Cantando, la vida es mejor cantando”, decía una canción de Timbiriche, melodía que recordaremos todos los que ya estamos en el quinto piso.

No sé si la presidenta Sheinbaum la recuerde. Tampoco sé si le gustaba o no, pero no viene al caso. Lo que les quiero platicar es que ayer lunes durante la conferencia mañanera se presentó el concurso ’México Canta Por la Paz y Contra las Adicciones‘, que tiene el objetivo fortalecer la música nacional y apoyar tanto a los cantantes como a la industria discográfica nacional.

En el Salón Tesorería de Palacio Nacional también estuvo presente la titular de cultura, Claudia Curiel de Icaza, quien dijo que en este concurso se pretenden fortalecer los géneros musicales como el mariachi, el bolero, el duranguense, entre otros.

Se trata de promover música popular, impulsar nuevos talentos, y demostrar que para cantar las rancheras, como México no hay dos.

Y siguiendo con eso de la cantada, Claudia Sheinbaum nos compartió que uno de sus sueños es que en todas las escuelas de México haya coros musicales, asegurando que eso le transformó la vida y quería que todos los infantes mexicanos tengan ese derecho.

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Claudia nos recordó que de niña participó en “Los folcloristas”, un grupo de música latinoamericana de contenido de reivindicación social, suceso que sin duda la marcó.

La idea surgió desde hace algún tiempo, argumentó la presidenta, y se planteó como una iniciativa para evitar la apología del crimen o las drogas.

De nuevo le dieron al clavo desde el gobierno federal: sin prohibir los corridos tumbados, los narcocorridos, o cualquier tipo de música cuyas letras promuevan la violencia, el machismo y sean un escaparate para personajes que pertenezcan al crimen organizado, se promoverán otros géneros musicales y desde temprana edad a nuestras infancias se les inculcará el buen gusto musical. Esto también, hay que resaltarlo, es una forma de hacer comunidad, de crear lazos afectivos, de formar niños, niñas y jóvenes con inquietudes que vayan a más.

Distraerse en actividades lúdicas y deportivas es la mejor manera de tener jóvenes sanos, no solo física, sino emocional e intelectualmente. Cantar libera endorfinas, hormonas de la felicidad.

Y todos queremos vivir en una sociedad feliz.

Dijo la presidenta: “Un artista más, un deportista más, es un delincuente menos”.

El fin de semana pasado tuvimos la clase nacional de boxeo, ahora tendremos a nuestras juventudes entonando canciones y a los más grandes, concursando para ganar atractivos premios. México se está transformando para bien.