Todos los nombramientos que ha hecho Claudia Sheinbaum, para lo que viene en puerta, se asumen como una garantía para el proyecto de continuidad de las políticas públicas de la Cuarta Transformación. De hecho, todos ellos, con un nivel muy importante en cada una de las áreas que dominan, han generado buenas expectativas para los primeros meses del nuevo gobierno. Inclusive, el mismo presidente ha declarado tener buenas opiniones. Es así como ha iniciado la conformación del gabinete legal. En ese orden, a propósito, se espera que la próxima semana se definan más nombres que, por su desempeño y experiencia, merecen integrar el equipo de trabajo de la futura presidenta constitucional.

En la actualidad, de hecho, la mayoría de los nombramientos son personas muy cercanas a la presidenta electa. Considerando eso, es muy claro que Sheinbaum le apostará al trabajo que, a lo largo de estos años, conoce a la perfección. Y no solamente hablamos de las credenciales, sino del entorno que domina cada uno de ellos. Marcelo Ebrard, por ejemplo, cumple con todas las características para la Secretaría de Economía. Eso mismo se reflejó con la llegada de Omar García Harfuch a la Secretaría de Seguridad Pública.

En el caso de Harfuch, sabemos, conoce perfectamente el entorno que le ha tocado encabezar. La propia Ciudad de México, está claro, es el mejor ejemplo de la eficiencia de las estrategias de seguridad. De hecho, eso legitimó mucho el paso de Claudia por la capital del país y se encuentra detallado en las mismas estadísticas que miden la percepción inherente a ese rubro. La designación de Omar, en efecto, fue la más cantada de todas. Además del éxito que tuvo como candidato de Morena al Senado —donde promedió un porcentaje muy alto de respaldo ciudadano— ayudó para retener el corazón de la patria.

Siendo así, puede calificarse esa situación como una maniobra política, pues además de dominar la perspectiva de seguridad, Omar García Harfuch ha encontrado espacios de interacción política. Hay que decir, por mucho, que la capacidad que ha demostrado Claudia Sheinbaum para ir armando su gabinete, especialmente en el tema de seguridad, genera buenas expectativas para que México siga prosperando frente a los grandes desafíos.

Y como Harfuch ocupará buena parte de los reflectores a nivel nacional, será muy interesante ver la coordinación con los gobiernos estatales, pues existen muchas entidades que, para esa responsabilidad, han mostrado estar a la altura de los desafíos. Zacatecas, por ejemplo, es uno de los puntos del país que más ha puesto el acento para hacer frente en la seguridad. Ahí, en efecto, no solamente se ha reducido el delito de alto impacto, sino otros fenómenos ligados a esas prácticas. En ese sentido, nos dice mucho la firmeza con la que ha actuado David Monreal y su secretario de gobierno, Rodrigo Reyes. Desde ese punto de vista, la pacificación avanza a pasos agigantados.

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En este preciso momento, de hecho, Zacatecas está en el ranking de las diez entidades más seguras del país. O sea que, además de la dedicación y la responsabilidad, el trabajo arduo ha traído consigo una serie de resultados que, desde cualquier óptica, se pueden leer como eficientes. De manera clara, eso se percibió en el Foro Internacional de Seguridad que organizó la administración que encabeza David Monreal. Así, básicamente, podemos augurar que será la coordinación del gobierno federal con los gobernadores. Es verdad, será una tarea constante partiendo de la inminente necesidad de atención.

Así, en lo personal, veo muy bien las designaciones de Claudia Sheinbaum. Eso, además de legitimar su gobierno, trasciende a otras latitudes, pues el ánimo de continuidad al proyecto de la 4T se refleja a grandes rasgos. Desde Palacio Nacional, sabemos que Sheinbaum será una jefa de Estado que jugará un papel preponderante. No sé si pueda superar los altos índices de aprobación que promedia López Obrador. Sin embargo, si partimos de que rebasó el registro histórico que sumó AMLO en la votación del 2018, las expectativas son muy grandes.

Mientras eso suceda, las designaciones de Claudia Sheinbaum han traído, además de buenos comentarios, un presagio de que caminamos por la dirección correcta, pues a cada uno de los funcionarios les sacará todo el provecho para apuntalar su gobierno y, con ello, que nuestro país siga prosperando bajo el compromiso que ha signado la presidenta electa que da muestras claras de querer, al igual que lo hizo AMLO, pasar a la historia y trascender como un gobierno honesto, plural, responsable y humanista, especialmente en el apoyo a los sectores más vulnerables del territorio nacional.

Notas finales

Nos encontramos en un momento coyuntural clave donde la perspectiva se puede revertir. Resulta que, ante el espiral de inconsistencias, y con la vorágine que se vivió en la elección de la Cuauhtémoc, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Ciudad de México, había decidido atinadamente ordenar que se abran los paquetes y, con ello, contar voto por voto. Eso, desde luego, abrió la puerta para que la justicia y la democracia social tuvieran un desenlace positivo. Me refiero a que, por mucho, Catalina Monreal ganó, sin embargo, fuimos testigos del desaseo de la candidata del PRIAN. Ante esas anomalías es evidente que existió un fraude electoral que se operó no solamente con la guerra sucia, sino en la coacción del voto y hasta con la manipulación y simulación de hechos que probaron se actuó con iniquidad para favorecer el resultado de la abanderada del Frente Amplio por México en Cuauhtémoc. Siendo así, y con toda claridad, podemos ir adelantando una lucha y resistencia por la legalidad. Hasta donde sabemos, se revocó la determinación del tribunal, sin embargo, Caty Monreal, con el apoyo de Morena y de las estructuras de la Cuauhtémoc, seguirá insistiendo con los recursos legales que faltan por poner en marcha la democratización de la jornada.