La visita a Sinaloa de un personaje como Alejandro Encinas Rodríguez deja matices importantes. Dos vertientes, gobierno y política. El Subsecretario de Derechos Humanos y Población de la Segob llegó para la firma del convenio de Coordinación y Cooperación del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Trajo consigo algunos mensajes.
Primero, el trabajo gubernamental. Dicho convenio lleva como parte toral la protección para periodistas y activistas. Le puso el cascabel al gato cuando dijo que el mecanismo debe dejar de ser reactivo para ser preventivo. Y es que en esa ruta deben ir los esfuerzos. De poco y nada sirve un instrumento que se activa cuando los sucesos ya sucedieron y lastimaron a gente inocente. Revertir la facilidad con la que las amenazas y violencia contra el gremio periodístico suceden es la tarea titánica. El Gobernador Rubén Rocha Moya, respetuoso de las instancias, se comprometió a seguir en coordinación con la política federal.
Alejandro Encinas es un “viejo lobo de mar” de la Cuarta Transformación
Segundo, la política. Alejandro Encinas es poco más que un “viejo lobo de mar” en la política. Es una voz completamente autorizada de la Cuarta Transformación. Entre los colaboradores de López Obrador, es tal vez de los más confiables, efectivos y alejados de la polémica. El subsecretario es alfil de AMLO. Muestra de ello, es la manera en la que aterriza el discurso presidencial para abonarle a la construcción de la narrativa que más conviene al mandatario nacional.
El Subsecretario del Ramo de Derechos Humanos, señaló en su discurso que la estrategia de seguridad de López Obrador funciona. Resaltó que, efectivamente, los hechos delictivos han ido a la baja. Guiño para el Gobernador Rocha cuando reconoce que Sinaloa ha logrado pasar de los nada honrosos primeros lugares en índices delictivos hasta llegar actualmente al 29 a nivel nacional. La reducción en delitos de alto impacto es notoria.
El reto es, que casos como el de Leydi Yaravi, victima de feminicidio en Guasave, simplemente no se repitan jamás.
Lazos de amistad.
A Rubén Rocha Moya y Alejandro Encinas los unen años de amistad
Al Doctor Rocha Moya y al subsecretario Encinas les unen años de amistad. Ambos fueron compañeros de lucha en el extinto Partido Comunista. Hicieron escuela bajo la tutela de Arnoldo Martínez Verdugo, connotado sinaloense recientemente exaltado a la Rotonda de las Personas Ilustres. Tiempo después coincidieron en el PRD. Con más de 30 años de transitar codo a codo. El gobernador sinaloense y el Subsecretario de Derechos Humanos se tutean, se respetan y saben de esa confianza que los une. Respetuosos de sus cargos, ambos saben del afecto y reconocimiento que les tiene el presidente. Son hombres de izquierda, de los primeros que apoyaron a AMLO.
Con esa complicidad de amistad, el subsecretario atendió el llamado de su amigo el Gobernador. Qué mejor fecha que el mismo día en que el H. Congreso eligió a la primera directora general del Instituto de Protección a Personas Defensoras de Derechos humanos y periodistas, Jhenny Judith Bernal Arellano. Una mujer más que se suma a la lista de féminas en cargos directivos en entes gubernamentales en el actual sexenio. Deberá demostrar por qué fue electa de manera unánime.
¿A qué vino Alejandro Encinas?
Alejandro Encinas, vino a dejar patente que su amigo Rocha Moya es muy bien visto por el presidente AMLO. Apuntaló el discurso del mandatario sinaloense en materia de seguridad y le incluyó entre los estados con más y mejores esfuerzos para combatir la violencia en todas sus facetas.