Han sido muy diversas las maravillas que ha traído consigo la revolución digital en su vínculo con la vida social, pero especialmente lo ha sido con relación al mundo de los negocios, dicho sin las exageraciones de quienes predicen la obsolescencia de la economía real frente a la economía virtual. No. Pero el lugar que va conquistando la llamada Revolución Cripto es innegable. Ya el Presidente AMLO ha comunicado que Banco de México establecerá su propia criptomoneda durante 2022, con lo cual oficialmente se inaugurará la presencia de las criptomonedas en México, a pesar de que tienen presencia mediante el Bitcoin en los últimos años. ¿De qué hablamos en realidad? Del mundo de los activos digitales. Del “minado de criptomonedas”, de una nueva forma de acumulación de activos y de riqueza. De eso hablamos.
Las criptomonedas se han convertido en un elemento más de la economía que se mueve en el entorno electrónico, para comprar, vender, y sí, también para ganar dinero con ellas como pasa con el dinero físico. En realidad, la diferencia es que son activos digitales que emplean un cifrado criptográfico -de ahí su denominación- para garantizar la titularidad o propiedad, y de ese modo asegurar la integridad de las transacciones, controlando la creación de unidades adicionales, que podríamos asemejar a hacer fotocopias de un billete. Recomendamos el sitio “Cripto24.com” para tomar información y comprender el tema, es decir, entender lo que para algunos va siendo ya un cambio de paradigma. Es el vaticinio del predominio futuro del mundo digital, inexorablemente. Tal vez, pero hoy es solo una tendencia más o menos acotada que se abre paso. No nos aceleremos.
En su momento también se habló de que la economía electrónica (el comercio) había desbordado la economía real y la financiera (se le llamó “nueva economía”) y que las gravísimas crisis a que nos tiene acostumbrados el capitalismo ahora global, eran cosa del pasado. La brutal “Gran Recesión” de los años 2007-2009 en su poderosa magnitud destructiva de activos reales en la economía mundial, trajo a muchos ilusos a la realidad que no desaparece con vaticinios de ponderación sobre dimensionada de lo tecnológico. Recuerdo ahora, una vez que como docente en clase hice una exposición sobre las “crisis estructurales del capitalismo” y cómo afectan la convivencia social y la internacional, sobre los conflictos políticos derivados, etc., un alumno que debía comentar mi exposición empezó diciendo: “Yo no voy a hablar de conflictos políticos, sino de soluciones tecnológicas”. (sic)
En el fondo lo que subyace en este razonamiento, es que los avances tecnológicos suprimen las contradicciones y los intereses sociales divergentes como fuente de conflicto. Se termina la lucha política, los intereses sociales se homologan. Se sobredimensiona además “lo maravilloso de la mano invisible”. Es la vuelta al mundo perfecto. Recordemos también cuando en el mercado de valores se democratizó a tal grado que hasta los taxistas y las amas de casa podían invertir en el mercado bursátil y terminaron por perder sus exiguos ahorros. Las trampas ideológicas fuera de la realidad han sido muchas.
Muy similar a lo que pregonó uno de los asesores de Ronald Reagan, Francis Fukuyama, ante el derrumbe implosivo del “campo socialista”, decretando el “fin de las ideologías”, cuando el propio liberalismo –que es una ideología en toda la acepción del concepto- se re-afianzó, revitalizando sus viejos preceptos sobre el libre mercado y la libre competencia, el libre comercio y el individualismo, el Estado permisivo, la igualdad formal entre personas. Ideologías más vigentes y fuertes que nunca, a pesar de las élites ideológicas. Entonces, nunca nos precipitemos, mantengamos capacidad de análisis.
¿Qué es entonces hoy el minado de criptomonedas?
“validar las operaciones que se llevan a cabo mediante este tipo de monedas o activos digitales, y que visto de un modo meramente técnico, sería resolver con éxito los problemas matemáticos que se presentan. Los llamados “mineros” contribuyen a la seguridad, estabilidad y descentralización de la pink teniendo en cuenta la carencia de una autoridad central implicada en las transacciones, como sería el Mercado Nacional de Valores o el Banco de España o el Banco Central Europeo, por poner algunos ejemplos. Son los mineros quienes desempeñan ese papel de command y transparencia de forma colectiva y se recibe una recompensa por ello”.
Hoy existen más de 7,000 criptomonedas (“blockchain”). Según su impulsores, ya no se necesita una autoridad monetaria central, “los mineros” hacen las veces de “command” y con la ayuda de la “mano invisible” el círculo virtuoso se cierra. En China, la segunda economía del mundo y cada vez más cerca de la primera no transigen con esta tendencia:
“El Banco Popular de China declaró que todas las transacciones con estos activos digitales son ilegales y deben ser prohibidas en todo el país, así como los procesos de minería. (…). El gobierno de este país durante mucho tiempo ha expresado su descontento frente a ellas, debido a sus vínculos con el fraude, el lavado de dinero y el uso excesivo de energía para minar los activos. A través de una declaración conjunta, 10 agencias del gobierno chino se comprometieron para mantener una estricta represión sobre el comercio de mercado de criptomonedas en la nación, mientras que el banco central ordenó a las empresas financieras, de pago y de internet prohibir los el comercio de criptodivisas en sus plataformas”. (Expansión, septiembre, 2021)
Obviamente, esto derrumbó el valor artificial que había ganado el Bitcoin en el mercado cripto en China. ¿Por qué “valor artificial”?. Justamente porque no es una moneda fiduciaria de curso legal respaldada por el Banco Central, y por ello no podrá circular. ¿Qué diríamos si hay analistas que sostienen que las organizaciones criminales están volcando grandes recursos financieros a este “mercado”?. Allí puede estar una clave de la decisión del gobierno mexicano de que el Banxico emita su propia criptomoneda.
Porque su expansión constituye un espacio de pérdida de soberanía monetaria, de captación de recursos probablemente ilícitos, de especulación potencialmente generadora de desajustes mayores, por lo cual es preferible, ante su presencia incrementada que puede ser mayor, intentar regular en alguna medida la acción de este “mercado” y de los recursos que allí se vuelquen. Sin llegar a lo que hizo el gobierno de El Salvador: legalizar el curso en los mercados financieros del Bitcoin y otras cripto-monedas. Es una postura intermedia o “tercera opción” entre la prohibición y la legalización, se opta por buscar la regulación.
Vayamos viendo en su momento, los resultados. Hoy parece una buena decisión.