Recién se supo del caso de una escuela secundaria en el estado de Querétaro, en donde varios adolescentes al mismo tiempo se desmayaron durante los honores a la bandera. Al principio, corrió el rumor de que fue por la ingesta de alcohol y bebidas energizantes, pero, con el paso de los días, se ha ido comprobando que se trató de un brote de histeria colectiva en donde quizá uno o dos niños colapsaron y de ahí se vino una especie de “contagio” masivo e imitación de los ataques de ansiedad de otros.
Este caso nos habla del frágil y delicado estado de salud mental de las y los adolescentes no solo en este estado sino en todo el país.
Pero yo hablaré por lo que en Querétaro de ha estado haciendo en ese tema, porque lo he vivido y me consta.
Desgraciadamente, para el gobierno federal no es importante ni prioritario el tema de la salud mental. Intuyo que para el presidente quizá hasta tocar el tema le es complicado y difícil de entender.
Hay un desconocimiento absoluto de lo que significa la salud mental y peor aún: un montón de padecimientos emocionales y afectivos se han desencadenado a partir de la pandemia: Jóvenes con ideario suicida y consumo de drogas, como nunca antes, depresión y ansiedad.
Ante esto, el gobierno de Querétaro ha hecho magia para abordar y atender el tema, sin nada de recursos económicos por parte del presidente para este estado que no es morenista. Mauricio Kuri ha implementado estrategias en la que se pretende que no solo los psicólogos ni psiquiatras brinden atención emocional sino se entrena a que todas las personas interesadas en aportar en el área de salud mental puedan hacerlo.
Claro, esto de manera voluntaria, y es ahí cuando nos topamos con el problema de que no cualquiera quiere aportarle algo a la sociedad a cambio de no ganar un sueldo por ello.
Pero la sociedad queretana es unida y confía y cobija al gobernador en este proyecto que al parecer aunque es a nivel nacional en Querétaro está funcionando muy bien.
Como psicóloga puedo decirles qué hay que estar muy atentos a cómo se están desarrollando nuestros niños y adolescentes.
Intuyo que ahora están haciendo esta especie de imitación de las emociones y se adjudican literalmente los problemas de los demás haciéndolos suyos como un poco para sentirse vivos también.
Hacerles ver que el dolor de otros no debe de ser el suyo sino aprender a acompañar a los demás, es más sano y más efectivo que adoptar las tristezas y heridas de otros.
Y algo muy importante: Nosotros como padres deben de recibir también atención psicológica. La carga de responsabilidades es mucha para las madres y padres, no solo por tener que vérselas negras para generar ingresos económicos a casa, sino también para lidiar con sus soledades, abandonos y dolores.
Al menos en Querétaro algo se está haciendo para atender la salud mental. Me consta.
Es un alivio saber que un gobernador más allá de ver temas empresariales y de negocios, intenta construir caminos para que mentalmente las personas vivan una vida de mejor calidad sabiendo manejar sus emociones, sabiéndose escuchados y atendidos.
No necesitamos al presidente cuando hay una sociedad que se alía y trabaja en conjunto para ver por alguien más.
De ganar Claudia Sheinbaum, espero que para ella sí sea importante el tema de la salud mental, pero si nada más hará lo que él presidente le dice que haga, otra vez estará perdida esa área. Pero la buena noticia será que otra vez los ciudadanos marcarán la diferencia.
Tengo esperanza.
Es cuanto.