“Te cuento que nací
Con el sol en el invierno
Yo soy de los que vi
El vaso medio lleno
Si hay una gota en mí
De rabia, me la trago
En una tierra hostil
Yo habré sembrado
Me gritas y te escucharé
Me empujas y te abrazaré.”
DAVID BISBAL
Con su verborrea incansable, una vez más López Obrador ha metido a México en un problema internacional. Ya son demasiados desaguisados para quien dice que “la mejor política exterior es la interior”, pero ejerce un injerencismo disfrazado de “solo estoy opinando”.
Y así, ahora, en un arrebato que parece más para castigar a Ebrard por la recién celebrada Comisión Binacional México-España, nuestro mandatario se lanzó a decir que la pausa en las relaciones con este último país continúa porque “de parte de ellos no hay una actitud de respeto… Envié una carta respetuosa y no tuvieron la atención de responderme.”
“A palabras necias, oídos sordos”, señor presidente historiador. Doble error al desconocer u olvidar que el 29 de diciembre de 1836, la reina Isabel II y México firmaron un acuerdo de paz y amistad, donde entre otras cosas España pedía perdón y se ratificaban las “relaciones de amistad y buena amistad entre ambos pueblos”.
Nada tontos, los pueblos indígenas mexicanos no han dado su respaldo a la petición de Andrés Manuel. En 2019, Marichuy, vocera y representante del Consejo Nacional Indígena, dijo que la petición de López Obrador era una simulación. Mientras que en 2020, el EZLN rechazó las exigencias del Ejecutivo federal a la corona española, sosteniendo que el objetivo del presidente era “sembrar rencor racial y alimentar su nacionalismo trasnochado con el supuesto esplendor de un imperio, el azteca, que creció a costa de la sangre de sus semejantes”.
Quien debiera poner en pausa su soberbia es Andrés Manuel. Su enojo sustentado en que no le contestaron una carta… a ÉL. Al diablo que España sea nuestro principal socio comercial de toda Europa. Que el intercambio sea superior a los 10 mil millones de euros al año. Que este crezca a una tasa de entre un 15 y un 20% anual.
Sus declaraciones son incomprensibles cuando se tiene una relación de tal envergadura, una Comisión Binacional que ofreció resultados concretos para nuestro país y, por si fuera poco, un presidente de España (Pedro Sánchez) emanado de las filas del socialismo (PSOE, Partido Socialista Obrero Español).
Insisto, lo que le duele al tabasqueño es el ego; que no le contestan, que le ignoran.
¡Pero hay más! López Obrador miente cuando dice “salen [en el gobierno español] con que tenemos que agradecerles que vinieron a civilizarnos”.
Lo que debe hacer López Obrador es poner en pausa su enojo; considerar seriamente que la “pausa” que él utiliza para referirse a España —y ahora a Perú— no existe en las relaciones internacionales. Que se decida a llamar a consultas al recién designado embajador o, bien, rompa relaciones diplomáticas (yo aconsejo que ni una cosa ni la otra), pero lo que se dice pausa, pues esa no existe.
Debió haber puesto pausa —ahí sí vía el canciller— al envío del injerencista comunicado signada por nuestro país, Argentina, Colombia y Ecuador, al respecto de Pedro Castillo. Pausa para checar cuál es la bandera de Argentina antes de mandar/publicar la misiva...
A raíz de las “opiniones” de López Obrador, en Perú ya se analiza, o bien romper relaciones con nuestro país, o declarar persona “non grata” al opinólogo mexicano…
Hagamos una “pausa” y preguntemos si en el zipi-zape diplomático nuestro gobierno ha hecho (o qué hará y cuándo) con los 250 mexicanos que continúan varados en Perú y no han podido regresar a nuestro país. ¿Les mandará un avión como a Evo? ¿O ellos no lo merecen por ser aspiracionistas y haber viajado a Perú sin usar el AIFA?
Hagamos otra “pausa” para conocer si el gobierno de México le otorgó o no asilo político a la familia del expresidente peruano. Si es un sí, se requiere saber, dada la austeridad republicana, de qué partida presupuestaria saldrá el mantenimiento de vivienda, vestido y manutención de la familia en nuestro país.
López Obrador debe poner pausa a los pretextos, caprichos, ocurrencias y bravatas internacionales para “despausar” los asuntos realmente importantes dentro de México que requieren su URGENTE atención. Como es dar razón sobre el Coronel José Grimaldo quien lleva secuestrado más de 9 días por el crimen de Jalisco (no creo que se trate de un retiro espiritual de abrazos y no balazos).
La pausa en el rubro internacional es un invento. Existe, eso sí, en el gobierno de la 4T. Le da vida López Obrador desde el púlpito palatino en los ámbitos de abasto de medicinas, mejora en seguridad, educación, calidad de vida, salud y un largo etcétera. Los problemas del país en lugar de atenderlos, mejorarlos, Andrés Manuel los pone en pausa en su cabeza; estos siguen creciendo...