Nueve disparos fueron dirigidos la noche del jueves en contra de la figura del periodista Ciro Gómez Leyva, quien tal cuál lo señaló, logró salvar la vida gracias al blindaje de la camioneta que conducía y que por cierto, no era de su propiedad sino de la empresa para la que trabaja, la cual le otorgó la protección anticipándose a un hecho como el que ocurrió, -y no porque el periodista tuviese tratos o cuentas pendientes con el crimen organizado, sino porque desempeña el oficio por el que han sido asesinados 14 de sus colegas en el último año, por el simple hecho de ser periodistas-. Pero en un desmedido acto de vileza, de esos que ya no sorprenden, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha sugerido que se pudo tratar de un ‘autoatentado’ para afectarlo a él y a su gobierno porque hay gente que no está de acuerdo con la transformación.

El presidente mexicano, ese a quien 30 millones de mexicanos le entregaron el país a través de su voto, está cada vez más enfermo, y debe ser ya una exigencia que se le practiquen todos los estudios necesarios a fin de que se dé a conocer a la luz pública el real estado tanto de su salud física como mental, pues a todas luces resulta inconcebible que producto de un atentado a un periodista, su cabeza conciba que la víctima resulte ser él.

“Cuando planteo lo de Ciro, de que pudo ser un autoatentado, no porque él se lo haya fabricado, sino porque alguien lo hizo para afectarnos a nosotros, no lo descarto (…) Sí se está haciendo la investigación de Ciro y vamos a fondo, no sabemos hasta dónde vamos a llegar”, aseguró el mandatario.

Y es que, el desmedido odio, el rencor, la sed de venganza, la soberbia, el autoritarismo, el sarcasmo, la burla, son señales inequívocas de que AMLO no se encuentra en condiciones plenas para guiar a un país. La saña y el encono que acompañan sus palabras no son de una persona sana ni mental ni espiritualmente. Solo hay que recordar que menos de 48 horas antes del atentado a Gómez Leyva, expresó que escuchar mucho a periodistas como Ciro, Loret de Mola o Sergio Sarmiento era dañino para la salud y hasta causa de tumores cerebrales.

Y aún después del violento ataque al periodista, el presidente no ha sido capaz de contener su furia, y su rabia, razón por la cual se vio explotar a Ciro Gómez Leyva, quien no soportó más y realizó una serie de reproches:

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“¿Qué necesidad había de hacerlo hoy?”, fue la pregunta que se hizo el lunes durante su programa de radio en Grupo Radio Fórmula, el conductor, quien la noche del jueves 15 de diciembre fue víctima del artero atentado, afortunadamente fallido, por parte de criminales que le dispararon con la finalidad, según confirmaron las autoridades, de arrebatarle la vida.

El reproche del periodista tenía como destinatario a Andrés Manuel López Obrador, quien minutos antes, durante su conferencia Mañanera del lunes 19 de diciembre, emitió una hipótesis en la que sugirió que el atentado habría sido perpetrado por “grupos contrarios” a su Gobierno, presumiblemente para afectarlo. “La víctima soy yo”, solo faltó decir al Ejecutivo, quien habitualmente, en cualquier contexto, se coloca en situación de víctima.

“El presidente Andrés Manuel López Obrador no ha perdido la oportunidad para agredirme ¿qué necesidad había de hacerlo hoy?, no se pudo contener. Ya empezaron las agresiones en contra del conservadurismo y tratando de perfilar una hipótesis, una conjetura sobre el ataque del jueves en la noche. Es la naturaleza de ese hombre, allá él y sus necesidades políticas, allá él y sus resentimientos”, declaró el periodista visiblemente enfadado.

Y es que durante su conferencia, López conjeturó que el origen del atentado podría estar relacionado con el crimen organizado o bien, con un plan surgido desde la oposición a su administración para desestabilizar al gobierno federal porque no están de acuerdo con la transformación.

Bajo este contexto, Gómez Leyva se lanzó contra López Obrador, asegurando que el mandatario federal próximamente desestimará el ataque armado del cual fue víctima: “Él dirá que no es agresión, que es política”, lamentó. El periodista además acusó a AMLO de extender su apoyo para luego “escupirle en la cara”:

“Estoy contigo y viene un escupitajo a la cara es lo que acaba de hacer (López Obrador), acusó.

Pero bien lo dijo Ciro, “Es la naturaleza de ese hombre”.

Después de escuchar el lunes y todavía el martes las hipótesis de autoatentado que auspicia Andrés Manuel, revictimizando por cierto, a quien sí fue un objetivo de criminales, no sorprende que la palabra “autoatentado” fuese tendencia en Twitter en las últimas horas.

Y quizá habiendo surgido de los usuarios de redes sociales tendría una connotación distinta al hecho de que se haya convertido en trending topic después de que López Obrador la utilizó.

Sin embargo, se debe consignar que la palabra “Autoatentado” en la boca del presidente, es sin duda un agravio mayúsculo para la víctima, en este caso el periodista Ciro Gómez Leyva. Es el colmo de la desfachatez. Es pretender ocultar la incapacidad de su gobierno para proteger a quienes desempeñan el periodismo. Es incitar a los suyos a tildar a la víctima de farsante y a ser objeto de revictimización. Es querer esconder bajo el tapete lo que todos sabemos, que la inseguridad en este país está rebasada y que los periodistas son de los primeros afectados por la falta de garantías que les otorga el Estado.

En fechas anteriores, la asociación Reporteros Sin Fronteras ha denunciado una violencia “inédita” contra la prensa en México, que se mantiene como el país más peligroso para ejercer el periodismo en el mundo.

Andrés Manuel ha dejado a los periodistas a su suerte, les regatea sus derechos, los señala, los ofende, los echa a los leones, los crucifica, los expone, los mancha, los persigue, y se burla de ellos.

Su odio hacia los representantes de los medios de comunicación debe ser tan inmenso como su necesidad de ser el centro de atención. Por ese motivo es que, si a Ciro le disparan en nueve ocasiones, la víctima no es el periodista. “La víctima soy yo”, dirá el presidente y así lo concebirá en su retorcida mente.

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