Empiezo por el autor. Conocí a Carlos Ramírez en 1991. Me lo presentó Luis Donaldo Colosio y, desde ese momento, establecimos una buena relación de amistad que el tiempo enfrió. Durante muchos años Ramírez fue el columnista más importante de México. Siempre destacó por crítico, bien informado y por la profundidad de sus análisis.

Ahora hablaré de su periódico. Hace no muchos meses Carlos lanzó con su hijo y algunos inversionistas un nuevo diario impreso, El Independiente. Nada tiene que ver con el fallido rotativo de Carlos Ahumada que dirigió Raymundo Riva Palacio. La empresa en la que ahora participa Ramírez simple y sencillamente compró la marca a Ahumada, y no hay más relación. Anécdota curiosa: antes del lanzamiento del periódico Ahumada se enojó y quiso recuperar esa marca; no había bases legales para ello y el impresentable argentino se quedó con las ganas de hacer show.

Voy al artículo de este jueves de Carlos Ramírez. Habla de lo que escribí acerca del video en en el que Claudia Sheinbaum canta con su novio; Ramírez aprovecha para reflexionar sobre la posibilidad de que una mujer llegue a la presidencia. Sintetizo el escrito de Ramírez y después lo comento:

1.- Se ha abierto el debate “sobre el papel de la mujer y el feminismo en la candidatura presidencial de 2024″.

2.- Llama la atención a Ramírez que yo haya mencionado en mi columna “el caso de la dirigente y activista feminista Malú Mícher y su participación en el equipo de precampaña del canciller Marcelo Ebrard”.

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3.- Sin duda es real la posibilidad, “ahora sí, de que una mujer puede llegar a la presidencia de la República”, pero no debe dejar de reconocerse “el camino abierto con candidaturas pasadas que fueron simbólicas”.

4.- “La agenda del feminismo se está posicionando en un buen espacio de la disputa presidencial a partir del criterio de que el tema de la mujer involucra a más de la mitad de la población, pero con la circunstancia agravante de que las mujeres están atravesando por una fase agresiva y hasta criminal en función de su condición de género”.

5.- Ramírez considera que “el contrapunto del video de Sheinbaum y la referencia a Mícher fue una provocación” de mi parte. Ello a propósito del “escenario de mujeres que han tenido espacios destacados en el mundo, a veces para mal y a veces para bien, como la dama de hierro Margaret Thatcher, el fracaso de Hillary Clinton por asumir su condición de mujer, pero potenciar su figura de representar intereses geopolíticos ajenos al género y el caso exitoso de la canciller alemana Angela Merkel, sin duda una de las mujeres que construyeron la viabilidad del mundo en los últimos 20 años”.

6.- Ramírez recuerda que “el papel de la mujer en la política de comenzó a despuntar con la victoria de Griselda Alvarez como la primera gobernadora en México apenas en 1979 por decisión del entonces presidente José López Portillo y ha llegado a la reglamentación legal de la paridad de género obligatoria en candidaturas masculinas y femeninas a cargos de elección popular, de manera sobresaliente en gubernaturas, terminando con el reinado machista”.

7.- Subraya Carlos Ramírez que la posibilidad real de que una mujer sea presidenta —Claudia Sheinbaum supera en todas las encuestas a Marcelo Ebrard y a Adán Augusto López— es algo que ha llegado cuando en México “el tema femenino encara una de las peores fases de criminalidad por razones de género”.

8.- “De 1982 a 2018, México ha tenido seis candidatas a la presidencia de la República —dos veces doña Rosario Ibarra de piedra—, algunas de ellas simbólicas por representar a partidos sin movilización electoral y la más cercana a posibilidades de victoria fue la de Josefina Vázquez Mota en el 2012 como candidata del PAN, pero sin el apoyo del presidente panista Felipe Calderón Hinojosa en uno de sus actos machistas que todavía requiere de una explicación política porque abandonó a la candidata de su partido para apoyar la candidatura del priista Enrique Peña Nieto como un figurín de la política metrosexual”.

9.- A partir de la reflexión anterior, Ramírez vuelve a lo que dije acerca de la feminista Malú Mícher, quien toda su vida ha buscado el poder para las mujeres y que ahora, cuando al fin el sueño puede volverse realidad, apoya en Morena a un hombre, Marcelo Ebrard, y combate políticamente hablando a Claudia Sheinbaum.

10.- Según Ramírez lo anterior significa que he “contrapunteado” la precandidatura de Sheinbaum con la participación en el equipo de Ebrard “de la dirigente histórica feminista Mícher”. En efecto, eso hice.

11.- En fin, El hecho que destaca el columnista Ramírez es que, sin duda, “aunque no se trata de potenciar equipos y candidaturas de género, sí existen condiciones para abrir una ventana de modernización social en México con la posibilidad de que pueda existir la primera presidenta de la República”.

12.- Al margen de lo anterior, Carlos Ramírez también destaca mi percepción “de que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, pareciera estar descartado”; para Ramírez no tomo en cuenta que la incorporación de Adán Augusto “a la lista presidencial es reciente y que por sí mismo —su cargo anterior y el actual— en realidad le conceden méritos para haber sido asumido de manera oficial entre los considerados”.

Mis comentarios

Es verdad la conclusión de Carlos Ramírez: “la política tiene el género femenino”. Se acaba de demostrar con el “destape” de Beatriz Paredes en El Heraldo de México. Como me acaba de decir un viejo y experimentado priista, Heriberto Galindo: “Ante la pobreza de prospectos en la oposición, Beatriz brilla en el pajar”.

A la señora Paredes la apoyarían no pocos liderazgos priistas: Manlio, Chong, Pedro Joaquín. Pero también sería aceptada por panistas: por su gran amigo Calderón, por Margarita, por Creel, Fox, Maru Campos, el jefe Diego. En el PRD la quieren los chuchos. Dante Delgado la aprecia, ¿sería capaz el líder de MC de abandonar su necedad y apoyar la alianza opositora?

Con la aparición de Beatriz, estamos ante el escenario absolutamente histórico de que busquen la presidencia solo mujeres. Esto me lleva de nuevo a Malú Mícher: ¿a tan prestigiada feminista no le alegra eso? La admirada Malú está a tiempo de decirle a Marcelo que deje de estorbar al feminismo mexicano, que se haga a un lado y no trate con grillas muy baratas de evitar lo inevitable: que el 2024 será femenino. Así lo exige la ética, así debe ser y así ocurrirá. Las ambiciones de un machito como Marcelo no lo impedirán.

¿Adán Augusto? Más allá de que no ha crecido en las encuestas, e inclusive admitiendo la posibilidad de que llegue a ser competitivo, creo que su papel al lado de AMLO es otro: ser el árbitro para evitar el juego sucio, la trampa política que es lo único que podría evitar una presidencia femenina en México. Femenina, esto es, de una mujer, porque no será suficiente ni aceptable —sería hasta una burla— un hombre envuelto en la bandera del feminismo.