La mayor preocupación que tienen los aspirantes a suceder al presidente es que sea una cortina de humo la carta que envió Mario Delgado a los gobernadores. Eso lo veremos en las próximas semanas y meses en que vaya avanzando el proceso. De hecho, hasta aquí, ha trascendido que el coordinador de los diputados de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier, tiene toda una planeación y logística para recibir a los presidenciables en la plenaria, sin embargo, todo parece indicar que ha prescindido de la invitación a Ricardo Monreal, considerado el cuarto aspirante oficial por instrucciones del presidente López Obrador.
Algo inesperado considerando que, supuestamente, hay condiciones y línea presidencial para todos por igual. En lo que respecta a ese hecho, no sé sí en el transcurso de esta semana el diputado Mier reconsidere realizar modificaciones porque todos tienen los méritos suficientes para presentar su posición en la plenaria de los diputados de Morena en San Lázaro, máxime sí se trata de mostrar una nueva cara al proceso sucesorio.
Eso significaría un giro determinante y decisivo para ir tomando en cuenta sí es un hecho real que hay piso parejo para todos. De lo contrario, fácilmente lograremos darnos una idea de la cargada que viene en 2024. La cuestión es que, hasta ahora, no están previendo el boquete denso que pueden provocar con una decisión unilateral de esa índole. De hecho, de la forma en que se vive el proceso sucesorio anticipado es como podemos ir dando una lectura más precisa.
Sí la tónica será semejante a la postura que tomó el diputado, Ignacio Mier, el momento crucial que llegó a significar la carta de Mario Delgado no tendrá ninguna credibilidad. Sabemos de antemano que hay una enorme barrera entre decir y poner en práctica los hechos. Quizá Ignacio Mier quiere capitalizar méritos con las “corcholatas preferidas de palacio nacional” para allanar el camino hacia la gubernatura de Puebla en 2024; el problema de ello es que, Alejandro Armenta, presidente de la mesa directiva del Senado de la República, le lleva una enorme ventaja en los estudios que miden la percepción ciudadana.
Entonces, lo que menos debe de mostrar el diputado Mier es el favoritismo, ni mucho menos la exclusión. Si lo hizo a título personal, fue una mala determinación; y, si recibió línea desde arriba, igualmente fue un cálculo equivocado porque no muestra la autonomía de un poder del Estado como lo es el legislativo federal, especialmente por lo que representa un cargo como el de Ignacio en la fracción de Morena en la Cámara de Diputados.
Lo paradójico de ello es que, esa situación, puso en los titulares al coordinador de los senadores de Morena en la Cámara de Senadores. Es decir, ha trascendido más la ausencia de Monreal que el evento que llevarán a cabo la próxima semana. Entonces, eso no perjudica para nada al zacatecano porque ha enfrentado situaciones más adversas y ha salido adelante para seguir posicionándose en el mapa sucesorio presidencial. Hubiera sido bueno contar con los cuatro presidenciables en San Lázaro, sin embargo, los síntomas de la exclusión siguen predominando.
Pensamos, por un momento, que por primera vez iba a sentirse el piso parejo presidencial. No fue así: la segregación no es un buen antídoto para encauzar la unidad. Esa oportunidad, en la primera coyuntura, se ha diluido. Quiero pensar que es una decisión personal de Ignacio Mier, el prescindir de la presencia de Monreal en la plenaria de diputados de San Lázaro. Si no es así, el punto de inflexión del que hablamos ayer puede manifestar las primeras grietas porque este proceso es una etapa crucial. Se necesita unidad y no exclusión.
No han entendido la lección, al menos el diputado Ignacio Mier, no.
Era el momento perfecto para mostrar otra cara. Si no están dispuestos a abrir el abanico para todos, es por qué no hay una voluntad sensata, ni muchos menos un nivel de altura digna de resaltar como una acción democrática.
Finalmente, la primera prueba de pluralidad ha fracasado o, mejor dicho, ha desnudado la determinación unilateral de Ignacio Mier por quedar bien con las corcholatas preferidas del oficialismo.
Notas finales
Como un reconocimiento al trabajo legislativo que en calidad presidentes de la Jucopo han aportado para que el país tenga un marco jurídico que permita la convivencia con libertad y democracia, el coordinador de los senadores de Morena, inauguró la Galería de Coordinadores de la Junta de Coordinación Política, en la Casona de Xicoténcatl, ex sede del Senado de la República.
El senador reconoció que la propuesta de la Galería fue hecha por el ex presidente de la Mesa Directiva del Senado, Eduardo Ramírez.
Desde su creación, hace casi 24 años, la Junta de Coordinación Política ha sido el espacio de diálogo y construcción de acuerdos legislativos que le han permitido al país dirigirse hacia mejores estadios de vida, afirmó.
Al evento asistieron los ex presidentes de la Jucopo, Santiago Creel Miranda, Manlio Fabio Beltrones Rivera, José González Morfín, Jorge Luis Preciado Ramírez y Ana Lilia Herrera Anzaldo.
Monreal pidió guardar un minuto de silencio en memoria de dos expresidentes: María de los Ángeles Moreno y Enrique Jackson Ramírez. Envío un saludo a Diego Fernández, quien no asistió por motivos de salud.
“Quienes integramos, quienes integraron y presidieron este órgano de dirección política, honraron la función del Senado, en tanto que la Cámara alta del Federalismo Mexicano siempre ha cumplido o ha intentado cumplir con su responsabilidad histórica”, señaló.
“Queremos que quienes pasen por esta sede histórica, puedan llevarse en la memoria a hombres y mujeres que han formado parte de este Senado de la República”, agregó.
El actual presidente de la Jucopo señaló en su mensaje que hoy se hace este reconocimiento al trabajo y trayectoria de quienes han pasado por esta responsabilidad en el Poder Legislativo.