Primero reproduzco las notas principales del extraordinario diario de izquierda relacionadas con el arresto de Jesús Murillo Karam, quien fuera procurador general de la república durante la primera parte del sexenio de Enrique Peña Nieto:
√ “El exprocurador Murillo enfrenta cargos de desaparición forzada y tortura”.
√ “A juicio por Ayotzinapa, el primer exfuncionario de alto rango”.
√ “Al frente de la entonces PGR, encabezó pesquisas del ataque de 2014 en Iguala”.
√ “Libra juez 83 órdenes de captura; incluye jefes militares y varios civiles”.
√ “La aprehensión, un día después del informe sobre los alumnos desaparecidos”.
√ “Sin oponer resistencia, tomó del brazo al agente del MP y subió a la camioneta”.
Antes de continuar diré que fue extraordinaria la portada de ayer de La Jornada —rotativo dirigido por Carmen Lira, una periodista de dimensiones históricas—. Es esta:
“Crimen de Estado”, fue el diagnóstico, ayer viernes, de quienes editan La Jornada. Sin duda anticiparon la gran noticia: la detención de Murillo Karam.
Personalmente, lo que más me ha llamado la atención de la cobertura que el periódico de izquierda ha dado a ese hecho es su Rayuela de este sábado: “Que no se olvide: antes de condenar hay que probar”.
Puede ser —y seguramente es— una crítica a Murillo Karam, quien sin contar con evidencia sólida defendió una verdad histórica acerca del caso Ayotzinapa que hoy lo tiene en la cárcel.
Pero esa Rayuela también puede ser —y seguramente es— una advertencia a toda la 4T de Andrés Manuel López Obrador: más vale que Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, haya hecho correctamente su trabajo, ya que si no entregó a la FGR información realmente dura contra Murillo Karam, tarde o temprano las acusaciones contra este personaje se desmoronarán y golpearán a AMLO y a lo que representa —y representa mucho: la esperanza de un cambio verdadero que beneficie a demasiados millones de mexicanos que viven en la más atroz pobreza—.
“Que no se olvide: antes de condenar hay que probar”. O, como dijo Sherlock Holmes, “un investigador necesita hechos, no leyendas ni rumores”. Ojalá Encinas le haya entregado a López Obrador hechos perfectamente probados, y no solo sospechas.