“La mariposa confiada duerme en la campana del templo.”

YOSA BUSON

“Es preciso preferir la soberanía de la ley a la de uno de los ciudadanos.”

ARISTÓTELES

La criticaban por fría y por soberbia, luego le aplaudieron su cabeza fría, ante Trump por lo pronto. La verdad es que fría siempre ha sido y soberbia también.

Eso tiene una ventaja: gracias a su frialdad puede mantener a raya a su soberbia. La desventaja: la soberbia es el peor de los defectos.

Claudia Sheinbaum tuvo un buen primer examen ante el presidente gringo. No se enojó, no permitió que las vísceras ganaran y tampoco hizo ninguna declaración antes de comunicarse telefónicamente con él. Pero eso fue eso, un primer examen donde —afortunadamente para México— el Congreso estadounidense es el que salió al quite y jugó a favor de nuestro país. Trump no fue un “evaluador” muy estricto en ese momento.

Pero qué lejos se ve hoy esa actitud, cuando fue hace apenas ocho días.

Un respiro que ya se rompió, pues Trump ayer mismo nos encajó unos aranceles del 25% al aluminio y al acero que le exportamos (México es el tercer vendedor de acero a Estados Unidos) y amenaza con hacer lo mismo con los vehículos producidos en nuestro país (¡eso sí que sería un golpazo brutal a nuestra economía y a este gobierno!).

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Claudia Sheinbaum dijo que respondería hasta después de saber si Trump nos imponía los aranceles. Bien, pues veremos que es lo que tiene qué decir. Urge. Estas tarifas pueden llevar a México a una recesión o un crecimiento aún más ralentizado.

Y si bien los aranceles al acero y al aluminio se aplicarán no solo a México, sino de manera generalizada, no se ve mucho margen para negociar cuando el mismo Trump dice que nuestra nación no está haciendo lo suficiente en las materias que a él le interesan y que nos ha exigido.

Mal momento para que los corifeos le inflen el ego a la presidenta Sheinbaum y para que ella le dé vuelo a su soberbia. El mandatario norteamericano exige se redoble el combate al narcotráfico y ella, en un acto entre desplante y desfachatez, invita a Salvador Cienfuegos a un acto oficial.

Llueve sobre mojado. Rubén Rocha Moya cobijado por el régimen; el gobierno apoyando la desactivación de la investigación sobre los desvíos de Cuauhtémoc Blanco, hoy diputado federal. Todo abona a fortalecer la idea de que el narco está al mando en México. Ninguna de estas es una buena carta para tener una negociación bilateral en el tema del acero o de cualquier otro.

Y encima la balandronada de Ricardo Trevilla, secretario de Defensa federal, al decir que “la soberanía no es negociable”. Hoy en día eso es una mentira. Y no porque los aviones espías de Estados Unidos sobrevuelen el territorio y las aguas nacionales (no las internacionales como nos quieren hacer creer Marina y Sedena). Tampoco porque un portaaviones navegue por las costas de Oaxaca. No. Ello porque la soberanía ha sido entregada, hipotecada, dada y hasta regalada por Morena y su 4t a los narcotraficantes.

El ejemplo más palpable de esa soberanía perdida es Sinaloa, donde la guerra narca no obedece ni acata a ninguna autoridad. A ninguna, ni siquiera al hoy desdibujado secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch. El funcionario no pudo con el paquete.

Lo mismo en los poblados de Chiapas donde los habitantes huyen porque quienes controlan y mandan en la región son los integrantes del crimen organizado. ¿A eso le llaman soberanía? No lo veo, a menos que estemos hablando de soberanía narca, claro está.

Con 10,123 asesinatos en 132 días (lo que Claudia Sheinbaum lleva como primer mandataria), la única soberanía es la del crimen organizado. Su gobierno ni siquiera es soberano sobre los muertos, pues cuántos miles siguen sin aparecer (se clasifican como desaparecidos), posiblemente calcinados o enterrados entre el desierto y el olvido.

Así, en diversas zonas del país tenemos al narco gobernando y eso sin mencionar a los alcaldes y a los gobernadores que ya abiertamente se coluden con el narco a la vista de todos y que son sostenidos por el mismo.

Ni la presidenta Sheinbaum ni el general Trevilla tienen la calidad moral de hacer un llamado a envolverse en la bandera. La 4t ya negoció la soberanía con el narco.

Actúen con cabeza fría, sí, pero sin vanagloriarse ni ufanarse de lo que no es cierto.

Las exigencias norteamericanas solo van a incrementarse. El gobierno estadounidense está atento a quién invita, defiende y en compañía de quién se deja ver la Cuarta Transformación.

La soberbia mata, máxime cuando se cree que ya se venció al rival. Mala actitud cuando se tiene a un narciso en Palenque y otro en la Casa Blanca.

Giros de la Perinola

(1) Nadie defiende a los políticos estadounidenses. La diferencia es que allá no gobiernan los narcos, ni tienen matanzas ligadas a la pugna por el control de territorio de las drogas cifradas en cientos de miles de inocentes.

No somos iguales; tristemente en México la vida no vale nada.

(2) Ni soberanía territorial (a menos que sea narca) ni energética, económica, legal o judicial.

(3) Otro botón de muestra: el alcalde de Matamoros, Alberto Granados Fávila, aceptó y defendió a dos familiares del presunto traficante de droga, Édgar Alejandro “V”. Dice que son parte de su equipo de gobierno. “Morena es para todos”, sostiene. Vaya.