En noviembre, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la institución de educación superior más importante de México y Latinoamérica, culminará el proceso de elección de su rector.
A partir de la próxima semana, diez universitarios serán entrevistados por la Junta de Gobierno de la UNAM, siete hombres y tres mujeres:
1. Sergio Manuel Alcocer Martínez de Castro, investigador nacional Nivel III en el Instituto de Ingeniería.
2. Luis Agustín Álvarez Icaza Longoria, investigador titular C de tiempo completo en el Instituto de Ingeniería.
3. Raúl Juan Contreras Bustamante, director de la Facultad de Derecho.
4. Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina.
5. William Henry Lee Alardín, investigador del Instituto de Astronomía y profesor del Posgrado de Astrofísica.
6. Leonardo Lomelí Vanegas, secretario General de la UNAM.
7. Imanol Ordorika Sacristán, investigador Titular “C” de tiempo completo y exdirigente del Consejo Estudiantil Universitario (CEU.
8. Laura Susana Acosta Torres, directora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la Unidad León.
9. Patricia Dolores Dávila Aranda, secretaria de Desarrollo Institucional e investigadora Titular C de Tiempo Completo en la FES Iztacala.
10. Guadalupe Valencia García, Coordinadora de Humanidades.
Los diez seleccionados son destacados integrantes de la comunidad de nuestra Máxima Casa de Estudios. Pero, el infaltable “pero”, la pregunta clave que la Junta de Gobierno de la UNAM debe poner sobre la mesa es: ¿Cuál es el perfil y el proyecto que la UNAM necesita en estos momentos?
No sé lo que opinen los integrantes de la Junta de Gobierno, sin embargo, desde mi perspectiva La UNAM necesita una rectoría que siente las bases de la Universidad en la segunda mitad del siglo XXI; que la convierta en una institución que, a través de la docencia, la investigación y la divulgación de la cultura, contribuya a la transformación del país.
Una institución que, con base en su autonomía, la libertad de catedra y sus valores, tenga un papel más activo en el desarrollo nacional. Ojo, no pienso en una UNAM metida en la política partidista o la grilla, simplemente más activa en la dinámica nacional.
Tradicionalmente los rectores han surgido de las facultades de derecho, medicina, ingeniería y química. En lo que va de este siglo, tres médicos ha sido rectores de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, José Narro y Enrique Graue.
La Junta de Gobierno deben considerar no sólo el peso de las facultades; ver a la UNAM de manera integral. Por ejemplo, que la UNAM nunca ha tenido una rectora o que uno de los principales problemas en la actualidad es la violencia y abuso en contra de las mujeres en el campus universitario.
El nuevo rector debe estar a la altura de los universitarios. Ejemplo, en la pandemia de Covid-19, las autoridades se limitaron a acatar las recomendaciones de salud, lo cual estuvo bien, pero la comunidad universitaria, particularmente los estudiantes, en lo individual, se sumaron a los esfuerzos para contener esta emergencia sanitaria. México extrañó a su Universidad en esta crisis. Esto no puede volver a ocurrir. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.
Onel Ortíz Fragoso: @onelortiz