El papel de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social es fundamental para que no quede en letra muerta la Reforma Laboral del 2019, concretamente en lo relativo a los sindicatos, la conformación de sus dirigencias, rendición de cuentas y la transparencia.
En los próximos días veremos el destino de los trabajadores de la línea aérea Transportes Aeromar, y si logra salvarse, o se va directamente a la quiebra. Aquí surge la pregunta:
¿Qué harán al respecto los dos sindicatos que tiene la empresa?
Por un lado, la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) está pasando por unas elecciones interinas (porque son interinatos), cuyas votaciones se llevarán a cargo del 15 al 24 de agosto, para los puestos de Delegado de Mexicana de Aviación, Vocal de la Delegación Aerolitoral (Aeroméxico Connect), vocal de la Delegación AVSA (Aeroméxico) y Presidente de la Comisión de Hacienda. Todo esto porque las personas que ganaron las elecciones pasadas renunciaron a estas carteras.
ASPA es muy claro en sus estatutos: no está permitida la reelección, y a pesar de algunas intromisiones por parte de la patronal, ASPA se sigue defendiendo como un sindicato democrático.
Los pilotos agremiados -aunque no es su labor-, no han cejado en la búsqueda de un inversionista para fondear a Aeromar, sin dejar de pedir que de plano el gobierno opte por requisar la aerolínea. Es fundamental que la organización sindical se encuentre fuerte para hacerle frente a lo que se viene, y es que el panorama no es muy halagüeño que digamos.
Ahora vayamos al otro sindicato, el de sobrecargos.
La Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) todavía no arranca su periodo electoral, pero como si la vida se les fuera en ello, desde hace un par de meses el Secretario General comenzó a aceitar la maquinaria para la obtención de votos, pues pretende reelegirse una vez más.
Ricardo Del Valle llega al cargo de Secretario General en agosto del año 2011, tras ganarle por escasos 70 votos a quien entonces ocupaba el puesto: Lizette Clavel.
Tras ganar, con un discurso de triunfalismo fue recibido por la base de sobrecargos como “un salvador”, pues veníamos de una parálisis al interior del sindicato, con demandas dirimiéndose en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y la bajada de vuelo de Mexicana de Aviación y Click. Un verdadero caos.
Él llegó enarbolando la bandera de tener la solución a todo, desde echar a volar de nuevo a Mexicana, como impedir la implementación de un Contrato B en Aeroméxico, y con la promesa de hacer crecer a Aeromar.
Podemos decir que, a 11 años de distancia, nada de lo que prometió con sonoro estruendo lo cumplió; ni Mexicana regresó a operar como aerolínea (aunque los slots de esta se están usando por otras líneas aéreas), ni mucho menos impidió el famoso Contrato B, que no es otra cosa más que la posibilidad de contratar sobrecargos, haciendo el mismo trabajo, pero con 60% menos de los ingresos, prestaciones y salarios de un sobrecargo del Contrato A.
Y bueno, ¿Qué podemos decir del caso de los sobrecargos de Aeromar? Ricardo Del Valle fue una pieza clave para impedir el crecimiento de esta aerolínea, cuya crisis se remonta desde el 2017.
En ese entonces los dueños de Aeromar tenían planes de asociarse con Avianca, pero las negociaciones terminaron fracasando cuando Ricardo Del Valle se llevó de Aeromar más de 40 sobrecargos, poniendo en riesgo las operaciones; imaginen ustedes el encono de la asociación hermana, ASPA al ver en riesgo su fuente de empleo; por supuesto que pusieron el grito en el cielo.
Justo como está sucediendo ahora, es ASPA quien está buscando la manera de que no se pierden esas fuentes de trabajo; en cambio, Ricardo Del Valle está más preocupado por lograr su quinta gestión dentro de ASSA.
Para que tengan una idea: el estatuto sindical, la ley interna que nos rige, prevé en su Artículo 64.- Ningún miembro podrá desempeñar el mismo puesto por más de seis años, (y lo que sigue se añadió en la Reforma Laboral del 2019) salvo que lo apruebe la Asamblea General de conformidad con el Artículo 371 fracción X de la Ley Federal del Trabajo, vigente a partir del 2 de mayo del 2019.
¿Y qué dice la fracción de dicho artículo?
“X.- Período de duración de la directiva sindical y de las representaciones seccionales.
En el caso de reelección, será facultad de la asamblea decidir mediante voto personal, libre, directo y secreto el período de duración y el número de veces que pueden reelegirse los dirigentes sindicales.
El período de duración de la directiva y en su caso la reelección, deberán respetar las garantías a que se refiere el artículo 358, fracción II, de esta Ley;”
Ley Federal del Trabajo
En su fracción II dice a la letra:
“Los procedimientos de elección de sus directivas deberán salvaguardar el pleno ejercicio del voto personal, libre, directo y secreto de los miembros, así como ajustarse a reglas democráticas y de igualdad de género, en términos del artículo 371 de esta Ley.
El periodo de duración de las directivas no podrá ser indefinido o de una temporalidad tal que obstaculice la participación democrática de los afiliados, y tampoco podrá ser lesivo al derecho de votar y ser votado;”
Ley Federal del Trabajo
Retomemos, “El periodo de duración de las directivas no podrá ser indefinido o de una temporalidad tal que obstaculice la participación democrática de los afiliados”, y como lo marca el artículo 64 de nuestra ley interna, “Ningún Miembro podrá desempeñar el mismo puesto por más de seis años…”
Ricardo Del Valle, con artimañas y asambleas amañadas, ha logrado reelegirse en dos ocasiones de manera por demás ilegal, cobijado -antes- por el gobierno priísta, de la mano de Alfonso Navarrete Prida, y ahora lo hace con la venia de Luisa María Alcalde, pues su padre Arturo Alcalde Justiniani, es el asesor legal de ASSA.
Por supuesto, el Secretario General de ASSA ha salido en video a informar “Que está trabajando desde el corazón” ¿Esa es la razón de la premura de afiliar a los sobrecargos de la última masiva de Aeroméxico? Simple: para pedirles a los de nuevo ingreso que voten por su reelección, ya que Ricardo “entiende” la modificación que se hizo a la Ley Federal del Trabajo, en su artículo 371, fracción X, como la puerta abierta para seguirse reeligiendo por secula seculorum.
Todo esto ocurre, mientras los sobrecargos de Aeromar están en la zozobra, pues no tienen información y mucho menos apoyo de su sindicato; han sido indolentemente ignorados, y están preocupados por su destino.
Algunos ya se han acercado a preguntar si en caso de “tronar” Aeromar ¿Serían admitidos como sobrecargos en Aeroméxico? Pero no han obtenido respuesta alguna por parte de Ricardo Del Valle.
Como sociedad estamos cansados de simulaciones y de lavados de cara a seres que no merecen seguir al frente de sus organizaciones sindicales. Ellos son los que han transformado a los sindicatos en un negocio personal, y no para el beneficio de sus agremiados, como es el caso de ASSA de México.
Ya habrá oportunidad de escribir después de otro sindicato simulador, de un negocio familiar, que igual que a ASSA, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social les ha permitido cometer una infinidad de atropellos en contra de la clase trabajadora, en este caso en el rubro de la aviación, pero como pueden observar, ponen en riesgo la seguridad aérea.
Más allá del tema laboral, estamos hablando del delicado tema de la seguridad aérea; más peliagudo cuando nos encontramos degradados a Categoría 2, sin que hasta la fecha no hayan mostrado los resultados de la última auditoría.
Mantener sindicatos charros en la aviación no abona a la recuperación de la Categoría 1. Al contrario, va en perjuicio.
A veces es difícil ver el bosque completo, y nos concentramos solo en un árbol. Me quejo amargamente de que las autoridades laborales, con el argumento (léase pretexto) de la autonomía no intervienen en la vida sindical interna.
Pero sobre la mesa pongo los ejemplos de por qué es un error garrafal pensar que basta y sobra con la publicación de una reforma legal en el Diario Oficial de la Federación para que la realidad cambie.
Sí, estoy de acuerdo, al final del día les corresponde a los propios agremiados exigir el cumplimiento de la ley; pero hoy por hoy, la STPS deja que las denuncias en contra de los actuales líderes charros se sigan apilando hasta conseguir alturas de récord.
Ejemplo de “un árbol”: ¿De qué les sirve a los sobrecargos de ASSA que la reforma de 2019 haya sido aprobada, si la misma llega a plasmarse en sus estatutos de manera tergiversada, amañada y tendenciosa?, ¿Cuál entonces es la razón de los estatutos de los sindicatos deban ser depositados ante la autoridad laboral? No es una invitación a un bautizo, es para que sus textos no contradigan la Ley Federal del Trabajo.
Velar por el cumplimiento de esa ley, en favor de la clase trabajadora, es obligación legal de la STPS.
Ejemplo de “un bosque”: Todas y cada una de las contrariedades que tienen que padecer las tripulaciones (pilotos y sobrecargos), respecto a su vida sindical, hacen mella en su salario y en consecuencia en su calidad de vida.
Si estos dos brazos de la seguridad aérea están débiles, ya no solo son los trabajadores los que están en riesgo. Pasamos a hablar del riesgo que corren los usuarios.
No, Maestra Luisa María Alcalde. El tema no se agota tan rápido como parece. Una cosa es a autonomía de la vida sindical, y otra muy diferente solamente simular que se está haciendo todo lo posible.
Los trabajadores están pidiendo su intervención. Hágales caso.