Un análisis del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, de la Universidad de Oxford, sobre el consumo de noticias en todo el mundo, en 2023, concluyó que el interés público por las noticias disminuyó significativamente de 2015 a 2023 en los 46 países que cubre el estudio. Cabe mencionar que los mercados que analiza el Digital News Report representan más de la mitad de la población mundial.
Un gran número de personas simplemente se desvinculan de las noticias sobre política. Preocupantemente, tenemos ciudadanos desconectados de la realidad política. Algunos están “agotados por la cantidad de noticias”; otros dicen que “las noticias no son confiables y están sesgadas”; otros más consideran que “las noticias les deprime el ánimo”.
El Informe de Noticias Digitales del Instituto Reuters de 2023 proporciona evidencia de que hay un cambio fundamental impulsado por generaciones que han crecido con diversos medios digitales y dependen casi por completo de ellos.
De acuerdo con el análisis, para el caso de México, la televisión y los medios impresos se han vuelto gradualmente menos importantes con el tiempo y las redes sociales se utilizan ampliamente en todos los grupos de edad. Los mexicanos son grandes usuarios de las redes sociales. YouTube y TikTok crecen más rápido en cuanto a noticias.
De 2017 a 2023, el desencanto con las noticias es evidente. En esos seis años, en México, las noticias en línea, como fuente de información, disminuyeron de 91% a 80%; las noticias de televisión pasaron del 65% al 42%; y las impresas de 51% a 20%. Lo malo de todo esto es que el uso de los medios y la participación en las elecciones están estrechamente relacionados.
Cuando se vive un entorno político polarizado, en conjunto con el desinterés en las noticias y los ataques de la propaganda política, se provoca una combinación muy negativa para las naciones. Durante muchos años he leído libros serios sobre el impacto de las campañas negativas en los resultados electorales.
“Going Negative: How Political Ads Shrink and Polarize the Electorate”, de Stephen Ansolabehere y Shanto Iyengar, proporciona un análisis exhaustivo de la publicidad negativa en las campañas políticas, examinando su impacto en el comportamiento de los votantes, las estrategias de campaña y el panorama político general. Los autores ofrecen información valiosa sobre las ventajas y desventajas de la publicidad negativa, basándose en investigaciones empíricas y estudios de casos. Demostraron que los ataques a los candidatos, o las campañas negativas, desmovilizan a la gente para que no participe.
Antes de lanzarse al ataque, los estrategas de los candidatos podrían leer también: “The Positive Case for Negative Campaigning” de Kyle Mattes; “Going Dirty: The Art of Negative Campaigning” de David Mark. “The Hard Sell: Negative Advertising in Presidential Campaigns” de Kathleen Hall Jamieson y Susan Sherr.
De mis lecturas he concluido que, ante la sombra de la calumnia, las propuestas políticas positivas triunfan sobre las campañas negativas. Las campañas presidenciales a menudo caen en un fango de negatividad, en el que los candidatos se centran en derribar a sus oponentes en lugar de fortalecerse a sí mismos. Si bien las campañas negativas pueden acaparar los titulares, en última instancia resultan perjudiciales para fomentar un discurso político saludable y lograr avances electorales. Por el contrario, centrarse en propuestas políticas positivas empodera a los votantes y ofrece una visión clara para el futuro.
Las campañas negativas prosperan explotando el miedo y la desconfianza. Al bombardear al público con acusaciones, verdades a medias y ataques personales, los candidatos pretenden presentar a sus oponentes de la peor manera posible. Esta táctica crea una atmósfera de cinismo y desalienta a los votantes a abordar los problemas reales. Además, las campañas negativas a menudo distraen la atención de un debate sustantivo sobre cuestiones políticas cruciales. Los votantes se obsesionan con los ataques personales y descuidan los detalles de la plataforma de cada candidato.
En marcado contraste, una campaña centrada en propuestas políticas positivas ofrece una alternativa refrescante. Al esbozar soluciones claras y bien definidas a cuestiones urgentes, los candidatos empoderan a los votantes para que tomen decisiones informadas. Este enfoque fomenta un diálogo constructivo, animando a los votantes a analizar críticamente las soluciones propuestas y su impacto potencial. Un enfoque en las políticas alienta a los candidatos a presentar planes concretos que aborden las preocupaciones del electorado, fomentando un sentido de responsabilidad y transparencia.
Las propuestas de políticas positivas también tienen la ventaja de atraer a una gama más amplia de votantes. Centrarse en estas preocupaciones permite a los candidatos conectarse con los votantes a un nivel más profundo, generando confianza y demostrando un compromiso genuino para abordar sus necesidades.
Por supuesto, reconocer las deficiencias de un oponente puede ser una parte legítima del proceso de campaña. Sin embargo, esta crítica debe formularse de manera objetiva y respetuosa, centrándose en los méritos de las políticas opuestas en lugar de recurrir a ataques personales.
Las campañas presidenciales suelen servir como campos de batalla donde los candidatos compiten por el apoyo público. La campaña negativa ha sido una táctica predominante. Aunque puede generar beneficios a corto plazo, sus desventajas superan sus beneficios.
Desventajas de las campañas negativas:
- Caracterizadas por alarmismo y difamación, se han vuelto cada vez más comunes en la política moderna. Si bien puede parecer eficaz desacreditar a los oponentes e influir en los votantes indecisos, las campañas negativas socavan el proceso democrático y erosionan la confianza pública en las instituciones políticas.
- Fomentan el cinismo entre los votantes al centrarse en ataques personales en lugar de debates políticos sustantivos. Cuando los candidatos recurren a tácticas de desprestigio y difamación, restan importancia a la discusión de cuestiones vitales que afectan al electorado. Como resultado, los votantes se desilusionan y se desvinculan del proceso político, lo que lleva a la apatía y a una menor participación electoral.
- Generan un electorado polarizado y dividido. Al demonizar a sus oponentes y avivar el miedo, los candidatos profundizan las divisiones sociales existentes y crean un ambiente político hostil. En lugar de fomentar la unidad y la colaboración, las campañas negativas exacerban la animosidad partidista, lo que dificulta gobernar con eficacia y abordar desafíos nacionales apremiantes.
- Tienen repercusiones a largo plazo para el discurso político y el civismo. Cuando los candidatos dan prioridad a los anuncios de ataque y las campañas de difamación, sientan un precedente para elecciones futuras, perpetuando un ciclo de negatividad y división. Esto no sólo socava la integridad del proceso electoral sino que también disminuye la calidad del discurso político, obstaculizando el diálogo constructivo y la cooperación entre partidos.
Ventajas de las propuestas de políticas positivas:
- A diferencia de las campañas negativas, las propuestas de políticas positivas ofrecen un enfoque más constructivo y sustancial para las campañas presidenciales. Al centrarse en su visión del futuro y articular soluciones políticas concretas, los candidatos pueden inspirar a los votantes y construir un mandato para la gobernanza basado en la esperanza y el optimismo.
- Promueven la transparencia y la rendición de cuentas en el proceso político. Cuando los candidatos describen sus plataformas políticas y articulan sus planes para abordar cuestiones clave, los votantes pueden tomar decisiones informadas basadas en cuestiones sustantivas en lugar de ataques negativos. Esto fomenta la confianza entre candidatos y votantes, mejorando la legitimidad del proceso electoral.
- Tienen el potencial de unificar al electorado en lugar de dividirlo. Al enfatizar valores y aspiraciones comunes, los candidatos pueden superar las divisiones partidistas y conseguir el apoyo de una amplia coalición de votantes. Este enfoque inclusivo de las campañas fomenta un sentido de unidad y solidaridad nacional, lo que permite a los líderes electos gobernar con legitimidad y eficacia.
- Empoderan a los votantes ofreciéndoles una visión para el futuro y un interés en el proceso político. Cuando los candidatos articulan iniciativas políticas audaces e involucran a los votantes en debates sobre los desafíos apremiantes que enfrenta la nación, inspiran la participación cívica y movilizan el apoyo de las bases. Esto empodera a los ciudadanos para moldear la dirección de su país y participar en el proceso democrático.
En conclusión, si bien las campañas negativas pueden ofrecer una ventaja a corto plazo, en última instancia socavan los cimientos mismos de una democracia saludable. Por otro lado, centrarse en propuestas de políticas positivas fomenta un electorado más informado y comprometido, allanando el camino para un discurso político más constructivo y productivo. Al priorizar las soluciones sobre las calumnias, los candidatos pueden inspirar a los votantes y ofrecer una hoja de ruta clara para un futuro mejor.
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Aunque está de moda hoy la propuesta de algunos comentócratas para que las candidatas a la presidencia de México entren en el pantano de los ataques, creo que no estoy solo cuando propongo evitar las campañas negativas. Aquí transcribo lo que piensan algunos políticos famosos:
“Las campañas negativas corroen los cimientos mismos de la democracia. Erosionan la confianza, alimentan la división y socavan la integridad de nuestro proceso electoral”.
Barack Obama
“En la búsqueda de la victoria política, nunca debemos sacrificar los valores de la decencia y el respeto. Las campañas negativas nos menosprecian a todos”.
Hillary Clinton
“La verdadera medida del liderazgo no reside en derribar a los oponentes sino en construir puentes de comprensión y cooperación. Las campañas negativas no tienen cabida en la configuración del futuro de nuestra nación”.
Joe Biden
“Las campañas negativas no hacen ningún favor al electorado. En lugar de centrarse en las soluciones y el progreso, generan cinismo y apatía entre los votantes”.
Angela Merkel
“Como líderes, tenemos la responsabilidad de inspirar y unir, no de dividir y desmoralizar. Hacer campaña negativa es una traición a esa responsabilidad”.
Justin Trudeau
“La fuerza de nuestra democracia reside en nuestra capacidad de participar en un discurso civil y un debate respetuoso. Las campañas negativas socavan este principio fundamental”.
Jacinda Ardern
“El liderazgo consiste en elevar y empoderar a los demás, no en derribarlos. Las campañas negativas son la antítesis del verdadero liderazgo”.
Emmanuel Macron
“El legado que dejamos a las generaciones futuras debe ser de integridad y habilidad política, no manchado por la toxicidad de las campañas negativas”.
Theresa May
“Las campañas negativas pueden producir beneficios a corto plazo, pero cobran un precio a largo plazo en el tejido de nuestra sociedad. Superemos esas tácticas y lideremos con dignidad”.
Narendra Modi