“Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo
Cambia el clima con los años
Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño.”
JULIO NUMHAUSER
Cambia, todo cambia. Alejandro Alito Moreno, presidente del PRI, pasó de ser un “honorable” miembro de la alianza Va por México, y detestado al mismo tiempo por Morena, a figura aplaudida en Palacio Nacional y señalado como vendido por los que antes le aceptaban.
¿Bipolaridad? No, ¡qué va! Parte de la podredumbre de la política nacional. Los políticos mexicanos son miembros de una “familia muy normal”, como la de los entrañables Locos Adams, si bien estos últimos nunca aceptarían las triquiñuelas y golpes bajos que se observan en este anuncio de separación temporal...
Las familias tienen nombre. PRIAN, cuando el PRI y el PAN se juntan, o PRIMOR, cuando el PRI y Morena se ponen de acuerdo (lo cual no es difícil pues vienen siendo lo mismo). En ambos casos, el huérfano o el pariente que no opina, pero bien que lo zapean pues es necesario, es el PRD.
Ahora que Alito coquetea con Morena, pareciera escucharse aquella frase de “¡Qué bonita familia!, ¡pero qué bonita!
Y en esas estábamos cuando López Obrador los invitó a que la hoy separación de la mencionada coalición opositora termine en divorcio...
Sin embargo, aunque pareciera que ya todo está dicho, en realidad, la pugna por los residuos de amor de la familia priista sigue. El PRI se encuentra con estertores, pero sus votantes pueden cambiar el triunfo por uno o dos puntos porcentuales. Todo suma o todo resta, lo saben los políticos y por ello tal vez el PAN y el PRD no terminan de mandarlo a volar, mientras en Morena ahora le hacen toda clase de carantoñas.
Olvidan los morenistas que en algunos matrimonios no se matan ni se divorcian porque les sale más caro el remedio que la enfermedad. Pueden cohabitar bajo el mismo techo, buscando optimizar recursos, cuidar a los “pequeños” y tener sus desavenencias sin por ello romper de forma drástica.
¿Criticable? A veces sí, a veces no. Las maromas dadas por la 4T cada día superan a las anteriores. Los tenemos primero señalando todas las corruptelas y la soberbia de Alito (listos para fincarle responsabilidades), para acto seguido callar a Layda Sansores con sus ‘Martes del Jaguar’ (total, ya cumplió su tarea) y aplaudirle a quien querían meter a la cárcel.
Pero la cosa se puso interesante porque la separación no es solo por cuanto a lo que está sucediendo entre los tres partidos o parientes de la alianza, también al interior del propio PRI. Mientras hay quienes buscan salvar a Alito, lo cual significa irse a los brazos de Morena, hay otros que lo que intentan es no perder el registro en las próximas elecciones y salvar cara. Así de pobre está su padrón de votantes... ¡Y de respetables figuras! Ambos escenarios se presentan como misiones imposibles de lograr, pero la de Alito, además, es vergonzosa.
El apoyo de la dirigencia del Revolucionario Institucional a la iniciativa para que el ejército permanezca en las calles hasta el 2028 cimbró la alianza, una que ya estaba de por sí astillada. Para enfrentar el vendaval/terremoto, el PAN y el PRD pusieron pausa a la unión. La pregunta es cuánto aguantará o cuánto más se quebrará la misma (y la confianza en sus líderes), al seguir sin una definición clara.
Mientras más tiempo tarden en decidir si se divorcian o continúan juntos, es el tiempo que utiliza Morena para fortalecer a sus posibles corcholatas para las elecciones del próximo año que se llevarán a cabo en Coahuila y Estado de México. Los dos últimos bastiones del tricolor, la muerte del PRI si los pierde y el aviso de desahucio a la alianza para el 2024. Un aviso de que no podrán ganar.
Falta saber cuál será la propuesta del MC. ¿Ahora sí querrá apoyar al PAN? ¿O para “mudarse” a esa casa exigirá demasiados espacios y ofrecerá poco a cambio? También la hoy 2/3 de alianza tendrá que decidir si confían en los fosfo-fosfo o están listos a que les hagan la misma jugada realizada por Alito, esto es, dejarlos por Morena. Y es que para “dejar a la pareja” e irse a vivir con alguien similar, mejor no. No olvidemos que MC ha dado muestras de ser más cuatroteísta que el que más…
La alianza (o lo que queda de ella) debe saber también que el PRI no es todo Alito, hay dentro del alicaído instituto político personas que no están de acuerdo con lo hecho por su líder, máxime que fue por salvar su pellejo. ¿Qué harán esos priistas? ¿Fundar un nuevo partido alternativo? ¿Están a tiempo? ¿Irse con el PAN?
Por el momento los del Senado ya expresaron su rechazo a los devaneos de Alito. Los diputados, por su parte, en la foto esa “de familia” cuando el dirigente del PRI anuncia que apoyará a Morena, parecían que estaban en un velorio…
Lo único cierto es que mientras el PRI devanea entre quedarse con la Alianza, entregarse a Morena y/o tratar de sobrevivir, el PAN y el PRD tampoco saben si perdonar el desliz o mandar a Alito a los brazos de Morena. Movimiento Naranja sigue sin cuantificar qué le conviene más.
Hay un grupo —ya político— que se relame los bigotes; el gobierno federal le da cada vez más bienes que administrar, obras que realizar, presupuesto y fuerza pública. Se trata del Ejército.
Pero si de divorcios se trata, la que ocurrirá al interior de Morena será de antología. Quizá los críticos no terminen de verlo pero esa sería la ruptura que de verdad importe.