“En este país, cuando algo no funciona, todos se inclinan por la solución más rápida.”

KEN KESEY

“- Nunca había sentido algo así por alguien. Quiero hacer algo por ella, ¿pero qué?

- Bueno, hay tantas cosas, flores, chocolates, promesas que no intentas cumplir.

- No, no, no. Tendrá que ser algo muy especial, algo que de veras le interese, un momento...”

PELÍCULA ‘LA BELLA Y LA BESTIA’

Somos un país de migrantes, expulsor de migrantes y con una migración interna que se incrementa día con día producto del crimen organizado, entre otros fenómenos. Un país donde llegan migrantes de paso. De Centro y Sudamérica, del Caribe, de África; que vienen sobre todo de los países que admira la 4t: Venezuela, Haití, Argentina, Cuba. En su mayor parte gente pensando que podrá cruzar a Estados Unidos esperando lograr el sueño americano.

No pocos terminan haciendo una nueva patria en esta tierra. Otros más, quienes siendo mexicanos, viviendo en México deben abandonar sus casas, sus campos, sus tierras porque no encuentran trabajo, fuente de ingresos o, bien, porque la delincuencia les ha expulsado.

El problema de la migración se ha acrecentado brutalmente estos últimos años. Al principio del actual gobierno federal, la 4t promovía el arribo de los migrantes a México. Al respecto, algunos —incluyendo el yerno de Trump— consideran que nuestro país le hizo el “trabajo sucio” a Estados Unidos al invitarlos y luego acogerlos (más tarde deteniéndolos, encarcelándolos o no dejándolos pasar).

Otros consideran que, en su populismo, el obradorismo no se imaginó la cantidad de migrantes que llegarían a México y el problema que sería y que estamos viviendo. Y eso hasta ahora. ¿O no, como parte de las arengas del grito de independencia de este 15 de septiembre, desde Palacio Nacional López Obrador gritó: ¡Vivan los migrantes!?

¿A cuáles se habrá referido? ¿A los que huyen de México por falta de oportunidades o a los que atraviesan nuestro país sobre el techo de ferrocarriles para tratar de pasar desapercibidos a los ojos de la Guardia Nacional o del crimen organizado? Ferromex frenó recientemente 60 trenes, pues los migrantes van trepados en los mismos. Prefirió parar operaciones a incrementar el número de accidentes, con el costo que eso significa tanto para la propia empresa como para los negocios que transportan sus productos.

Las columnas más leídas de hoy

La crisis migrante ha alcanzado tal dimensión que el mismo Elon Musk en su “X” Twitter se ha dedicado a hacer énfasis del problema.

López Obrador dijo que se velaría por los migrantes antes que por los trenes. Mas sabemos que ni lo uno ni lo otro se ha hecho. Eso sí, se regodea con sus palabras del “apoyo” que supuestamente le brinda a esta población con sus palabras.

Pero a los migrantes en nuestro país se les trata de la peor manera. ¿Tan pronto se nos ha olvidado la tragedia de Ciudad Juárez donde 40 migrantes murieron calcinados en instalaciones del Instituto Nacional de Migración? Una cada vez más evidente burla de la 4t, puesto que el Comisionado del INM, Francisco Garduño Yáñez, no ha renunciado a su puesto. No solo eso, procuró cerrar la acusación en su contra. Aduciendo que con el proceso compensatorio (consistente en reparar el bien inmueble, no en dar las necesarias indemnizaciones a los familiares de las víctimas) no se necesitaba ninguna otra sanción o indagación…

“90% honestidad y 10% capacidad”; lo mínimo requerido para salvar su pellejo.

Sí. Ahora, hace un par de días, en plena crisis migratoria, organizó una recepción para regalar mezcal y —¿por qué no?— chocolates “Rocío”. Para eso le dio su capacidad… Con un guiño histórico a aquel “si no tienen pan, dadles pasteles”, el comisionado ofrece chocolates a sus invitados. Recordemos que los migrantes que terminan encarcelados bajo la tutela del INM no tienen ni para comer.

40 calcinados porque los agentes de la dependencia decidieron dejarlos encerrados. Sin contar las miles de víctimas que han sufrido y siguen sufriendo maltrato y abuso de parte de las autoridades de nuestro país (entre ellas, los vivillos policías de la CDMX que les venden a los pobres e incautos migrantes tarjetas del Metro en decenas de miles de pesos).

País de migrantes, como el abuelo de López Obrador que vino “a hacer la América”. Ahora el nieto de español señala y reclama a la ONU la falta de apoyo para contener a los migrantes, pero que, eso sí, no se dignó asistir a la Asamblea General del organismo para tocar tan delicado y urgente tema.

Que hace como que no se da cuenta de que en nuestro país las autoridades que de él dependen persiguen, golpean, confinan, encierran bajo llave a migrantes mientras estos mueren calcinados.

Con esa conciencia tranquila, López Obrador mandó a la canciller Alicia Bárcena a señalar en Naciones Unidas la necesidad de modelos de gestión migratoria que faciliten la integración de los migrantes… Para ello era muy importante tomarse fotos abrazando al ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia Serguéi Lavrov, artífice de la invasión rusa de Ucrania en 2022 y de uno de los mayores éxodos poblacionales de los que se tenga memoria.

En México una crisis de millones de personas. Pero la “solución” es que el indefendible Garduño reparta chocolates mientras que la experimentada y versada canciller aproveche para abrazar a tiranos y muy corruptos funcionarios.