“Estoy obsesionado por la verdad”.

Rusell Poole (Johnny Depp), City of Lies.

“The Rum Diary”

Johnny Depp y Amber Heard se conocieron trabajando juntos en la película “The Rum Diary” (Bruce Robinson, 2011), tramposamente traducida como “Diario de un seductor” (pues no sale ningún “seductor”). Cinta independiente, sencilla, inteligente, con humor y mucha tensión, producida por el propio Depp, basada en la novela autobiográfica de Hunter S. Thompson (creador del “periodismo gonzo”, quien aparece con el seudónimo de Paul Kemp); es la segunda vez que Depp interpreta al mítico periodista, pues ya lo había hecho en uno de sus mejores papeles, en “Pánico y Locura en Las Vegas” (Terry Gilliam, 1998).

La cinta narra las peripecias de un dipsómano gringo en Puerto Rico, con una sub-trama romántica, ligeramente premonitoria: Chenault (Heard) surge del mar nocturno, cual Mera (la superheroína de “Aquaman”) y seduce al borrachín con su belleza juvenil. Mantienen en secreto una breve relación tóxica, con intensas borracheras; una mañana Kemp le dice a Chenault: “El sueño no existe, solo es un apestoso charco de avaricia que se esparce por el mundo”.

Las redes sociales al banquillo

Aunque la defensa de Heard se opuso inicialmente a que el juicio fuera público, este se transmitió en vivo por Law & Crime Channel, de YouTube, rompiendo records de audiencia con 450 millones de personas. (tres veces más que él show más visto por los gringos: el Super Bowl). El mundo se dividió en dos bandos radicales: uno supuestamente “misógino” contra otro supuestamente “feminazi”. Johnny interpretó al marido golpeado y sumiso, y Amber a una villana desalmada, odiada por todos.

Al finalizar el juicio, la defensa de la acusada replicó que el jurado había sido influenciado por las redes sociales, pero ¿cómo? Si se supone que no tenían contacto con el mundo (aunque terminado el juicio se rumoró que un miembro del jurado usaba Tik Tok). Lo cierto es que nadie, con un teléfono celular en la mano, puede marginarse del flujo informativo.

Dos detalles: 1. Todo lo que fluyó en las redes sociales tuvo como punto de partida el juicio publico; el jurado no pudo ser “influenciado” más allá de la misma información que obtuvo donde estuvo presente. 2. Es una artimaña muy Gilberto Lozano, asegurar que el jurado le hizo más caso a las redes sociales que a las pruebas y testimonios, como si fueran público de telenovelas.

Las columnas más leídas de hoy

¿Dónde quedó ese dinero?

En el 2016 inició el divorcio entre Amber Heard y Johnny Depp. Ella solicitó una orden de restricción y lo acusó de violencia doméstica; él, aconsejado por sus primeros abogados (que después demandó) se arregló con ella, pagándole 7 mdd, que Heard se comprometió a donar a la American Civil Liberties Union (ACLU) y al Hospital Infantil de Los Angeles, pues según ella, “no le interesaba el dinero”.

Luego dijo que ya había hecho las donaciones ¡íntegras!, en el programa de Televisión Danesa RTL Late Night y en el juicio de The Sun, (bajo juramento).

Mintió. Solo ha donado 250 mil dólares, más 500 mil de Elon Musk y 100 mil de Johnny Depp. Durante el juicio argumentó que “no había podido cumplir su compromiso porque Johnny Depp la demandó” (aunque la deuda data desde 2016).

The Washington Post

En el 2018 Amber Heard publicó un articulo en The Washington Post, donde acusó a Johnny Depp de presuntos abusos físicos y sexuales; no escribió su nombre (aunque, en su segunda comparecencia del reciente juicio, la actriz confesó haberlo escrito sobre él). Así, Depp fue retirado de “Animales fantásticos 3″, de la Warner Bros., y Disney lo sacó de la saga “Piratas del Caribe”. Su vida y reputación quedaron arruinadas. Mientras tanto, Heard ingresó a la Agencia del Príncipe Harry y Megan de Sussex (Harry Walker Agency) cobrando 30 mil dólares por cada conferencia que daba como activista, vocera del movimiento #MeToo, embajadora de la ACLU y “Campeona de Derechos Humanos”, nombrada por la United Nations Human Rights.

Para limpiar su nombre, Johnny Depp inició una demanda por difamación contra Amber Heard (que se retrasó por la pandemia), por 50 mdd, iniciándose un juicio el 11 de abril del 2022; la actriz lo contrademandó por 100 millones.

Por Amber Heard litigaron Elaine Charlson Bredehoft y Benjamin Rottenborn; por Johnny Depp Benjamin Chew y Camille Vasquez (quien se volviera ídolo popular, de la que actualmente se venden desde playeras postulándola para presidenta, hasta veladoras milagrosas).

“Trial of Lies”

Heard no aportó testigos relacionados con los hechos (solo su hermana; los demás fueron “expertos” contratados); como pruebas de sus supuestas golpizas mostró fotografías (editadas con photoshop y desmentidas por otras fotos que le tomaron en las mismas fechas, sin marcas); aseguró que había maquillado los golpes con el kit de correctores Milani Conceal (la marca la desmintió, asegurando que ese kit aún no había salido al mercado); dijo que Depp le introdujo una botella rota en sus partes íntimas, pero no acudió con un doctor para que la revisara (no tiene exámenes médicos de nada); se comprobó que Heard le pegaba a Depp, con audios muy violentos donde ella aceptaba haberlo golpeado y en uno se escucha:

“Dile al mundo Johnny: Yo Johnny Depp, un hombre, yo también soy víctima de violencia doméstica, y mira cuántas personas te creen o se ponen de tu lado”.

Amber Heard

Al final, todo el mundo le creyó al actor y se puso de su lado; asentando un precedente para el maltrato doméstico a varones, que suelen callar las “güamizas” que les ponen sus parejas, para salvaguardar su “vieja masculinidad”.

Heard le cortó a Depp la punta de un dedo con una botella de vodka; se destapó su historial de violencia doméstica (Heard tuvo un altercado en un aeropuerto de Seattle en el 2009 con su ex pareja, la fotógrafa Tasya Van Ree, quien le levantó cargos criminales, que después retiró). Cabe señalar que Heard dijo que la mujer policía que la detuvo, lo hizo “por homofobia”, sin saber que la oficial Beverly Leonards es activista LGBT.

Su “evidencia más grande de la agresividad de Depp”, fue un video donde el actor azota gabinetes de la cocina, probando que era un borracho irascible, que golpea gabinetes, pero no que la golpeara a ella (video que maliciosamente vendió Heard el 12 de agosto del 2016 al portal TMZ, según testimonio del reportero Morgan Tremaine). Heard mostró pruebas donde Depp decía cosas espantosas, y que era un adicto, pero nunca de haberla atacado físicamente.

Le tomaba fotos dormido, para probar que era un vicioso (así como los legisladores que regresan a la cámara, después de ir a la cantina). Para probar que Depp era un “atascado”, con simpático candor exhibió una foto con líneas de cocaína en una mesa, junto a un disco de Keith Richards y una caja con el letrero: “Propiedad de Johnny Depp” (¿conocen a algún cocainómano que deje sus “líneas” posando para una foto, por más de un minuto?)

The Sun

En 2018, el diario británico The Sun publicó un artículo acusando a Johnny Depp de “golpeador”; la estrella demandó al medio por difamación y perdió la demanda, aunque ésta debió anularse por conflicto de intereses, ya que el juez, Andrew Nicol, es padre de Robert, empleado de Talk Radio, empresa de Dan Wootton, autor del artículo de marras; además, Jen Robinson, abogada de Amber, era empleada directa de Geoffrey Robertson, quien coescribió un libro con el juez Andrew Nicol (cuya ex esposa Kathy Lette, para terminarla de amolar, es amiga de Amber Heard). Todos cenaban juntos durante el juicio.

Johnny Depp nunca difamó a Amber Heard

Hasta la fecha, circula una información errónea: “Amber Heard y Johnny Depp perdieron por igual. Ambos se difamaron” (muy al estilo “todos los políticos son iguales”). Falsedad que comienza por un hecho: Quien acusó de difamación fue Depp a Amber; ella perdió. No hubo empate.

¿Por qué Depp debe indemnizar a Heard? Porque su abogado, durante el juicio de The Sun, era Adam Waldman, quien denunció la corrupción de dicho juicio en redes sociales; por ello, el jurado decidió que Depp debe pagarle dos mdd a Heard (contra 10 millones 350 mil que ella le debe, por el delito de difamación), considerando que el abogado actuó con “malicia”.

Adam Waldman ya prepara una apelación contra la corte británica, pues en realidad no hubo difamación, siempre dijo “maliciosamente” la verdad.

Jack Sparrow vs. El Doctor Iguana

Durante el juicio permeó la locura. Heard fue diagnosticada con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) por la doctora Shannon Curry, (después de entrevistarla por 19 horas); es por ello que Heard, cual villana de Batman, se cree más lista que todos.

Subieron al estrado psicólogos y psiquiatras, llevados por ambos bandos, destacando el exótico Dr. David Spiegel (que llevó la defensa de Heard) idéntico a Emmett Brown (el científico loco de “Volver al futuro”), quien diagnosticó a Depp a partir de sus personajes cinematográficos, se sorprendió al saber que “Marlon Brando está muerto” y, ante la mirada atónita de todos… ¡inexplicablemente sacaba la lengua como iguana!

Boo, el perrito marihuano

Johnny Depp declaró que Amber Heard defecó sobre su cama, antes de salir rumbo al festival de Coachella, como represalia por haber llegado tarde a su cumpleaños. Ella replicó: “fue Boo, (la mascota del actor) después de comerse toda la marihuana que escondía Johnny, porque el perro sabía donde estaba guardada” (cabe aclarar que las heces duplicaban el tamaño del perrito).

Tristemente, el can no pudo defenderse en el estrado, pero seguramente quiso morderla, ladrando: “Después te pones árnica, para que no se te note la herida”.

“City of Lies”

La última película de Johnny Depp que se estrenó es “City of Lies” (Brad Furman, 2018), en la 47 edición del Festival de Cine de Dauville, septiembre del 2021. Adaptación cinematográfica del libro “LAbyrinth”, de Randall Sullivan, basado en hechos reales, que narra la historia de Jack, un periodista alcohólico (Forest Whitaker) quien busca al investigador policiaco Russell Poole (Johnny Depp), para escribir un reportaje sobre los asesinatos de los raperos Tupac Shakur y Notorius BIG. Notables las actuaciones de ambos.

Rusell Poole descubre que, en un enfrentamiento entre dos agentes encubiertos (uno blanco y otro de color), están inmiscuidos empleados de la disquera Death Row Records, propiedad de Suge Knight (principal sospechoso de asesinar a los raperos).

A Rusell lo sacan del caso por insistir en que el policía encubierto afroamericano, colaboraba con el crimen organizado, lo cual, era políticamente incorrecto en los 90, pues estaba reciente la golpiza que unos policías blancos le propinaron al ciudadano afroamericano Rodney King.

Del mismo modo, actualmente es políticamente incorrecto poner en duda la palabra de una mujer que denuncia a un hombre; particularmente cuando, gracias a #MeToo, se logró encarcelar al productor Harvey Weinstein, por acoso sexual.

Así como el deportista O.J. Simpson (acusado de doble homicidio) se trepó en Rodney King para evadir exitosamente la cárcel, Amber Heard se montó en el movimiento #MeToo para volverse líder feminista, a costa de Johnny Depp (incluso, hizo campaña política en Texas, su Estado, a favor de Beto O’ Rourke, candidato demócrata).

#DisneyToo

#MeToo es un movimiento bien intencionado, aunque en su nombre se han hecho acusaciones dolosas y hasta se ha cobrado vidas (en nuestro país, la del músico, escritor, poeta y comediante Armando Vega-Gil).

Por el bien de las auténticas víctimas de violencia familiar (hombres y mujeres), #MeToo debería reconocer que fue engañado por una mujer oportunista y disculparse con Johnny Depp, pero en vez de eso, respalda a su vocera.

Las verdaderas víctimas de violencia, muchas veces no tienen voz, por lo que las mentiras de la actriz dan pie para que muchos “machitos” puedan decir: “ya ven que todas las mujeres mienten y están locas”. Una víctima puede ser mujer u hombre, por igual; la violencia no tiene género. A #MeToo le cuesta trabajo reconocer que, en este caso, la víctima fue un varón; es realmente grave lo que provocó Amber Heard.

Disney tampoco se ha disculpado y, paradójicamente, el movimiento feminista, contestatario en su origen, ahora une fuerzas con corporaciones acaudaladas a las que no les convenía el triunfo de Depp, incluyendo Warner Bros., y al multimillonario Elon Musk, propietario de Tesla, Space X, socio de Twitter, padre de la hija de Amber Heard y con quien ella “le puso el cuerno” a Johnny Depp, según grabaciones de cámaras de seguridad.

El “Chayo”

A medio juicio, Heard despidió a su equipo de relaciones públicas: Precision Strategies, por “una torrente de malos titulares”, y contrató a Shane Communications.

Desde ese cambio, parece que fluyó el “chayo” en los mainstream media, para “mejorar esos titulares” (Vogue, The New York Times, Rolling Stone, The Guardian, etc., incluyendo medios en español); los cuales, hasta la fecha, muestran información falsa o imprecisa, que victimizan a Heard, atenúan sus errores, dan por verídicas sus declaraciones sin pruebas o dejan mal a Depp.

Ante la prensa tendenciosa, mucha gente se movilizó para investigar, difundir e informarse a través de redes sociales (cuando Heard contrató a David Shane como nuevo publirrelacionista, una chica señaló que acosaba mujeres en redes sociales y el señor borró todas sus cuentas). Éste fue un juicio moderno.

¿de donde salió el dinero para el “chayo”? A algunas empresas y asociaciones no les convenía que ganara el actor. Por ejemplo, los directivos de la ACLU (quienes sospechosamente guardaron silencio respecto a las donaciones que Heard declaró públicamente haber hecho y no hizo), bien pudieron recibir sobornos a cambio de apoyar a su embajadora y cómplice.

Today Deadline

Por unanimidad, el jurado de Fairfax, Virginia, encontró culpable a Amber Heard del delito de difamación con malicia, y ahora la actriz debe pagarle 10 millones 350,000 dólares a Johnny Depp (sin tomar en cuenta que también ejerció violencia doméstica y cometió perjurio).

Después de ganar el juicio, Johnny Depp se fue a Inglaterra a tocar con el mítico guitarrista Jeff Beck y planea lanzar un disco. Su primer sueño en la vida fue ser músico. ¡Nunca es tarde para lograr un sueño!

Por su parte, Amber Heard se declaró en bancarrota (su net worth actual es de menos 8 mdd), y ahora está preparando su apelación del caso; existe el fuerte rumor de que fue eliminada completamente de “Aquaman y el Reino Perdido” (James Wan, 2023); L’Oreal suspendió su participación en la campaña del Día Internacional de la Mujer y ya no figura en la lista de oradoras de Harry Walker Agency.

A pesar de declararse en quiebra, el 9 de junio, TMZ la fotografió en Washington D.C. bajando de un jet privado, proveniente de Nueva York, para abordar una lujosa SUV negra.

Del 13 al 14 de junio, la NBC transmitió por partes una entrevista que le hizo Savanna Guthrie, para Today Dateline; Guthrie todo el tiempo estuvo confrontándola, diciéndole que “difamar no es libertad de expresión”, que “insistir en que dice la verdad reafirma su delito de difamación”, que “engañó a la gente asegurando que ya había hecho las donaciones prometidas” y, cuando Heard afirmó que los policías que no hallaron en ella indicios de violencia, “fueron comprados por Depp”, la periodista preguntó: “¿Acusas a los guardianes de la ley de cometer perjurio?”; Heard, a todo contestaba al mejor estilo “política ficción”, diciendo cosas abstractas como que ella “solo hacía una conversación cultural” y “que su delito era decirle la verdad en su cara al poder”.

Fue un error de Heard dar esa entrevista, y peor error de la NBC entrevistarla: Tuvo una caída de 50% de rating. El más bajo desde noviembre 2021.

Se corrió el rumor de que Johnny Depp podría perdonarle su millonaria indemnización, pero, después de que ella declarara en Today Deadline, con su carita de payasito triste: “Todavía amo a Johnny Depp con todo mi corazón”, mal haría la estrella de cine en condonar a la sucesora de Harley Quinn.

El próximo viernes 24 de junio, sabremos qué decidió el afamado protagonista de “Piratas del Caribe”.