La prueba PISA, elaborada y coordinada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es una evaluación estandarizada que se aplica a jóvenes de 15 años con el objetivo de valorar el desempeño de los estudiantes en áreas como matemáticas y compresión lectura.
Gracias a sus resultados, los gobiernos han contado históricamente con una evaluación certera que les ha permitido conocer el diagnóstico en torno al estado de la educación en los países participantes.
PISA se ha convertido en un instrumento de evaluación imprescindible para la toma de decisiones de política pública en materia educativa. Acompañada por el equipo técnico que integra la OCDE, la prueba es un referente internacional de la evaluación educativa.
Los resultados de los estudiantes mexicanos en PISA 2022 no son nada halagüeños. Por el contrario, pusieron de manifiesto la degradación educativa sufrida por la irresponsabilidad de un gobierno que desdeña el valor de la educación, y que no fue capaz de ofrecer alternativas viables ante la irrupción del coronavirus.
De manera ilustrativa conviene señalar que de acuerdo a los resultados arrojados por la última versión de PISA, el 66 por ciento de los jóvenes son incompetentes en matemáticas, mientras que apenas un 1 por ciento obtuvo un rendimiento destacado.
A diferencia de los presidentes que le precedieron, AMLO decidió suspender la aplicación de la prueba para el 2025. Motivado principalmente por prejuicios ideológicos relacionados con el supuesto carácter “neoliberal " de la OCDE (lo cual dista de ser verdadero) el jefe del Estado ha optado por el retiro de México de la prueba.
¿Qué desean esconder AMLO y la 4T en materia educativa? ¿Teme que los resultados corroboren la tragedia educativa que vive el país, exacerbada, desde luego, a partir de su llegada al poder y del nombramiento de personajes oscuros como Delfina Gómez o Leticia Ramírez al frente de la SEP?
¿O que quede de manifiesto el fracaso de la Nueva Escuela Mexicana y libros de Marx Arriaga? ¿O que se demuestre la crisis provocada por la abrogación de la reforma educativa de 2013?
La decisión de AMLO de retirar a México de PISA representa una irresponsabilidad mayúscula. Como todo lo que hace el presidente, su decisión no deriva de criterios técnicos ni basados en indicadores de resultado, sino en un profundo anclaje ideológico. Es una pena.
Por un lado, trasluce su temor a que sean exhibidas las fallas de su gobierno, y por el otro, priva a los jóvenes mexicanos de un instrumento de evaluación fundamental para el diseño de políticas en materia educativa.
Muchos nos preguntamos cuál será el camino que tomará México cuando inaugure a su nueva presidente. A la luz de los sondeos de opinión, el futuro de los niños y jóvenes está hipotecado.