Hoy culminan tres meses de campañas electorales en México.

Si usted sobrevivió al esposo, esposa, si aun lo reciben en las reuniones de amigos o familia, si no lo han corrido de los chats porque se peleó con el primo, la prima, el casi algo, la suegra, el jefe de manzana y si no lo despidieron de su empleo o de su casa o departamento por tener preferencia por alguna de las candidatas o el candidato, ¡felicidades! Ya forma parte de la historia y podrá contarle a sus hijos, nietos o bisnietos que es cuasi inmortal por haber sido partícipe (aunque sea desde su escritorio, tableta o teléfono móvil) de las elecciones más reñidas en nuestro país, o al menos las que más han dividido y enfrentado a la sociedad.

Nos dimos hasta para llevar, más que hace 24 años con Vicente Fox y mucho más que en 2006 con Felipe Calderón. Por fortuna, tendremos algunos días para practicar yoga, hacer respiraciones profundas, meditar y planear la fiesta del próximo domingo 2 de junio, donde iremos a las urnas en paz a emitir nuestro voto. Mientras eso ocurre, hagamos un recuento de algunos de los momentos de esta contienda que nos quedarán grabados en la memoria.

Lo bueno

Por primera vez en la historia de nuestro país tendremos una mujer presidenta y nos debemos sentir felices no solo las mujeres, los hombres también, pues aunque es imposible negarlo aún existen machistas que seguro están haciendo muecas porque será una mujer la que luzca la banda presidencial. Váyanse acostumbrando.

Entre lo bueno debemos destacar también que en el INE se puso las pilas en el tema de paridad y obligó a los partidos políticos a dar espacios tanto a hombres como a mujeres. Algunos y algunas salieron perdiendo o se sintieron mal, pero las cosas así están y hoy podemos presumir que tenemos una sociedad más justa y equitativa.

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Y precisamente en temas de equidad no podemos ignorar la aplicación de la Ley 3 de 3 contra la violencia, que impedía a los violentadores o deudores alimentarios aspirar a un puesto de elección popular. Ya en el recuento de los daños veremos si se aplicó o se les coló algún malandrín y de ser así, qué procede.

No puedo omitir que entre lo bueno está que la clase media y alta se pusieron tenis y cachuchas para marchar en apoyo a Gálvez y a defender la democracia, que según ellos está en peligro. Me encanta que lo hagan, habla de la libertad que existe en México.

Lo malo

Las campañas que hoy terminan dejaron un saldo rojo: más de dos decenas de candidatos asesinados, cuarenta dirigentes de partido que perdieron la vida, once secuestros y cientos de amenazas. El último fue Ricardo Arizmendi, candidato suplente del PAN, PRI y PRD a la alcaldía de Cuautla, Morelos, ultimado ayer martes 28.

Hay guerra de cifras.

Algunos analistas aseguran que hay más decesos y agresiones, y otros dicen que las elecciones del 2021 fueron más violentas.

El luto también llegó a la campaña de Jorge Álvarez Máynez tras la tragedia ocurrida en días pasados en un mitin en San Pedro Garza García, que dejó un saldo de 9 muertos y más de 100 personas lesionadas.

Lo feo

Lo más desagradable fue sin duda la guerra sucia que desde el día uno, incluso antes del primero de marzo, emprendió la derecha contra Claudia Sheinbaum y el presidente López Obrador. La andanada de mentiras, descalificaciones y ofensas salían a luz por todo y por nada, cansando al electorado y solo encontrando eco entre internautas mal informados y analistas políticos a sueldo, sin dejar de mencionar alguno que otro (a) autor de libros y reportajes especiales que exhibieron información “archi confidencial” que dejaron guardada en el cajón y decidieron en un acto de valentía y patriotismo sacar en plena campaña presidencial. Qué casualidad.

Entre los célebres personajes que se irán al basurero de la historia por calumniar, defender lo indefendible de Xóchitl Gálvez y correr como perros tras el hueso están Héctor Aguilar Camín, Anabel Hernández, Carlos Loret de Mola, y Jorge Castañeda, que ya de plano promueve la impugnación si Claudia le gana a Xóchitl por menos de dos dígitos de diferencia. Me cae bien el ex canciller, orgulloso de su positivismo tóxico.

Lo viral

Quien se hizo viral durante toda la campaña fue Xóchitl Gálvez, cuyas pifias y mentiras nos tuvieron atentos a todo lo que hacía pero no para votar por ella, sino para convencernos de lo contrario.

En tono protagónico, dijo cosas para llamar la atención que en realidad resultaron un balazo en el pie.

De los brincos al chicle, pasando por las encuestas inventadas que aseguraba le daban la victoria, así como las vulgaridades que hizo hasta que alguien quizá le dijo que le bajara dos rayitas, la candidata nos movió del enojo a la risa y hasta a la indignación, pues no podremos olvidar que le dijo flojos a los indígenas, huevones a los ancianos y weyes a los que no poseen patrimonio a los sesenta años.

Los desaciertos de la panista fueron tantos que en las encuestas, aunque las descalifique o las invente, nunca pudo subir, pero sí bajar.

Otro candidato viral fue Máynez, cuya cancioncita se nos pegó y queriéndolo o no, llamó la atención de un sector importante: los jóvenes, principalmente universitarios de clase media. Al candidato fosfo no le alcanzan los votos para ganar, claro que no, pero allanó el camino para que la chaviza acuda a las urnas y pierda la apatía. Y eso es un triunfo.

Claudia Sheinbaum también fue viral pero por desgracia, la mayoría de las veces fue por los chismes y las calumnias, que lograron el efecto contrario y subió cada vez más entre las preferencias del electorado y hoy está a días de ser la indiscutible ganadora de la elección.

La próxima presidenta estuvo, está y estará presente en las redes sociales no por los chismes que circulen en torno a ella sino por sus propuestas, por sus simpatizantes que inundan el ciberespacio al igual que las calles. Ya lo veremos hoy en su cierre de campaña en el Zócalo capitalino.

Como vemos, de marzo a la fecha tuvimos de chile, mole y pozole, lo que falta ahora es salir a votar, pasarla en familia y por la noche, celebrar.