaza de Trump de imponer un arancel del 25% a los productos mexicanos no es nueva. Durante su primer mandato, usó esta táctica como medida de presión en temas migratorios y de seguridad. Ahora, la retoma como una carta para reforzar su imagen ante su base electoral. En este contexto, Sheinbaum tuvo que actuar con precisión. Lograr una pausa en la imposición de aranceles es un éxito significativo, pero la verdadera batalla apenas comienza.

Desde el 20 de enero, México y Estados Unidos instalaron una mesa de alto nivel para abordar el tema migratorio con resultados positivos. Ahora, se sumarán dos mesas más: una sobre seguridad y otra sobre economía y aranceles. Estos espacios de negociación son clave para definir el rumbo de la relación comercial y política entre ambas naciones.

Para el tema económico, el equipo mexicano estará liderado por Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente y Rogelio Ramírez de la O. La presencia de Ebrard es fundamental, pues ya ha demostrado su capacidad para negociar en momentos críticos, como lo hizo en 2019 cuando Trump amenazó con medidas similares. Su experiencia y habilidad diplomática serán esenciales para contener las presiones estadounidenses y encontrar una solución que beneficie a México.

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En materia de seguridad, el hombre clave es Omar García Harfuch, quien ha trabajado de manera firme en el combate al tráfico y producción de fentanilo, un tema prioritario para la administración de Trump. Su desempeño será estratégico, pues Washington ha vinculado la seguridad fronteriza con el comercio y la cooperación económica.

El reto de Sheinbaum en los próximos meses será mantener la estabilidad en la relación bilateral mientras Trump avanza en el cumplimiento de su agenda. La volatilidad del presidente republicano es bien conocida, y México debe prepararse para un posible endurecimiento de sus amenazas conforme se acerque marzo.

El liderazgo de Claudia Sheinbaum en esta crisis fue determinante para evitar un impacto inmediato a la economía mexicana. Sin embargo, este respiro de un mes debe aprovecharse al máximo para consolidar un acuerdo más amplio que garantice estabilidad y certeza a los sectores productivos del país. La negociación apenas comienza, y el gobierno mexicano deberá demostrar que está a la altura del desafío. Eso pienso yo. Usted qué opina. La política es de bronce.