AMLO está decidido a terminar su sexenio como un presidente transformador de México.
Y para lograrlo ha cambiado prioridades políticas. Después de que perdió sus apuestas en las sucesiones de presidentes de la Suprema Corte de Justicia donde apoyaba a la ministra Yasmín Esquivel, a causa del affaire que reveló un presunto plagio su tesis, tuvo que aceptar el arribo de la ministra Norma Piña, quien se ha caracterizado por su independencia, marcada a los designios del jefe de la 4T.
Y lo mismo AMLO “perdió” la Presidencia del Tribunal Federal de Justicia Administrativa en donde arribó otro independiente de la 4T, el ministro Guillermo Vals quien tiene una carrera de verdad intachable.
Y más aún porque el destino del Plan B está realmente en el filo de la navaja dado que AMLO no reúne los 4 votos necesarios que requiere de los ministros de la Corte.
Después de las descortesías políticas ocurridas entre los tres Poderes de la Unión en el evento conmemorativo al aniversario de la Constitución de 1910 celebrado en Querétaro, quedó muy claro que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha cambiado su estrategia con respecto proceso electoral 2024 y continúa polarizando el ambiente entre los sectores públicos del país.
Esas descortesías quedaron manifiestas con el lugar que se les asignó a la presidenta de la Corte, Norma Piña, y a Santiago Creel representante del poder Legislativo, quienes fueron sentados a las orillas del presídium.
En sus discursos Norma Piña y Santiago Creel se caracterizaron por su independencia del Poder Ejecutivo y hablaron del tema, que era la Constitución, mientras que el morenista Alejandro Armenta, representante del Senado, se lanzó con un discurso zalamero y entreguista a la obra de del presidente López Obrador.
Y finalmente el primer mandatario en su intervención ratificó su decisión de sacar adelante sus llamadas obras prioritarias y, nuevamente criticó a los “Neoliberales y Conservadores”, como causantes del retroceso que tiene el país y de ser quienes se oponen a la Transformación Nacional que él encabeza.
Esta vez en Querétaro, con el pretexto de recordar el significado y la importancia en nuestra vida del texto Constitucional, pareció que, con los discursos de Armenta y de AMLO, estábamos en un Deja Vú de los tiempos de Echeverría o de López Portillo.
A las Corcholatas, AMLO no les envió siquiera una mención.