De plano Xóchitl se voló la barda.
Ayer por la tarde la precandidata de la derecha, Xóchitl Gálvez, dijo en un spot que en las conferencias mañaneras el presidente López Obrador agrede a los periodistas “libres e independientes” y que se “solidariza” con la prensa que es atacada desde la “máxima tribuna del país”.
En tono furioso, como es su estilo, la panista aseguró que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo y, si bien es cierto, también lo es que durante el actual gobierno la libertad de expresión ha sido histórica. ¿No le agobia la ponzoña de “notables” columnistas que, embravecidos, ofenden un día sí y otro también al presidente López Obrador sin que nadie impida su libre expresión? Nombres son muchos y ustedes los conocen.
Y es que es inmoral, terriblemente reprobable, que la candidata de la derecha asegure que los periodistas que ella califica de libres e independientes están en riesgo de sufrir un atentado como el que sufrió Ciro Gómez Leyva en 2022. Por favor, seriedad. Más absurdo es enfatizar que ocurrió durante el actual sexenio, como queriendo culpar a quien no es responsable de tan trágico suceso. Echar leña al fuego no ayuda, por el contrario, es muy peligroso.
Y si de inmoralidad hablamos, calificar de independientes y libres a otros periodistas, que de sobra sabemos amasaron fortunas en sexenios anteriores, solapados por el poder representado por dos partidos que ella misma abandera, es de plano una barbaridad.
Entiendo que ignore que además de los periodistas que en tiempos pasados gozaron de las mieles del poder y de cuantiosos contratos que hoy les permiten vivir en el extranjero, existen muchos más que han perdido su libertad, sus bienes o sus familias para tener que salvaguardar su vida y pedir protección federal, que ella acusa de no existir.
Los comunicadores “poderosos” que años atrás fueron privilegiados no están a la deriva e indefensos. Están ansiosos, eso sí, de ver caer un gobierno sólido y eficaz que ha mantenido la paz y el progreso en un país donde dominaba la barbarie. Y eso también a Xóchitl le mete ruido, pues sabe que perderá la próxima elección presidencial y que incluso muchos de esos periodistas que ella va a “proteger y a apapachar” ven que su triunfo es improbable, por no decir imposible.
Y sí, adivina usted, cuando sea la oficial perdedora, la van a olvidar.
Al derecho y al revés
Digna de análisis es la frase que pronunció Gálvez en su promocional: “La violencia de la palabra antecede a la violencia de las balas”.
Sus estrategas, ellos sí, son expertos en fomentar la división en la sociedad, en querer infundir temor, en calumniar. Basta ver la guerra sucia que desde su búnker se pone en marcha para convencer, sin éxito, que estamos en un gobierno fallido y, por ende, de ganar Claudia Sheinbaum la elección presidencial, se repetirá “la triste historia”.
No diré que a Xóchitl le urge cambiar de estrategia para ganar porque la batalla está prácticamente perdida y Morena con su precandidata única va a ganar la elección de este año.
Lo que sí urge es evitar discursos incendiarios que culpen al actual gobierno de todo. Y sobre todo urge tener memoria para saber que los males que ella señala, vienen de muchos años atrás.