Está columna está pensada en aquellos que ven La Casa de los Famosos.
No se angustien ni les importe si les critican por ello y les dicen que son unos ignorantes por ver esta clase de contenido. Hay que señalar lo que está mal en las personas y cómo evitar llegar a comportarse de tal manera en la vida o como sí hay que ser para ser exitoso también.
La verdad es que este reality da para pensar mucho, aprender mucho y analizar el juego porque al final es eso: un juego, que los televidentes tienen en cuenta, pero los habitantes no.
Por el encierro van perdiendo ciertas facultades humanas como es saber qué hora es y tener la certidumbre de si habrá comida o no para ellos. Luego entonces el tema del juego queda en segundo plano... Aquí la prioridad es sobrevivir.
He sido seguidora de todos los reality que han habido similares a La Casa de los Famosos. Como psicóloga de profesión me apasiona ver el comportamiento de las personas bajo un encierro y cómo sobreviven bajo condiciones diversas.
Pero jamás me había impresionado tanto un habitante de estas casas como lo ha sido Adrián Marcelo.
Se dice psicólogo y por ello ha sido capaz de sacar lo más doloroso de cada habitante para después usarlo en su contra para debilitarlos. Es un hombre absolutamente macabro.
Me da tristeza ver cómo denigra la profesión de psicología. Un buen psicólogo, ético e íntegro no hace lo que él está haciendo.
Pero es hábil para manipular y controlar, eso es yo creo un especie de don que él tiene y lo usa para su beneficio no importándole si daña a terceros.
Llega a herir donde sabe que están las heridas de los participantes y eso es lo más maquiavélico.
Por supuesto que, aunque se ampara diciendo que es psicólogo y que por eso sabe mucho del tema del comportamiento humano y utiliza esta narrativa como para invisibilizar a los demás, lo cierto es que siendo psicóloga yo también veo a un Adrián Marcelo debilitado, temeroso, aterrado y lleno de ansiedad.
También es un hombre que lleva una carga enorme de ira, que hasta ahora ha sabido controlar pero creo no durará mucho tiempo sin que llegue a explotar peor de lo que ya ha explotado.
Pero, ¿quién es él? Es un “influencer” que se ha hecho famoso por hacer entrevistas a personalidades o artistas de manera simpática.
Lo he visto también haciendo entrevistas en un especie de podcasts tratando de sacar la mayor información morbosa y amarillista de sus invitados. Tiene cientos de seguidores. Muchísimos.
Los jóvenes son sus mayores fans. Y es preocupante, porque de pronto hacemos famosas a personas que se dedican a lastimar a otras para sacar provecho de ellas. Y esa gente se vuelve popular por eso.
Pienso que es famoso porque millones de jóvenes se identifican con el: Sueñan con llegar a ser como el, sin hacer grandes esfuerzos.
No es un tipo galán así que eso alienta a sus fans a seguir sus pasos, es decir lo que de el piensan es: “No es guapo, no hace gran cosa, tiene cientos de seguidores y le pagan muy bien por ello”. Un sueño para muchos. Pero en realidad es un tipo que sufre bastante y es bastante paranoico también.
Estoy segura que este personaje llegará a la final, es un hecho . Porque justamente a la gente le gustan los villanos, los que maltratan a otros, los que usan a otros para sus más grandes fines. Desgraciadamente los mexicanos encumbramos a gente como Adrián Marcelo. Por eso será finalista. No lo veo saliendo de esa casa pronto.
Por eso tenemos a un presidente que todos los días es agresivo y violento contra la gente que no lo quiere ni le aplaude y sin embargo es el presidente más popular de todo el mundo. Ahí lo tienen.
Hay que cuestionarnos porqué nos gusta ver esta gente en la vida haciendo el mal literalmente.
Porqué encumbramos a gente perversa, y que tristemente utilizan el recurso de decir que estudiaron psicología o que son psicólogos para manipular a otros.
Adrián Marcelo no es un buen psicólogo y les ruego por favor cuando salga de esa casa ni lo consideren para ir a terapia con él. Así no es la psicología. Así no se comporta un buen psicólogo.
Ojalá los jóvenes me lean y despierten: merecemos hacer héroes a mejores personas.
No lo olvidemos.
Es cuanto.