“… And the old witch warned the little hedgehog, do not tell lies or your nose will grow and grow…
Lies, my dear boy, are found out immediately because they are like long noses. Visible to all but the teller of the lie…”
GUILLERMO DEL TORO, ‘PINOCCHIO’ (2022)
Ni a Frutsis llegaron esta vez a diferencia de como con los acarreados del 27 de noviembre. Pero la ofensa por parte de la 4T esa sí estuvo presente ¡y por partida doble! Primero cuando —a raíz de que el diputado y representante de Morena ante el INE, Mario Llergo, había anunciado en la Cámara de Diputados que presentó una denuncia contra el consejero Lorenzo Córdova ante el Órgano Interno de Control del Instituto por el supuesto uso de recursos públicos para promover la marcha en defensa del órgano electoral del pasado 13 de noviembre, y que la periodista Margarita Nicolás le cuestionó sobre las bases, sustento y pruebas de su acusación— el legislador agredió a la reportera Nicolás respondiéndole peyorativamente con un: “¿trabaja usted en el INE?”. Naturalmente ella le reviró diciéndole: “No. Soy periodista y tengo un medio” (y es que la reportera Margarita Nicolás lleva 25 años cubriendo la fuente de la Cámara de Diputados), asunto que no pasó desapercibido por sus compañeros que se encontraban en el lugar.
Lo cual lleva a una segunda ofensa cuando, ante los —justificados— reclamos de todos los periodistas presentes en la cámara baja, quienes optaron por abandonar la conferencia de prensa, Ignacio Mier, coordinador de los diputados de Morena, decidió que la mejor forma de congraciarse con ellos era comprarlos con una tortas —“chayo-tortas” cuidadosamente empacadas en cajitas de unicel— como si fueran burócratas forzados a asistir a una marcha para sobarle el ego al primer mandatario. “La fuente no se compra”, le contestaron al coordinador.
Bien por ellos; bien por todos nosotros. Un aplauso a la reportera Nicolás. Otro para sus compañeros periodistas. Menos mal que aún hay veces en que la farsa llamada Cuarta Transformación es evidenciada mintiendo, difamando, inventando, acusando sin pruebas; como fue en este caso (ante la demanda del diputado de Morena, Lorenzo Córdova —mediando fotos— probó que la mencionada grabación la hizo a través de su celular, con un tripié y una iPad de su propiedad). ¿El objetivo de Llergo? Desacreditar a Córdova y al INE, calumniándolos.
Lástima que lo de la #LaFuenteNoSeToca no sucede también en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, ni se pone en evidencia allí mismo y de forma inmediata a Andrés Manuel López Obrador, el político más mentiroso y deshonesto de todos. Pero, bueno, algo es algo…
Y es que el ejercicio “circular” de las mañaneras (“reporteros” a modo) y la popularidad del primer mandatario (a la que estas conferencias de prensa han contribuido), lo tienen muy blindado. Se puede dar el lujo de manipular, falsear, inventar, mentir sin consecuencia alguna. ¿Transparencia y rendición de cuentas de parte del jefe de Estado? Esas brillan por su ausencia.
La última mentira (también relacionada con la ofensiva que la 4T se carga contra el INE): con toda la mala intención, en la conferencia mañanera se aseguró que el consejero del INE, Ciro Murayama, es uno de los dueños de los Pumas…
En esta ocasión no hubo reportero quien desmintiera al gobierno. Tuvo que ser el propio consejero electoral quien en sus redes sociales aclarara y desenmascarara la calumnia, explicando que él es uno de los 450 asociados de la A.C. propietaria del equipo de futbol, la cual no tiene fines de lucro. De parte de López Obrador solo silencio; el autócrata es incapaz de señalar que el consejero Murayama es asociado de la AC de Pumas sin fines de lucro y que además este funcionario paga 7 mil pesos al año de su bolsillo por tener ese privilegio; “pago 7 mil al año y recibo 2 boletos para ir a la grada del Palomar en CU. No tomo decisiones. No recibo un céntimo”, escribió.
Me alegro que los reporteros de a pie (ojo, los propagandistas a sueldo, los youtuberos y los activistas disfrazados de prensa no cuentan) comienzan a despertar. Se empiezan a cansar de tanta pinche transa. Y para los que aún no, me pregunto: ¿hasta cuándo?